Un híbrido.
Haneul se encontraba abrumada ante tal revelación. Ni siquiera descubrir que Minho era un vampiro o que ella misma era una bruja le había resultado tan desconcertante como aquello. Definitivamente su vida se tornaba cada vez menos aburrida.
Una adolescente de dieciséis años llamada Kim Bora. Esos eran los datos de la emblemática desconocida. Haneul estaba hechizada ante sus ojos de zafiro, el azul era tan intenso que se asemejaba al vitral de alguna catedral. Estando sentada frente a ella en el piso del baño, notó algunos detalles más de su aspecto, como el lunar bajo su ojo izquierdo, su ropa desgastada y sombría y su preocupante delgadez. Parecía casi en los huesos y era más evidente en sus manos alargadas, con las uñas puntiagudas mordisqueadas.
La bruja suspiró. Sabrina...Bora parecía avergonzada. Se ocultaba tras las cortinas de su propio cabello y estaba hecha ovillo, sin saber exactamente qué decir.
—Entonces... —alargó Haneul al cabo de unos minutos. —Eres un híbrido.
La chica asintió.
—Y terminaste aquí por qué... —continuó, esperando una respuesta, pero esta no llegó. —Brina —repitió su sobrenombre suavemente, esperando que ella recordara que podían confiar la una en la otra.
Los ojos de Bora recorrieron la habitación con inseguridad, como si estuviera atrapada sin salida. Mordió su labio inferior y apretó la mandíbula.
—Vengo de una familia de híbridos —finalmente respondió, disponiéndose a contar. —Era hija única. Mis padres y yo solíamos vivir con normalidad, como humanos, pero ellos murieron hace un año en un accidente —explicó, con la voz quebrándose ligeramente a medida que relataba su historia. —Me llevaron a un orfanato, ¡pero la vida era horrible ahí! La directora era una anciana amargosa y todos los demás me molestaban. Después de tres meses, tomé la decisión de escapar, me transformé y logré salir. Pensé que la vida sería más fácil de esa forma, pero dio lo mismo. En la calle, todos me trataban como basura, ¡incluso en mi forma humana! Creí que la vida como humana era difícil, después creí que la vida como animal era difícil. Comienzo a pensar que la vida es difícil en cualquiera de sus formas —exclamó, con exasperación.
Haneul apretó los labios, intentando rebuscar las palabras adecuadas para reconfortarla, pero fue inútil.
—Lo siento... —murmuró apenada, mientras Bora suspiraba, alzándose de hombros con disgusto.
—Minho fue el primero en tratarme con delicadeza, aún recuerdo cuando me encontró... Llovía a cántaros, pero yo estaba escondida en una caja húmeda, detrás de un basurero. Temblaba y no había comido nada durante todo el día. Estaba llorando, pero no creí que eso fuera a generar algo. Siempre lo hacía sin que nadie se detuviera a ayudarme, pero él fue diferente... —sus ojos destellaron al recordarlo todo. —Se acercó y me cargó tan rápido como me escuchó, ¡no le importó que estuviera sucia o mojada o pulgosa! Nunca nadie me había acariciado con tanta dulzura...me trajo a casa. ¡Todo hubiera estado perfecto de no ser por la tonta de Jane!
—Espera —Haneul frenó en seco. —¿Jane también es un híbrido?
—¿Jane? —pronunció con burla. —Oh no, solo es una gata malcriada y territorial. Quizá presiente que hay algo raro conmigo y por eso se comporta así... ¡Es un desastre!
—Por eso debes decirle —advirtió la mayor.
—¿Qué? ¡Claro que no!
—Bora...
—¡Sería terrible Haneul! Los vampiros odian a los híbridos, o en realidad, odian a cualquier raza que no sea la suya —mencionó, desordenando su cabello. —¡Me echaría de aquí en cuanto supiera!
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Renaissance ©
VampireCuando se encuentra al borde de la muerte, un ángel aparece para salvarla, pero esperen...los ángeles no tienen colmillos afilados ni una insasiable sed de sangre que solo los mortales pueden calmar, ¿cierto? Renaissance ; a Lee Minho dark fantasy...