Su vida ya no era controlada por sí misma, ahora existía mucha más gente por detrás de sus espaldas con la intención de que no cometiera otro error enorme. Ahora sabían qué hacía y cuántas horas dormía. Terminó por perder la poca confianza que sus padres alguna vez le tuvieron. Estaba atrapada en una red hecha por la serpiente más venenosa que, al correr de los días, se convertía en su pesadilla y miedo persistente. Pero ella no trabajaba en solitario, también había un monstruo gigante y odioso de su lado para continuar jodiendo todavía peor aquella respiración que, con frecuencia, dudaba si era recomendable mantenerla viva.
El hombre que pensó que era su orgullo mostró su verdadera faceta. Jamás vio antes unos ojos tan rojos y decepcionados como esa noche depresiva. La bofetada se sintió lo suficientemente real como para gemir de dolor. Su voz elevada acabó por erizar su rota piel. Por primera vez en años, nadie hizo absolutamente nada por salvar la poca estabilidad que le quedaba. Completamente avergonzada, se tumbó de rodillas contra el suelo tapándose la cara mientras el segundo cintazo se fundía en su espalda fría.
Merecía la humillación, pero ¿por qué pasó a mayores? La sangre descendió casi como un balde de agua congelada por su destruida anatomía. A través de sus cabellos desordenados observó las lágrimas dolorosas por parte de su hermana mayor, quien yacía acomodada a un lado de su madre con los brazos cruzados sintiéndola tan vulnerable y lastimada que, después de unos minutos, abandonó la sala dirigiéndose a su habitación con pasos rápidos al subir la escalera. Nuevamente, su otra mitad no había hecho nada por ella y la dejó sola luchando apenas con personas fuertes y violentas.
- Si no haces lo que ordeno, la huérfana morirá como un perro pulgoso, ¡¿de acuerdo, Yong Sun!? - cuando afirmó, el hombre la enderezó por su cuenta empujando su cuerpo en dirección hacia su único lugar seguro en la mansión.
El futuro de la familia Kim no podía ser homosexual. Repitió esa frase durante semanas. Destrozada y con la mente en otro sitio alejado de su casa, no prestó atención a las conversaciones tampoco en esa mañana fría. Apenas comiendo, luego se levantó ocultándose en la oscuridad de su cuarto con la intención de dormir todo ese día también. Nadie preguntó por qué las ojeras adornaron de repente su rostro joven. Nadie cuestionó por qué estaba ingiriendo poco alimento. Nadie quiso divulgar por qué su anatomía se volvía cada mes más delgada. Pero sí se alegraron cuando su vida como modelo comenzó a crecer. A pesar de que su estado era sumamente deplorable, sus padres besaron su frente felicitándola por ser la tapa de una de las revistas más importantes de moda del país.
¿Cómo se sintió respecto a eso?
Mucho peor.
Fue ahí donde su teoría se mantuvo fuertemente como un edificio hermosamente nuevo. Solo la veían como un producto. Era una mercancía. La gente la quería por ser bonita. Una vez más, nadie conocía su mayor miedo. Nadie sabía que odiaba la lluvia. Nadie sabía que extrañaba y pensaba en la chica de su infancia todos los días. Nadie sabía que besaba entre lágrimas la pequeña fotografía de ellas dos en uno de sus cumpleaños. Nadie sabía que lo hacía antes de irse a dormir para calmar su ansiedad.
Nadie la conocía más que Moon Byul Yi.
Nadie la amaba más que ella.
Nadie le mandaba cartas todos los días para saber cómo se sentía.
Nadie aparecía por la medianoche al frente de su ventana únicamente para brindarle un beso a la distancia aguantándose el llanto por no poder estar cerca de su cuerpo necesitado con el fin de cuidarlo y acariciarlo como alguien ciego descubriendo algo desconocido.
Nadie se comportaba como ella.
Subió a la limosina seriamente. Se cruzó de piernas mirando perdida a través del cristal. Sentía más frío de lo normal. La depresión creció lo suficientemente como para no dejarla en paz ni siquiera un corto momento. Necesitaba un cigarro. O simplemente, dormir todo un día entero. La sesión de fotos, afortunadamente, había terminado hace varios minutos. Se miró en el espejo de mano pequeño cómo su mirada decaída se volvía peor al transcurrir los días con normalidad. Ya no era la niña risueña que charlaba sin vergüenza con los empleados de sus padres. Ya no reía a carcajadas llenando rápidamente los pasillos con sus sonidos extravagantes. Ya no tenía ganas de mantener una conversación con un desconocido o empezar una por su cuenta. Solo movía la cabeza si alguien le preguntaba algo o negaba de la misma manera. Era un fantasma desganado. Triste. Un cuerpo sin alma. Una voz que jamás se escuchaba. Un corazón miedoso.
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Solitude And Outlaw [moonsun]
Fanfic➤ Moon Byul escapó junto a su madre de aquel hogar abusivo en donde solían instalarse hasta hace un par de semanas atrás. Desde que se alejaron de su padre violento, atravesaron "las mil y una", calor, frío, hambre, dolores musculares, padecieron de...