Advertencia: Este capítulo contiene escenas bastante fuertes.
- ¡Oh señor! ¿El omega que le traje ya pereció? Que triste... - suspiró la segunda luna superior - Si me permite, puedo conseguirle uno más resistente.-
- ¡Silencio! - el rey de los demonios golpeó con su puño la mesa mientras veía con rabia a Douma. - ¡¿Acaso soy un sucio perro que coge al primer omega que ve?! -
La habitación quedó en silencio durante un par de segundos incómodos, antes de que Douma hablara de nuevo mientras mantenía su sonrisa.
- Ay, perdoneme señor, solo era una sugerencia... Pero quizas Ak -
- Lárgate. - le gritó sin dejarlo terminar.
Con estas palabras, Douma entrecerró los ojos, hizo una reverencia y salió de la habitación.
Muzan estaba buscando algo con lo que calmarse, siendo el rey de los demonios y además un alfa dominante, cada que llegaba su celo le era insoportable. Él había aprendido a anticiparlo muy bien luego de años de estar viviendo en este mundo, por lo cual, siempre buscaba un omega lo suficientemente decente para intentar satisfacer la lujuria descontrolada que carcomía su ser cada que le sucedía.
Pero siempre hay un problema y es que no existe ningún omega que pueda soportar al rey de los demonios más de una noche. Suele ser tan violento y cruel, que estos terminan muriendo en sus manos y una vez dejan de moverse, ya no le sirven, por lo que termina frustrado hasta el punto que no se soporta así mismo.
Si el omega que le trajo Douma hubiera vivido un poco más, Muzan ya no tendría que intentar reprimir sus deseos para no verse como un loco, y es intentar, porque muchas veces no lo logra y termina agarrando a uno de sus subordinados por un par de días hasta dejarlo inútil por algún tiempo, lo cual no le convenía porque retrasaba la búsqueda del lirio de araña azul.
Más tarde esa noche decidió salir y ver con que juguete nuevo se podría encontrar, al menos quería verse como que tenía cierto control y aún se tomaba el tiempo de elegir al adecuado. Simplemente, paseó por ahí, luego se detuvo frente a una pequeña casa y al solo ver a unos mocosos y una mujer bastante débil, asesinó a la familia que vivía ahí.
Estaba a punto de continuar su camino, cuando uno de esos molestos cazadores apareció, con esa mirada tan valiente que los caracterizaba.
Pero luego de verlo por un tiempo, se dio cuenta de que este cazador era bastante peculiar, su piel pálida y suave, su cabello negro como la noche, y un olor fuerte a frutos rojos, no podía creerlo, se trataba de un omega y no cualquiera, él era un pilar.
Se sintió sorprendido, hace años que Ubuyashiki había prohibido que omegas entraran a la selección final, por varias razones, la principal, eran demasiado débiles y ni hablar de lo que pasaba cuando tenían su celo.
Entonces Muzan quiso probar su aguante, debe admitir que duró bastante para ser un omega, pero a la final era débil antes las feromonas de un alfa.
El pilar se retorcía con desesperación en su agarre, era un deleite para sus ojos, y luego notar que su presa con el simple hecho de olerlo entró en celo, lo calentó aún más, los fluidos mojando el pantalón del chico no hicieron nada más que darle cuerda a su imaginación con escenarios perversos.
De un momento a otro su mente se nubló y no pudo aguantar las ganas de marcar al omega, lo mordió con fuerza, tanta que casi le causa una herida mortal.
-No... no, no-
Muzan pudo escuchar los sollozos del chico, mas no le importó y procedió a rasgar su uniforme, de modo que pudiera tener acceso a su pecho, fue bajando, dándole mordidas salvajes y lamiéndolo hasta llegar al ombligo mientras disfrutaba del llanto desesperado del pilar mezclado con gemidos involuntarios de placer.
Finalmente, le bajó los pantalones, el omega juntó sus muslos de inmediato e intentó hacerse una bolita para cubrirse, pero Muzan se lo impidió y separó sus piernas a la fuerza, tuvo que respirar un par de veces cuando vio la pequeña entrada de Tomioka, que parecía lista para recibirlo.
- Por favor, no-
La súplica fue interrumpida por un grito de dolor que fue causado cuando Muzan empujó con fuerza hacia el interior del chico, pudo sentir como la sangre comenzaba a brotar de los desgarros que había causado, esto solo lo emocionó aún más y le dio ánimo a ser más rudo.
Durante los siguientes minutos, lo único que se pudo escuchar en ese bosque helado fueron los jadeos de Muzan y los llantos desgarradores del chico que estaba siendo brutalmente violado.
Cuando el llanto comenzó a detenerse y fue remplazado por gemidos débiles y suaves, el rey demonio se dignó a ver el rostro del omega. Su cara era un desastre de lágrimas, estaba extremadamente pálido y solo se sacudía como una frágil flor en medio de una tormenta, el chico se veía aturdido como si hubiera entrado en alguna especie de shock y su mente se hubiera rendido ya sea ante el dolor o el placer.
Muzan lo miró con disgusto, esto solo significaba una cosa, la diversión estaba por terminar y tendría que buscar a alguien más.
Pasó sus dedos por los pezones enrojecidos del omega, este se estremeció y arqueó su espalda. Muzan jugó con los pezones y con su otra mano envolvió el miembro del omega.
- Ahg! Ah- gimió Tomioka.
Vio como Tomioka fruncía el ceño y se mordía el labio a medida que el líquido pre seminal salía poco a poco de su miembro, entonces dejó de estimular al omega y este gruñó en protesta.
El rey de los demonios se rio con ganas y sujetó de nuevo sus caderas para seguir embistiendo un poco más hasta que llegó a su clímax, entonces el nudo se formó al derramar su semilla dentro del omega.
De alguna forma, podía sentir un poco de orgullo al ver el vientre hinchado de su presa, la cual ya no lloraba, y solo temblaba en silencio.
Acerca del lazo que hizo con él, no le podía importar menos, una vez muriera luego de todo lo que le hizo, desaparecería y ya no tendría que preocuparse. Y ni siquiera tenía que esperar tanto, el pilar ya estaba cayendo en la inconsciencia.
Pero antes de que durmiera para siempre, sus ojos cansados se encontraron con los de Muzan, el omega tenía la mente completamente nublada y solo veía al alfa que acababa de impregnarlo.
Muzan sintió que el nudo ya disminuyó y comenzó a sacar su miembro del agujero del omega, cuando de repente, escucho como hablaba con una voz débil y quebrada.
- Abrázame, no me dejes así...- Dijo el omega, demasiado perdido en las feromonas que emanaba el alfa.
No hizo caso, se retiró y acomodó su ropa antes de dar media vuelta, lo regresó a ver una última vez al escuchar los sollozos del chico, por un momento hasta sintió lástima por él.
- ¿De qué te servirá sentir mi consuelo? No actúes como una puta desesperada y muere dignamente. -
Los ojos de Tomioka se cerraron y dejó de temblar, el rey de los demonios lo vio con indiferencia y se marchó antes de que saliera el sol.
No paso mucho hasta que una figura femenina emergió entre los cadáveres, emitiendo sonidos salvajes mientras se acercaba a la persona en el suelo.
Al estar muy aturdido, Tomioka no podía saber si se trataba de un alfa o un omega, lo único de lo que era consciente es que aquella persona era la joven que creyó muerta horas atrás.
¿Se había convertido en demonio? Probablemente, pero no tenía fuerzas para siquiera moverse, asi que solo esperaba morir pronto porque no quería sufrir más daño.
° ° °
Parte de este capítulo lo escribí mientras estaba en exámenes y como el tiempo no me dió recien lo terminé ajaja
Creo que haré un dibujo para el siguiente. No tengo planeado escribir más escenas como estas por el bien de nuestro amado Tomioka, bueno, al menos no por el momento.
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El sufrimiento de Tomioka
Fiksi PenggemarEn un mundo omegaverse, Tomioka Giyuu tuvo la desgracia de nacer como Omega. Tras su primer celo, Tomioka empezó a luchar para ocultar su verdadera casta, siendo un 'Alfa' no hubo impedimento alguno para que pudiera mantenerse como cazador de demoni...