Kokushibo detestaba los cumpleaños, para él, con sólo un cumpleaños una vez al año ya era demasiado, los cumpleaños deberían suceder una vez cada cincuenta años para que por lo menos sean tolerables.
Pero ahí estaba, asegurándose de que las fiestas sean lo más seguras para esas débiles criaturas mientras moría de enojo cada que el orden se salía de control.
Si no les decía nada, los niños iban demasiado lejos con los juegos y terminaban llorando.
Si les decía que se detuvieran, los niños terminaban llorando.
Si los agarraba y los amarraba para luego dárselos a cualquier luna que estuviera de paso, los niños terminaban llorando.
No había punto medio.
Mientras kokushibo estaba intentando perderse en sus pensamientos, podía escuchar al par de gemelos forcejeando detrás suyo, el sonido de las pequeñas espadas de madera que les había regalado hacian eco en la fortaleza. Discretamente, viró uno de sus ojos para ver que era exactamente lo que estaban haciendo.
Senjuro solo sostenía el juguete con fuerza y temeroso, cerraba los ojos cada que su hermano golpeaba el objeto de madera con su propia espada. Tanjiro tenía una cara muy seria para que fuera un juego. ¿Estaba tratando de entrenar?
Kokushibo sacudió sus hombros para disipar ese cosquilleo que recorrió su cuerpo. Luego se levantó con la intensión de empezar a recoger las cosas de los niños antes de llevarlos al templo de Douma para que puedan dormir.
Entonces tuvo que detenerse, porque un mini humano dejó salir un pequeño "ah" y corrió a pararse a su lado para luego posicionarse con la espalda exageradamente ergida e imitar con su espada de juguete la forma en la que kokushibo agarraba la katana.
— ¿Qué crees que haces? — El demonio habló con su voz siniestra.
— ¡Intento ser como usted! ¡Quiero ser igual de fuerte que usted! — Tanjiro sonrió con determinación.
Kokushibo se quedó entumecido por un momento, antes de fruncir el ceño.
— Eres tan débil que vas a necesitar mil años para al menos alcanzar mis talones. —
— Pero si usted me entrena desde mañana serían mil años menos un día. ¿No? — El niño no se dejó afectar por su comentario.
— Deja tu optimismo y primero prueba que eres capaz de pasar el día uno. — Kokushibo retomó su camino, haciéndole una señal con su cabeza para que lo siga.
— Hey! Esperen. — Senjuro los siguió por detrás.
° ° °
En la oscuridad de la noche, un demonio de seis ojos se encontraba sobre el tatami de un dojo, moviendose mientras realizaba ataques sencillos con su katana, frustrando con facilidad los intentos de un adolescente de cabello negro que daba todo de sí para golpearlo con su propia arma.
A los ojos de otros demonios, probablemente se trataba de una batalla feroz, dada la intensidad de esta. Pero para Kokushibo seguía siendo un juego de niños.
No paso mucho tiempo hasta que se cansó y decidió acabarlo todo realizando un movimiento que siempre terminaba derrumbando al chico. Para su sorpresa, esta vez Tanjiro lo esquivó, hizo un cambio de pies rápido antes de agacharse de modo que su katana se colaba en una pequeña abertura entre sus brazos para topar con la hoja la costilla de kokushibo.
— Sé que aún no es mucho... Ah— Tanjiro retrocedió de inmediato para evitar un ataque del demonio, dio una vuelta seguida por un salto antes de ir directo a su cabeza.
Kokushibo extendió su brazo, golpeando el estómago del chico con la katana de madera, haciendo que este se quedara suspendido en el aire unos segundos para luego caer al suelo.
— Pero aún tengo 992 años para continuar ¿verdad? — dijo el chico luego de reincorporarse, este solo tosió un poco mientras sonreia.
° ° °
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El sufrimiento de Tomioka
FanficEn un mundo omegaverse, Tomioka Giyuu tuvo la desgracia de nacer como Omega. Tras su primer celo, Tomioka empezó a luchar para ocultar su verdadera casta, siendo un 'Alfa' no hubo impedimento alguno para que pudiera mantenerse como cazador de demoni...