Destinos entrelazados: El Corazón Del Dragón Y La Estratega Del Ajedrez

Capitulo 9: Preparativos para el Rating Game y formando amistades parte final

Sin embargo, la mirada maliciosa de Akeno no desapareció, y sus ojos se movieron entre Issei y Sona, buscando cualquier señal que pudiera revelar algo más. Issei y Sona se miraron de nuevo, tratando de mantener la calma mientras se sentaban para desayunar.

El ambiente seguía tenso, especialmente con Tsubaki y Yura observando con atención. Parecía que había algo más en el aire, algo que no se había dicho, pero que estaba afectando a todos en la mesa. Issei y Sona se dieron cuenta de que no solo tendrían que responder a las bromas de Akeno, sino también a las dudas de los demás. Sabían que esta conversación sería solo el comienzo de muchas otras que tendrían que tener para aclarar lo que realmente había pasado durante la noche.

Akeno continuaba con sus bromas y comentarios sugerentes, no dejando pasar ninguna oportunidad para molestar a Issei y Sona. Cada vez que Issei o Sona intentaban hablar o tomar un bocado de su desayuno, Akeno soltaba un comentario picante o hacía una pregunta con doble sentido, manteniendo el ambiente tenso y un tanto incómodo para ambos.

—¿Sona, te divertiste anoche? Espero que Issei no haya sido demasiado molesto —dijo Akeno con una sonrisa traviesa.

Issei ya estaba sonrojado, tratando de mantenerse tranquilo, pero Sona empezaba a perder la paciencia. Akeno seguía y seguía, sin detenerse, y la tensión en la mesa crecía. Rias intentaba frenar a Akeno, pero la voluptuosa demonio solo se divertía más con cada respuesta que obtenía.

—¡Vamos, Akeno! Deja a Issei y Sona tranquilos —intervino Rias, tratando de calmar a su amiga.

—Oh, vamos, Rias, no me digas que no tienes curiosidad. Después de todo, dormir juntos siempre puede traer sorpresas... —respondió Akeno con un guiño.

Finalmente, Sona, que había estado soportando con estoicismo las bromas, se hartó. Su mirada se volvió fría y su voz resonó con autoridad mientras se dirigía a Akeno.

—Akeno, ya que estás tan animada esta mañana, decidí que tu entrenamiento será un poco más intenso hoy —dijo Sona con tono serio, cruzando los brazos.

La sonrisa de Akeno se desvaneció por un momento. Había cruzado la línea, y ahora Sona estaba tomando medidas. Los demás en la mesa observaron la interacción con interés, sabiendo que Sona no era alguien que se tomara a la ligera.

—Oh... Sona, yo solo bromeaba... no necesitas ponerte tan seria —dijo Akeno, intentando suavizar la situación.

Sona no estaba dispuesta a ceder. Había sido suficientemente paciente, pero Akeno había ido demasiado lejos.

—Me alegra que puedas bromear, Akeno. Pero no olvides que también hay trabajo que hacer. Prepárate, porque hoy tendrás un entrenamiento especial —dijo Sona, sin cambiar su expresión.

El resto del grupo miró a Akeno con una mezcla de lástima y respeto. Todos sabían que un entrenamiento intensivo con Sona no era algo para tomar a la ligera. Akeno, por su parte, se encogió de hombros y trató de actuar como si no le importara, pero todos podían ver el brillo de preocupación en sus ojos.

Con esa declaración, la mesa volvió a la normalidad. Issei y Sona pudieron respirar un poco más tranquilos, aunque sabían que Akeno no olvidaría esta lección pronto. Sona había mostrado su autoridad y, aunque era la líder del Consejo Estudiantil, también sabía cuándo era necesario poner orden, especialmente cuando la línea del respeto se cruzaba.

El sol estaba alto en el cielo cuando ambos séquitos se reunieron en el patio para el entrenamiento. Sona y Rias habían acordado que un combate entre sus respectivos miembros sería una buena forma de evaluar sus habilidades y trabajar en estrategias para futuras batallas. El ambiente era eléctrico, con todos esperando para ver cómo se desarrollarían los combates.