Fingió que la fiebre llegó de repente. Por ello, su madre ni siquiera se enojó con ella cuando notó su ausencia en la celebración. Suspirando aliviada, se rio al ver a Moon Byul reincorporarse. Se tronó la espalda acercándose a sus brazos. Riendo, apoyó una mano en la extensión de su frente verificando si yacía caliente o no.
- Ya no quiero mentir... - Yong Sun se puso seria bajando la mirada.
- Sabes que esto es lo único que puedo ofrecerte, Yong. Perdóname.
El agua estaba tibia. Ambos cuerpos al descubierto siendo completamente bañados con suma tranquilidad escuchándose únicamente sus respiraciones mientras el jabón recorre pacientemente la piel suave. El cuarto adornado con velas perfumadas hacía ilusión a un amor incondicional, viejo. Aun así, el corazón de cada una estaba destruido, inquieto, cansado. Necesitando un milagro para que aquella relación no fuera más que un simple sueño adolescente. Deseaban mostrarse ante el mundo, no esconderse entre las sombras, no besarse en lugares desiertos, poco frecuentados, añoraban hallar una manera rápida para continuar explorando y disfrutando su reciente historia de amor. Pero ¿cómo llegar a una solución asegurada?
No podían. No cuando estaba a punto de pasar lo esperado hace años. No cuando no se complementaban a nivel económico y social. No cuando eran dos personas del mismo sexo ahogando los sonidos eróticos besándose y mordiéndose mutuamente.
- ¿Cómo te gustaría que sea él? - con los cabellos mojados y en poca ropa, se acostaron en la cama.
- Nunca pensé en eso, es algo que traté de dejarlo estancado en mi cerebro, pero... ahora está a la vuelta de la esquina, y debo analizar qué clase de hombre quiero para mi vida.
- Espero que sean muy felices, Yong.
Con eso, la semana escolar regresó nuevamente rompiendo, en el proceso, todavía más el sentimiento de querer quedarse pegadas y enamoradas. Alejándose como siempre en las clases, esta vez, no se miraron de reojo en ninguna ocasión. Yong Sun permaneció ocultando sus emociones eligiendo junto a Wendy e Irene qué disfraz se pondría para la fiesta del fin de semana entrante. Moon Byul, mientras tanto, se dispuso a resolver la duda del millón si era positivo o no ser parte del equipo de vóley. Comprendía que sería, muy en el fondo de sus pensamientos, una buena noticia para sí misma, pero quería también pasar tiempo con la chica pelinegra, de todos modos, sus ganas se esfumaron cuando la cruzó en el pasillo hablando muy animadamente con un chico que no conocía en absoluto, sonreía como si realmente estuviera pasándola bien con él a su lado.
Como si no hubiera vuelto jamás.
Como si hubiera dejado de existir, como si su presencia no hubiera sido noticia.
Al día siguiente, terminó metida en el equipo de baloncesto porque, bueno, el de vóley estaba lleno. No se ofendió, de hecho, se encariñó bastante con el deporte en sí, en sus días en Inglaterra, jugó lo suficiente durante su estadía acabando, así, no siendo un desastre como sí llegó a serlo en su niñez. Ahora tenía admiradoras y el grupo aclamaba cada día su participación, les urgía que sus piernas funcionaran con normalidad, querían que corriera, que fluya con rapidez, que sea la cara y representación de inteligencia y liderazgo todo el tiempo.
- ¿Planes para esta noche? - a propósito, la chica elevó las cejas para luego moverlas en sinónimo de picardía.
- Bañarme e ir a dormir. Nada más.
- ¿Por qué no dejas tu aburrimiento de lado y me acompañas a esa fiesta de disfraces? Eres sumamente virgen, Moon. Vamos. Por favor, ¿sí? - Seul Gi puchereó cerrando su casillero.
- Tengo clase de boxeo, te veo después. - agitando apenas su mano, rio bajo cuando la chica le gritó diciéndole que era la persona más anciana que conoció en toda su vida. Obvio que había recibido una invitación, pero no iría. No quería ponerse mal viendo cómo el mundo entero notaba la existencia de Yong Sun. Sonaba tóxico y hasta, incluso, totalmente egoísta, de igual manera, no le importaba si parecía posesiva, alterada, no se aparecería por ese sitio.
El recuerdo persistente sobre el hecho de que Yong Sun no era nada suyo, en cierto punto, la enloquecía provocando que su puño impactara con muchísima más eficacia en la bolsa. Dando una bocanada de aire extensa, cerró los ojos tratando de recomponerse un poco para volver a golpear. Ignoró tanto como pudo los ojos ansiosos por aproximarse saltando más rápido la cuerda. Al terminar las dos horas seguidas de entrenamiento extra, hizo a un lado también cuando una chica se colocó únicamente a su lado con la intención de robarle el usuario de Instagram o, en su defecto, su número telefónico. No consiguiendo ninguna de las cosas, se aguantó la risa al observar su ceño fruncido. Nuevamente llegó a la mansión tarde. Pocos focos estaban encendidos. Caminando lentamente por el interior de la misma con el bolso deportivo acomodado en uno de sus hombros, su expresión pasó a ser una sorprendida cuando una mano le tapó la boca. Topándose con la firme columna de su pasillo antiguo, se calmó al rozar con suavidad su nariz con la de Yong Sun, quien vestía una falda escocesa increíblemente corta junto a una playera igual de pequeña. No pudiendo controlar el calentamiento que florecía rápidamente de su anatomía, sus manos frías sostuvieron con firmeza la diminuta cintura atrayéndola por completo a su pecho.
- ¿Te vas? - Yong Sun negó poniendo las palmas alrededor de su cuello aspirando sin una pizca de vergüenza el aroma a perfume dulce de sus clavículas desnudas. Fue automático. Segundos después, su boca devoró la suya dándole a entender que extrañó la ausencia de los labios y el cuerpo joven fundiéndose en cada uno de sus rincones.
- ¿Por qué tardaste tanto? - fingiendo que no le dolía pensar que ya tenía a otra mujer ofreciéndole placer sexual, Moon Byul le contestó alejando por completo aquellos miedos con besos húmedos en sus muslos al descubierto.
- Boxeo... - explicándole todo en una sola palabra, se dejó llevar finalmente siendo mordida y calentada en sus brazos fuertes sacándole gemidos y algún que otro bufido.
- ¿Vas a ir? - Yong Sun pasó una pierna por debajo de la contraria acomodándose a su costado. Sabiendo a lo que se estaba refiriendo, negó. - ¿Por qué?
- Secreto.
- No tenemos secretos entre nosotras, Moon Byul. ¿Por qué no...?
- ¿Irás de la mano de alguno?
- ¿Eso es lo que te molesta?
Para no comenzar con otra discusión con el mismo tema, Moon Byul le dio la espalda suspirando con profundidad para no actuar de forma negativa ante Yong Sun apartando sus manos de su piel. Todavía sintiendo su calor, se encontró nuevamente con ella para luego besarla con lentitud con los celos a flor de piel comiéndole la cabeza entera.
- Iré.
- Bien.
[...]
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Solitude And Outlaw [moonsun]
Fanfiction➤ Moon Byul escapó junto a su madre de aquel hogar abusivo en donde solían instalarse hasta hace un par de semanas atrás. Desde que se alejaron de su padre violento, atravesaron "las mil y una", calor, frío, hambre, dolores musculares, padecieron de...