Cap 11.5: Nacimiento

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Al ver que donde se suponia que iba a realizar su trabajo se encontraba repleto de gente, lo primero que hizo fue decirles que se llevaran a la niña inconsciente a otra habitación y se quedaran todos ahí esperando hasta que ella les permitiera pasar de nuevo. Luego, con rápidez acomodó los utencilios que utilizaría para ayudar al omega a dar a luz, tales como tijeras y toallas.

Aunque no estaba habituada a cumplir el rol de partera, principalmente porque se supone que todos los cazadores deberían de ser alfas, sabía como acompañar a una persona en labor de parto, hacer cesarias y como actuar en caso de que el bebé nazca con las vias respiratorias obstruidas.  Asi que va con toda la confianza esa noche, pese a que siente algo de asco al tener que ayudar especificamente a Tomioka de todos los omegas en el mundo.

— Acabo de revisar los centimetros de dilatación, tal parece que esa larga y repentina caminata ayudó bastante, asi que podremos comenzar en unos minutos. — Dijo Shinobu mientras limpiaba el sudor de la frente de Giyuu.  — ¿Te sientes cómodo acostado sobre tu espalda? Hay otras posiciones que podrían ayudar a facilitar el proceso. —

— Me siento demasiado débil como para mantenerme firme el cualquier otra posición. — Respondió Tomioka mientras intentaba suprimir algunos sonidos de dolor. —  Solo hagámoslo rápido. —

Shinobu vió su rostro que eradiaba incomodidad, asi que decidió acomodar unas almohadas para que Tomioka se sentara y pudiera apoyar su espalda ahi en lugar de la pared.

— Asi esta mejor, ¿verdad? — Dijo con una sonrisa. — Para acabar pronto siempre se recomienda utilizar la gravedad a nuestro favor... o también podrías ponerte en cunclillas!— esto último lo dijo para reirse un poco.

— No, gracias. — Tomioka frunció el ceño con irritación, luego su cuerpo fue inundado de dolor por otra fuerte contracción. — Ahg!  —

La pilar del insecto fue a ponerse entre las piernas de Giyuu y asi asegurarse de que el proceso salga bien.

— Estas listo, cada que haya una contracción tendras que empujar. Recuerda que puede tardar horas, asi que no pierdas la calma, sería una verdadera molestia si lo hicieras. — Ella suspiró. — Puede que de vez en cuando te de indicaciones como empujar de tal forma u incluso dejar de hacerlo. Todo depende de lo que vaya pasando. —

Con todo esto dicho el proceso comenzó. Shinobu se encontró bastante aliviada ya que su compañero resultó ser bastante coperativo y aguantó el dolor que muchos describirían como infernal, claro que el omega se quejó y gritó varias veces, pero en comparación con otros partos que ha atendido las cosas se tomaron con bastante calma.

A paso lento y seguro se empezó a ver la cabeza del bebé, las sábanas se mancharon con algo de sangre mientras con cuidado utilizaba sus manos para ayudarlo a salir por completo. Vió a Tomioka colapsando de inmediato en el futón una vez el dolor disminuyó y luego miró a la pequena criatura que acababa de llegar al mundo. Cabello negro, piel palida y ojos azules. Igualito a su mamá.

Asi fue como Tomioka, el omega, resistió su primera experiencia dando a luz, la cual duró aproximadamente unas dos horas.

— ¿Por qué no llora? — Tomioka preguntó mientras los ojos se le ponian vidriosos de nuevo. — Debería estar llorando... — Su voz por fin se volvió desdesperada luego de tanto tiempo.

Shinobu notó que las vias respiratorias del bebé estaban obstruidas, la suerte estaba de su lado, ya no tenía que decir ninguna de esas excusas complicadas que estuvo pensando desde la reunión con Ubuyashiki.

— No lo sé, dejame revisarlo. — Fingió preocupación con su tono y expresión. Luego se levantó con la criatura en brazos para 'examinarlo' en una de las mesas.

Quizas tardaría en morir, por el hecho de que es mitad demonio.

— Shinobu, haz algo. ¡¿Qué le pasa?! — Tomioka intentó levantarse, solo para colapsar de nuevo en el futón. — ¡Dámelo! Lo revisaré yo. — 

La pilar del insecto seguía moviendo sus manos simulando hacer algo mientras le daba la espalda al omega, cualquier pensamiento lo iba dejando a un lado, sabía que esto era necesario, la solucion más rápida a todo. El pequeño bebé, ya sintiendo la falta de aire, se retorcía sobre la mesa, su rostro volviendose algo azulado a medida que pasaban los segundos.

Entonces, de alguna forma, el bebé se las arregló para agarrar el dedo de Shinobu. Y toda su fachada se derrumbó, entre ver al cachorro de Tomioka luchando por vivir y escuchar los sollozos que soltaba el omega mientras le preguntaba qué estaba pasando, ella también se cuestionó.

"¿Qué estoy haciendo?"

Sus manos temblaron y aún dudando comenzó a hacer lo que debió haber hecho desde el momento en el que el bebé nació. No era un proceso muy complicado, con algo de destreza y un corazón lleno de culpa, permitó que el pequeño fuera capaz de tomar su primer respiro para luego comenzar a llorar con fuerza, sonido que de seguro podía ser escuchado en toda la casa.

Lo arruinó, no podía matar al cachorro, tampoco podría matar a la madre.

— Por suerte solo fue una pequeña obstrucción, felicidades Tomioka-san, es un niño y parece muy saludable. —  Ella se dio la vuelta con una sonrisa, para luego acercarse a dejar a la criatura en los brazos de Tomioka. — Es algo pequeño pero nada de que preocuparse, presumo que su peso  está dentro del rango correcto. —

— Dios... pensé que habìa muerto. — Dijo en voz baja el omega y luego abrazo de forma protectora al pequeño, liberando algunas feromonas para calmar su llanto hasta que el bebé solo estaba sacudiendose con pequeños sollozos.

— Hasta podrías intentar amamantarlo. — Comentó ella mientras sus mejillas se calentaba un poco por el remordimiento que sentía.

Tomioka se quedó por unos segundos hipnotizado con la apariencia del bebé, tomándose su tiempo para registrar cada una de sus características. De repente, lágrimas de felicidad escaparon de sus ojos y alzó la cabeza para ver directamente a Shinobu.

— No se como agradecertelo. — Dijo Tomioka con una voz suave y llena de alivio.

Shinobu notó que los ojos del pilar del agua habían recobrado el brillo, y entonces se sorprendió genuinamente al ver una sonrisa tan dulce en su rostro. La vista de su compañero estando tan feliz le causó un escalofrió desagradable en todo el cuerpo, por lo cual tuvo que apartar la vista y solo se cruzó de brazos.

— No tienes que agradecerme, Tomioka-san. — Finalmente respondió a las palabras de su amigo. — Es bueno que todo haya salido bien. — completó su frase con algo de dificultad, intentando mostrarle una parte más sincera de ella misma.

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El sufrimiento de TomiokaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora