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Después de un tiempo parecían convivir bien, tenían ratos divertidos y alguna que otra queja uno del otro pero nada que no se pudiera solucionar. Tenían una buena amistad, pero además de ello con el tiempo la rubia empezó a verlo con otros ojos, algo que no se imaginaba que llegara a pasar, pero sentía que era algo malo. Aún que Tsuyu ya no estaba interesada en él tenía la sensación de que no debía si quiera mirar al rubio y mucho menos intentar algo más allá de una amistad.

Estaba sola en casa, este estaba trabajando y la rubia aún no encontraba un trabajo. Estaba estresada por ello, no quería seguir "aprovechándose" del rubio y seguía dejando currículums por los lugares de trabajo. Mientras estaba limpiando escuchó la puerta abrirse y se asomó a verlo. Tenía mala cara, parecía cansado y este se apoyó en la pared.

—¿Estás bien?—Pregunto la rubia acercándose a él.
—Si...
—No lo parece...

Notó que sudaba y le ayudó a quitarse la chaqueta. Tocó su frente y ardía de fiebre.

—Tienes mucha fiebre—Dijo esta agarrando su brazo.
—No se que ha pasado, estaba con Deku patrullando y me he empezado a sentir muy cansado...
—Te llevaré a tu cuarto

Tiró de él agarrando su brazo, lo guío hasta su habitación y lo dejó sentado en la cama.

—Salgo para que te quites la ropa y cuando te hayas tapado avísame

Bakugo negó con la cabeza e intentó levantarse.

—Deberías descansar Bakugo
—Que no, que estoy bien
—No seas tonto, descansa
—Que no...
—Vamos hombre, déjame cuidarte...

Bakugo la miró y suspiró.

—Bien... Pero no necesito que me cuides...
—Venga, a la cama

Volvió a sentarse y se quitó la camiseta. Toga se dió la vuelta para dejar que se quitase la ropa y bajó la mirada avergonzada.

—Ya...

Esta se giró a mirarlo y tocó su frente de nuevo. Lo miró sin decir nada, tenía las mejillas rojas por la fiebre y el sudor bajaba por su rostro.

 Lo miró sin decir nada, tenía las mejillas rojas por la fiebre y el sudor bajaba por su rostro

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—Te haré una sopa...—Dijo la rubia.

Bakugo no respondió y Toga salió de la habitación. Se tocó las mejillas, le parecía tierno que estuviera así de tranquilo y sonrió. Fue a la cocina a prepararle la sopa que le había prometido y después volvió a la habitación. Parecía que se había dormido pero cuando la escuchó entrar la miró, se acercó a él y le sonrió.

—Toma, te cuidado, aún está caliente—Dijo dejándola sobre la mesita de noche.

Bakugo se incorporó y miró el plato.

—No necesito que me cuides...—Dijo agarrando la bandeja con el plato y la cuchara.
—Callate y déjame cuidarte, es lo menos que puedo hacer... No tengo trabajo todavía y no puedo permitirme una casa...

Pᴀʀᴀ ᴍɪ ᴏ ᴘᴀʀᴀ ɴᴀᴅɪᴇ ᴍᴀ́s [ℬ𝒶𝓀𝓊𝓉ℴ𝓰𝒶]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora