De verdad quiso morderlo, jura haberlo intentado, pero en el momento en que acercó sus dientes al cuello del patético omega, la repulsión que sintió al inhalar su aroma le hizo retrocede de inmediato.Nunca antes le había pasado algo así.
En su frustración arremetió contra el muchacho quien no dejó de llorar y suplicar, hasta que un golpe contundente en la cabeza lo obligó a dar su último respiro.
- ¡¿Por qué no puedo romper el lazo?! - Muzan gritó antes de destrozar el cadáver del omega con solo un movimiento de su mano. - ¡Maldita sea! Ese cazador ya debería de estar muerto. -
Douma se encontraba viendo la escena y bajo su abanico extendido sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa. "A este ni siquiera le quitó la ropa, la distancia con el omega que marcó lo está irritando, bastante dramático." Pensó él.
- Douma, encuéntralo lo antes posible. - el rey de los demonios le regresó a ver con su expresión llena de ira.
- Sí señor, comenzaré la búsqueda en este momento. - Fue lo que la segunda luna respondió.
Pero antes de volver a su templo para darle la orden a alguno de sus creyentes y así facilitar su trabajo, debía hacer una pequeña parada.
° ° °
Había un joven adulto que caminaba con la espalda erguida a lo largo del camino empedrado que atravesaba la ciudad, su expresión era de indiferencia, sin dejarse llevar por nada ni nadie, como si no tuviera preocupaciones pero tampoco ambiciones.Los mechones de su cabello revoloteaban en el viento, el negro contrastaba con el azul de sus ojos, y a su vez, estos destacaban del haori de dos colores que llevaba puesto. Aunque incluso los más pequeños rasgos que había en su cuerpo no hacían más que resaltar su belleza elegante, no fue objeto de ninguna mirada.
El porqué era simple, el aroma que lo acompañaba era tan tenue que no le podía pertenecer a un omega ni a un alfa, para los demás era un beta, aburrido, monótono, sin ninguna cualidad biológica que valiera la pena...
Y Tomioka estaba feliz de saber eso, era un alivio que con solo rociarse un par de veces con aquella esencia que el joven alfa, Tanjiro, le había obsequiado era suficiente para ocultarse.
No la había probado antes, porque su cuerpo se sentía bastante sensible, pero ahora por fin lo hizo y simplemente no había forma de describir el sentimiento de seguridad que tenía.
Se preguntó como era posible que nunca nadie haya hecho una esencia como esta antes. En el mercado solo estaban disponibles aromas fuertes, cargados de feromonas, ya sean alfas u omegas. La esencia de alfa era costosa, y debido a su intensidad terminaba mareado y derritiéndose en calor. Lo cual lo llevó a casi intoxicarse con supresores para disipar su propio olor.
Tomioka suspiró y giró hacia la dirección que le permitiría encaminarse a una nueva ciudad, quizás allí encontraría la suerte que no tuvo en las anteriores seis clínicas y tres lugares clandestinos que visitó.
Pero ni siquiera llegó a los suburbios, cuando notó una figura inconfundible unos metros al frente.
- Esas canastas se ven pesadas, ¡permítame ayudarle! - El pilar de la flama, con una gran sonrisa, tomó todas las cosas que cargaba una anciana.
El corazón de Tomioka dio un vuelco quedándose congelado admirando al alfa, de repente, cuando Rengoku terminó de acomodar todas las canastas, en lugar de continuar su camino, volteó su cabeza justo a la dirección donde se encontraba él.
Lo había notado, antes de que pudiera parpadear una sola vez, Tomioka se precipitó hacia unos arbustos que quedaban entre unas casas.
"No me vio, ¿verdad?" Pensó para sí mismo mientras intentaba observarlo entre las ramas, en efecto, Rengoku solo había quedado algo perplejo antes de seguir hablando con la anciana y luego desaparecer en la distancia.
ESTÁS LEYENDO
El sufrimiento de Tomioka
FanfictionEn un mundo omegaverse, Tomioka Giyuu tuvo la desgracia de nacer como Omega. Tras su primer celo, Tomioka empezó a luchar para ocultar su verdadera casta, siendo un 'Alfa' no hubo impedimento alguno para que pudiera mantenerse como cazador de demoni...