Capitulo 37: Protegiendo la capital de lilith

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El vuelo hacia la capital del Lilith fue marcado por un silencio abrumador, con una tensión palpable en el aire. Issei, Sona y el resto del grupo se mantenían en alerta máxima mientras descendían hacia el área de conflicto. A medida que se aproximaban, la magnitud del desastre se hacía cada vez más evidente.

Al llegar, la escena que se desplegaba ante ellos era desoladora. La capital, una vez próspera y vibrante, estaba ahora en ruinas. Los edificios, que solían ser emblemas de orgullo y cultura, estaban hechos escombros, y las calles estaban cubiertas de escombros y restos de la batalla. El humo negro y espeso ascendía en columnas hacia el cielo, mezclándose con las nubes grises y amenazadoras. El estruendo de explosiones y el clamor de la batalla resonaban en cada rincón, creando una sinfonía de caos.

Sona se dejó llevar por el horror de la visión. Su rostro estaba pálido y sus ojos reflejaban el impacto de la devastación. — Esto es horrible. La capital está completamente arrasada — dijo, su voz temblando con la magnitud del desastre.

Issei, con una expresión de concentración feroz, miró a su alrededor evaluando la situación. Los demonios civiles estaban siendo asistidos por soldados y ángeles caídos, quienes se apresuraban a ofrecer ayuda. Los ángeles caídos estaban ocupados tratando de estabilizar a los heridos mientras los soldados combatían contra las criaturas invasoras que seguían causando estragos.

— Necesitamos encontrar a Saji, Akeno y Xenovia rápidamente para ofrecerles ayuda. — Issei dijo con determinación.

Sona asintió, tomando un momento para observar a su alrededor. — Tsubaki, Ruruko, Reya y Momo, vayan conmigo. Debemos averiguar dónde están Saji y los demás.

Con una mezcla de preocupación y determinación, Sona y su grupo se separaron para seguir su misión. Mientras tanto, Issei organizó su propio equipo, reuniendo a Izabella, Karlamine, Shui y Kuroka.

— Vamos, necesitamos encontrar a Raizer y su séquito. — ordenó Issei, su voz firme y clara. — Cada segundo cuenta.

Izabella, con su presencia serena, asintió y se preparó para el combate. Karlamine, con su espada y su determinación, se posicionó junto a ella, mientras Shui y Kuroka también se alineaban, listos para la batalla. Juntos, se dirigieron hacia la zona donde Raizer y su equipo estaban combatiendo.

Sona y su grupo avanzaron con cautela, su búsqueda por Saji y los demás los llevó a través de la ciudad en ruinas. Tuvieron que esquivar escombros y luchar contra algunas criaturas que aún quedaban en el área. Cada uno de ellos estaba alerta, utilizando sus habilidades y estrategias para despejar el camino mientras trataban de localizar a sus compañeros.

Issei, por otro lado, y su equipo llegaron a la zona donde se encontraba Raizer y su séquito. La batalla allí era feroz, con Raizer y sus aliados enfrentándose a un grupo particularmente agresivo de criaturas invasoras. Issei y su grupo se lanzaron a la pelea, uniéndose a la lucha con habilidad y determinación.

El caos y la desesperación rodeaban a ambos grupos, pero la llegada de Issei y Sona con sus respectivos equipos traía una chispa de esperanza en medio de la devastación. La lucha por recuperar la capital del Lily apenas comenzaba, y cada miembro del equipo sabía que su intervención era crucial para cambiar el rumbo de la batalla.

Raizer, al ver a Issei aterrizar junto a su equipo, mostró una expresión de sorpresa genuina. Sus ojos se abrieron de par en par al reconocer a Issei en medio del caos.

— Issei Hyoudou... — dijo Raizer, su voz cargada de asombro y alivio. — ¿Qué haces aquí?

Issei se acercó con una expresión grave pero calmada. — Cuanto tiempo, Raizer. Veo que la situación es bastante complicada. Me alegra poder ayudarte.

Destinos entrelazados: El Corazón Del Dragón Y La Estratega Del AjedrezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora