Después de los exámenes

27 8 2
                                    

Ya estábamos en la semana de exámenes, lo que nos puso estresados a todos. Yo estaba bastante irritada, necesitaba a Emma todo el tiempo y era molesto tener que dormir en hoteles todos los días. Durante casi un mes iba a casa cuando Emma no estaba para dejar algunas compras y su mesada. Nunca me pareció la idea de que ella trabajara, sería muy complicado para ella, así que dejaba su mesada en casa todas las semanas.

Estábamos a mediados de semana y pronto acabarían los exámenes parciales. Después de eso, las cosas estarían menos pesadas para la mayoría, en especial porque tendríamos dos largas semanas de vacaciones antes de obtener los resultados del semestre. Yo estaba bastante ocupada con la empresa. Tenía que trabajar en un nuevo diseño desde cero y tenía algunas reuniones con inversionistas.


-Violeth, ¿irás a la biblioteca con nosotras?

-Sí, aún tengo algo de tiempo antes de irme.

-¿Por qué siempre tan ocupada?

-Trabajo y más trabajo. Vayan primero, las alcanzaré. Iré al baño.

Ana, María, Carla y Charlotte fueron hacia la biblioteca. Yo aún estaba guardando mis pertenencias y fui hacia el baño para lavarme la cara. Tenía días que no dormía bien, estaba muy cansada y agotada a estas alturas. Además, hacía tanto calor que después de esto debería ir por una bebida, o esa era mi idea. Llegué al baño y me encontré con la única persona que no quería encontrarme.


-¿Cómo has estado?

-Bien... bien. -¿Oh, rayos? Estaba mintiendo. Yo realmente te extraño, Emma, y estoy agotada, pero no puedo decirte eso.

-¿Cuándo vas a volver?

-No lo sé. ¿Nunca?

-Mmmhu Violeth, quiero que hablemos sobre esa noche.

-No hay nada que hablar, supongo- ¿Qué quieres decirme, que lo sientes?

-Violeth, deja de ser tan terca una vez en tu vida y escúchame.

-Te estoy escuchando. -La verdad no estaba preparada para hablar con ella, no ahora. Me coloqué frente al lavado y empecé a lavar mi cara.

Emma no dijo nada. Sentí su mirada clavada en mí. Terminé de lavar mi cara y también mis manos. Cuando me di la vuelta para irme, ella se acercó a mí. Parecía enojada, pero jajaja, era tan pequeña que de cierta manera se me hacía muy linda. Y ahí estaba otra vez, esa mujer en mis pensamientos.

Aquello hizo que me sonrojara un poco y desviara la mirada hacia otro lado. Al parecer, eso la enojó aún más. Ella me tomó de la mandíbula e hizo que la mirara, lo cual hice. Dios, tenía ganas de besarla en ese momento. Estaba acorralada y eso me dio una imagen muy loca en mi cabeza.

Emma seguía mirándome, pero no decía nada. Realmente tenía que irme. Estaba frente a ella y sostenía mi cuerpo contra el lavabo para no golpearme. Ella soltó suavemente mi mandíbula y abrió la boca como si fuera a decir algo, pero no lo hizo. Colocó su mano derecha sobre mi cadera, lo cual me sorprendió un poco.

-Te ves más hermosa cuando eres obediente -dijo.

-Hasta que decides hablar, pensé que te habías quedado muda por mi belleza.

-Eso es muy arrogante de tu parte.

-Un poco de amor propio, cariño.

-¿Sí?

Ella se inclinó un poco y susurró algo en mi oído (algo que sabrán más tarde). Mierda, ella solo hizo eso y se fue. Seguramente se sentía muy victoriosa, pero no dejaría que se llevara la victoria, no en esta batalla.

¿NO DEBERÍAS SALVAR MI VIDA?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora