— Te extrañe mucho, madre. — Dijo Kyojuro antes de correr a donde se encontraba parada aquella mujer.
— Yo también te extrané. — Respondió ella y extendió sus brazos, permitiendo que su hijo la abrazara con fuerza.
Una vez los dos se separaron, el pilar de la flama vio como su madre comenzaba a caminar hacia el lado donde la luz blanca brillaba con intensidad. El hombre pensó en seguirla, pero sus pasos vacilaron luego de unos segundos y a la final se detuvo.
Si bien, apenas llegó a ese lugar se sintió aliviado porque no vió a Tomioka por ningún lado, la preocupación aún no se había disipado de su mente. El hecho de que el omega no estuviera muerto, solo significaba eso, que no estaba muerto, nada le podía indicar con seguridad si su amado seguía sufriendo o si ya lo habían rescatado.
Y fuera cual fuera el resultado final, debía quedarse ahí para recibirlo con los brazos abiertos.
La mujer de cabello negro lo regresó a ver antes de que una suave sonrisa se formara en sus labios.
— ¿Vas a esperar a alguien? — Preguntó con un tono suave.
— Si, lo siento, madre. Me voy a quedar aquí un poco más. Yo... le hice una promesa y lo mínimo que puedo hacer ahora es esperarlo aquí. — Dijo Kyojuro mientras bajaba un poco la cabeza.
Ella se rió, luego se sentó de nuevo en donde había estado esperando a su hijo hace sólo unos momentos atrás. Entonces, le hizo una seña a Kyojuro, para que este tomará asiento a su lado.
— Bien, te acompañare. — Ella sonrió y una vez el chico se sentó, acarició su cabello con suavidad. — Pongámonos al día. —
Con su madre al lado, la espera no se hizo tan larga. Pasaron el rato charlando sobre el pasado, las anécdotas más dulces de su infancia salieron a la luz de nuevo antes de que Kyojuro comenzara a relatar absolutamente todo lo que había vivido a partir de que su muerte, desde como cambió la vida para su padre y su hermano pequeño, hasta los amigos que hizo una vez se convirtió en cazador de demonios.
Finalmente, se tomó gran parte del tiempo, hablando de Tomioka, su apariencia, sus virtudes, sus errores, absolutamente todo lo que le hacía amar al omega.
Entonces, su madre señaló hacia el lado donde se encontraba el infierno, una figura pequeña se acurrucaba mientras las llamas lo rodeaban, sin quemarlo realmente pero por la forma en la que temblaba, Kyojuro podía decir que aquella persona sentía dolor. Al observarlo bien, pudo reconocerlo, se trataba del omega que tanto habia extrañado.
Su madre le dio una palmada en el hombro mientras asentia con aprovacion.
— Puedes irte, yo estare por este lado.—
El corazón del pilar dio un vuelco, luego de las palabras de su madre, sin pensarlo, con urgencia y preocupación fue a arrodillarse al lado del omega, dándose cuenta de que las llamas se negaban a envolverlo a él, solo le causaban daño a Tomioka.
— Giyuu... soy yo. — Dijo con suavidad mientras lo agarraba de los hombros para hacer que el otro se levantara. — No te quedes ahí, vamos al otro lado, ahí es donde debes estar.
Pero el hombre no hizo ningún esfuerzo de su parte para moverse, apenas y alzó un poco su torso por la presión que ejercía el alfa con su agarre. Luego Kyojuro se congeló al ver la expresión rota del contrario, las lágrimas brotaban sin control y los pequeños sollozos sacudian su cuerpo cada unos cuantos segundos.
— Kyojuro, lo siento tanto, lo siento tanto. Vete, dejame aquí. — Dijo Tomioka con un tono lleno de tristeza.
— ¿Qué? No voy a dejarte. Mira... eh no está tan lejos, solo son unos pocos pasos, allá esta mi madre, le he contado mucho de ti.— Dijo el alfa con algo de desesperación. — Vamos, de seguro también están tus padres, tu hermana, ese chico... Sabito. Vamos Giyuu.—
— No puedo. — Lloró el omega. — No puedo moverme, todo duele, duele demasiado.—
—Ese lugar no es para mí, yo solo he traído desgracia a la vida de todos... incluso mandé a la muerte a mis propios hijos. ¿Cómo podría yo ser merecedor del cielo? Dios nunca me ha querido, ¿Por qué me querria ahora? Después de todo lo que he hecho, de todo lo que me ha pasado...—
Un nudo apareció en la garganta de Kyojuro al ver a su amado en tal estado, si tan solo hubiera sido capaz de protegerlo antes. Al alfa le tomó toda su fuerza de voluntad mantener sus emociones a raya, llorar en frente de Tomioka solo agravaria la situación.
Entonces, lentamente lo envolvió con sus brazos, justo como solía hacerlo cada noche que Tomioka tenía pesadillas. Apoyo su cabeza en el hombro del omega y dejó salir un suspiro.
— Si no puedes ir, yo me quedaré contigo. Te abrazare hasta que las llamas del infierno se apaguen, dejando solo a las de nuestros corazones. Y cuando el dolor se detenga, te cargaré al otro lado. — Dijo con suavidad.
El omega le devolvió el abrazo segundos después, su cuerpo relajándose ligeramente ante el alivio de sentir esa clase de contacto físico luego de años de tortura.
— Ni se te ocurra pensar que me estas haciendo un daño. Yo soy el que está eligiendo quedarse contigo. — Kyojuro apretó un poco más su agarre mientras pronunciaba esas palabras.
Asi que, Tomioka siguió llorando, y Kyojuro por fin pudo quedarse ahí para consolarlo. ¿Qué importa si al omega le toma una eternidad deshacerse de todo el peso sobre sus hombros? No iba a dejarlo seguir sufriendo solo.
° ° °
Bueno, eso es todo gente, muchas gracias por el apoyo que me han dado :D cada voto, comentario e incluso las personitas que han leído este fanfic en silencio han hecho de mí vida un poquito más alegre.
Estoy empezando a escribir otra historia, aún no hay mucho pero espero tener tiempo para actualizar pronto, así que pueden checar mi perfil si les interesa.
A recomendación de un amigo esta historia iba a tener escenas más fuertes xd pero no le hice caso.
Y que bueno porque solo así ya quedó bastante heavy, escribirlo me afectó un poco emocionalmente, razón por la cual me tomé un pequeño descanso. Pero ya estoy bien.
Ahora si adios. 💕💕
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El sufrimiento de Tomioka
FanfictionEn un mundo omegaverse, Tomioka Giyuu tuvo la desgracia de nacer como Omega. Tras su primer celo, Tomioka empezó a luchar para ocultar su verdadera casta, siendo un 'Alfa' no hubo impedimento alguno para que pudiera mantenerse como cazador de demoni...