Capítulo 2

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Las palabras de la rubia fueron como un balde de agua fría para Samantha, quien realmente no estaba entendiendo lo que sucedía, así que con la mirada llena de curiosidad e incredulidad volteó a ver a su jefa. 

-¿Quiénes? -preguntó.

-Tú y yo. -respondió ella soltando una risa nerviosa- ¡Tú y yo nos vamos a casar! Si.

-Oh, nosotras. -dijo atontada.

Connor y Dexter las miraron con curiosidad. 

-¿No es tu secretaria? -preguntó Dexter.

-Asistente. -se apresuró a responder la ojimarrón.

-Asistente ejecutiva. -corrigió Abril con una sonrisa- No sería la primera vez que alguien se enamora de su secretaría, ¿verdad, Dexter? -el mencionado se removió incomodo al ver como su socio lo volteaba a ver- Samantha y yo solo somos dos personas que no debían enamorarse, pero nos enamoramos. -la ojimarrón negó- Las noches largas en la oficina, los viajes a las ferias de libros...

-Algo pasó. -dijo Samantha.

-Algo...

-Sí. -la ojimarrón sonrió falsamente mostrando sus dientes.

-Tratamos de resistir, pero este amor fue irresistible. -abrazó ligeramente a la ojimarrón- Entonces... ¿Arreglamos esto? -se separó se señaló a sí misma y después señaló a la castaña- ¿Están contentos? Porque nosotras estamos contentas, muy contentas.

-Es fantástico. -dijo Connor- Solo vuélvelo legal. -levanto la mano izquierda mostrándole su anillo de casado.

La morena sonrió y señaló su propio dedo mientras asentía.

-Bueno, eso significa... -miró a la ojimarrón de reojo- Que necesitamos ir a la oficina de inmigración para arreglar está situación.

Ambos hombres asintieron en aprobación.

-Si, muchas gracias, caballeros. Eso haremos. -dijo la rubia sin dejar de sonreír.

-Caballeros. -se despidió la castaña, aún sin entender del todo lo que estaba sucediendo, entonces poco a poco se dio la vuelta y acompañó a su jefa a la salida.

Al salir de la oficina de los directivos, Samantha pudo sentir como todas las miradas estaban sobre ella y sobre Abril. La ojimarrón no era tonta, sabía perfectamente que el rumor de su supuesta boda con la rubia estaba actualmente siendo divulgado por los mails de todos los trabajadores de Harrison&Hansen.

Con incomodidad evidente, Samantha se desabrochó uno de los botones de su camisa; el que todas las miradas estuvieran sobre ellas la estaba asfixiando y no podía creer como es que su jefa podía estar tan tranquila al respecto. Al pasar por los lugares de sus compañeros, muchos de los varones la miraban y hacían el ademan de aplaudirle por ganarse a la jefa, y por otro lado, las mujeres negaban con la cabeza. ¡Era una boda falsa!

-¿De verdad? ¿Con ella? -preguntó la chica con la que cambió su camisa horas antes.

La ojimarrón la miro sin saber que decirle y continuó con su camino. Se adentro la oficina de su jefa y cerró la puerta para que nadie pudiese oírlas, entonces se acercó para quedar frente a ella.

Sin inmutarse de la presencia de su asistente, la rubia comenzó a quitarle las ligas a uno de los manuscritos que tenía sobre el escritorio, tomó una pluma y antes de comenzar a trabajar levantó la vista y se encontró con una ojimarrón visiblemente confundida.

-¿Qué? -preguntó.

-No entiendo lo que está pasando. -confesó la ojimarrón.

-Tranquila. Te va a beneficiar.

The Proposal | RivariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora