Capitulo 36: Problemas

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Issei estaba sentado en la sala de la mansión, la luz suave del atardecer filtrándose a través de las ventanas. Delante de él, una caja abierta mostraba una colección de cartas cuidadosamente dobladas. Las cartas que Sona le había dado y que ahora revisaba con curiosidad. Cada una de ellas tenía un aspecto único, algunas decoradas con detalles llamativos, otras con una elegancia sobria.

De repente, la puerta se abrió con un suave crujido y Kuroka, junto con las demás, entró en la sala. Kuroka, con una sonrisa juguetona en el rostro, comentó en tono burlón:

— ¿Vaya, Issei? ¿Revisando las cartas de amor y propuestas de matrimonio que te dieron? No sabía que tenías una fanbase tan apasionada.

El resto de las chicas, desde el rincón de la sala, observaba con una mezcla de diversión y curiosidad. Tsubaki arqueó una ceja y dijo con una sonrisa:

— Parece que tenemos una competencia de cartas de amor en marcha.

Sona, al fondo, se cruzó de brazos con una expresión de ligera indignación mientras observaba la escena, pero también una pizca de curiosidad.

Issei levantó la vista, un poco sorprendido por la repentina invasión, y trató de ocultar un rubor en sus mejillas mientras decía:

— ¡Eh, no es lo que parece! Solo estaba organizando las cartas que Sona me dio...

La atmósfera en la sala se llenó de risas y comentarios juguetones mientras las chicas se acercaban a Issei, interesadas en ver qué contenían las cartas y cómo había reaccionado a ellas.

Issei estaba a punto de abrir otra carta cuando Sona, con una expresión de ligera indignación, se adelantó y dijo:

— Issei, ¿qué harás con la carta que te dio Katase? Deberías responderle, después de todo, tuvo la osadía de entregártela justo en nuestras narices.

Las palabras de Sona causaron un momento de silencio en la sala, seguido por miradas curiosas hacia Issei. La tensión en el aire era palpable, y la mirada de Sona dejaba claro que no estaba contenta con la manera en que se había manejado la situación.

Issei, un tanto sorprendido por la pregunta directa, se rascó la nuca mientras trataba de encontrar las palabras adecuadas.

— Bueno, no estaba planeando ignorarla... — empezó, tratando de mantener la calma mientras las chicas lo observaban expectantes. — Solo no estoy seguro de cómo responder. Katase parece tener sentimientos genuinos, pero no quiero hacer nada que pueda complicar las cosas.

Kuroka levantó una ceja y bromeó:

— Parece que tendrás que encontrar una forma diplomática de manejar esta situación. No querrás hacerle daño a Katase, ¿verdad?

Las demás chicas, aunque seguían observando con interés, se dieron cuenta de la seriedad de la conversación y comenzaron a ofrecer su apoyo, ayudando a Issei a decidir cómo responder de la mejor manera.

Sona, aunque aún con una pizca de indignación, asintió y dijo:

— Lo importante es que seas honesto con ella. Si necesitas ayuda para redactar una respuesta adecuada, no dudes en pedírmela.

La tensión en la sala se alivió un poco mientras todos comenzaban a discutir la mejor manera de abordar la situación, con el deseo de encontrar una solución que pudiera ser aceptable para todos los involucrados.

Mientras tanto, en una cafetería cercana, Katase y Murayama estaban sentadas en una mesa, disfrutando de sus bebidas y conversando animadamente. Murayama, mirando a Katase con curiosidad, rompió el silencio:

Destinos entrelazados: El Corazón Del Dragón Y La Estratega Del AjedrezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora