El Fin De La Reina

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La ambulancia llegó al hospital, allí ya esperaba una elegante mujer de cabello platinado y largo, con una dorada mirada un tanto preocupada aún cuando su porte no lo expresaba. Al ver que bajaba su hijo en la camilla se acercó pero un policía lo evitó.

—No puede acercarse señora.

—Es mi hijo—lo mira indignada y se suelta—ademas de que soy su abogada—saca su celular y toma varias fotos antes que se lo impidieran—está casi muerto y lo traen esposado, oh, todos están en graves problemas.

—Su hijo no es una manza paloma, es alguien sumamente peligroso—le dicen con rudeza.

—Está muriendo.

—Son órdenes del comandante Taisho—Irasue frunció el ceño y siguió a su hijo a una distancia permitida, su objetivo era no permitir visitas indeseadas a Sesshomaru mientras era operado y se estuviera recuperando.

Una hora después recibió una llamada y los policías que se encontraban allí la miraron pero ella los ignoró.

—¡Buenas noches! Oh, eres tú querida, sí, estoy despierta… descuida, podemos hablar, será una larga noche—dice de forma despreocupada—Sí, estoy al tanto de tu caso, me satisface que por fin decidieran dar ese paso. Y él no cambiará de opinión ¿Cierto? Es tan voluble y malcriado ¿Segura que tú no te arrepentirás?… Bueno, es tu vida—siguió hablando tranquilamente cerca de 25 minutos, ya ninguno de los policías la miraba y esto la hizo sonreír ligeramente—estaremos en contacto querida, dile que me llame si gusta, estaré un tiempo con mi hijo… sí, aunque sea tan independiente necesita de su madre en los momentos complicados.

Al colgar sacó su estuche de maquillaje para retocarse pero en realidad estudiaba el área, ya Kikyo había llamado para constatar su posición, le alegraba que más personas se unieran para ayudar a su hijo en un momento así, debía admitir que esto le sorprendía también ya que su retoño no era del tipo de persona que tuviera amigos.

Tenía el área controlada, solo quedaba esperar que Sesshomaru saliera airoso de la operación antes de cualquier paso en aquella posición del plan, la espera sería larga, ideal para ir preparando el caso de la reina, no necesitaba ir a juicio, solo alentizar un poco el proceso de su ejecución.

*******

La patrulla se detuvo frente la estación, fuera de ella habían una veintena de personas, todas queriendo ser testigos de una escena nunca antes vista, la líder de la mafia aprendida.

La puerta se abrió y aquélla joven ensangrentada salió. Su semblante sereno, frente en alto, casi parecía a punto de sonreír, a todos les sorprendió que aquella joven fuera la reina, la mayor criminal de la nación, aún así a más de uno le causó un fuerte escalofrío al recordar todo lo que fue capaz.

Rin miró ligeramente a los espectadores y por alguna razón le pareció divertido ¿Xq no se dejó atrapar antes? Seguramente hubiera sido un juego muy entretenido el escapar ¿Cuanto tiempo tardaría en salir libre?

—Esa será una ejecución que no me perderé—logró oír entre los policías.

Ejecución. Sería ejecutada, sí,era verdad, pero esa palabra no le daba miedo, no tenía morir, lo único que le causaba pesar era que sí lo hacían pronto sus hijos se irían con ella, no les darían una oportunidad, su único consuelo era que no sufrirían, su única preocupación real era Sesshomaru quién se debatía entre la vida y la muerte, si él se salvaba nada más importaba, esperaba la señorita Irasue lograra obtener su libertad luego.

Justo antes de entrar vió entre los oficiales a aquella polícia, Kikyo estaba allí y esto fue un golpe de comprensión, no estaba sola y un nuevo plan estaba en marcha.

Morir No DueleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora