-¿Y yo...? -preguntó suavemente Abril.
Ambas mujeres se quedaron viendo mutuamente a los ojos, ninguna de las dos era capaz de desviar la mirada, era como si los ojos de ambas estuvieran hechos de imanes y la necesidad de observarse mutuamente fuese de vida o muerte. La atracción que sentían revoloteaba sobre ellas, las chispas y el fuego amenazaban con querer salir.
La lucha de miradas se sintió como una eternidad hasta que la ojimarrón decidió darla por terminada y hacerle caso a sus instintos pasionales. Sin que Abril esperase aquel movimiento, Samantha la tomó de las mejillas y atacó sus labios en cuestión de segundos.
Al ser tomada por sorpresa, la rubia tardó un poco en corresponder, sin embargo, al final terminó correspondiéndole el beso a la ojimarrón de una manera más intensa.
Desesperada por generar más contacto, Samantha alejó sus manos del rostro de la rubia y comenzó a bajarlas hasta dejarlas sobre su cintura, en donde comenzó a acariciarla para después ir un poco más allá, introduciendo sus manos dentro de la ropa de la morena, quien gustosa de la atención que estaba recibiendo se echó para atrás Ilevándose consigo a la ojimarrón para que esta quedase encima de ella sobre el sillón en el que ambas estaban sentadas.
-No muerdas. -mascullo la ojicafé cuando los besos de Samantha se trasladaron hacia su cuello, el cual comenzó a ser mordisqueado por la castaña.
-Shhhhh. -chistó.
Sintiéndose un poco más confiada, la ojimarrón pasó su lengua por el cuello de la rubia hasta llegar a su oreja, en donde la tomó entre sus labios y comenzó a succionar el lóbulo para después regresar su atención a los ya hinchados labios de Abril.
Sin tener al cien por ciento el control de sus acciones, Abril bajó las manos hacia la cintura de la ojimarrón y con rapidez la tomó del pantalón para desabrochárselo y bajarle el cierre. Al sentirse liberada, Samantha comenzó a retorcerse sin dejar de besar a la morena para quitarse los pantalones y quedar en ropa interior; entonces, cuando finalmente quedó en bragas, se separó de la rubia y le quitó todos los abrigos que traía encima más la blusa, dejándola solamente en brassier.
-Hey, yo conozco este. -dijo Samantha con una sonrisa mientras paseaba uno de sus dedos por los tirantes del brassier blanco de la rubia- Lo compré para ti hace un año.
-Sydney. -respondió Abril mordiendo su labio inferior.
-Australia, como olvidarlo. -su sonrisa se tornó juguetona- Nunca imagine que te verías increíblemente sensual con él puesto. -la ojimarrón pasó sus manos por la espalda de Abril para desabrocharle el brassier- Sin embargo, creo que te ves mejor sin él.
Sin darle una oportunidad a la morena de emitir una palabra, Samantha la despojó del brassier color blanco y lo lanzó lejos, dejando a la vista los pechos de Abril, los cuales no duraron mucho sin ser ocupados por la boca de la ojimarrón, quien al instante comenzó a succionarlos y mordisquearlos haciendo que la rubia se retorciera de placer debajo de ella.
-Samantha. -gimió la morena.
El deseo que sentía por Abril nubló todos los sentidos de la ojimarrón y entonces su sentido coherente desapareció por completo. En cuestión de segundos había tomado a la rubia entre sus brazos y la había trasladado a la cama que había en la habitación para después quitarle el resto de la ropa que traía puesta y situarse entre sus piernas, en donde el placer de la morena llego a su cúspide y un grito de liberación inundó la habitación.
-Eres tan suave, Abril. -murmuró la ojimarrón después de colocarse encima de la rubia para comenzar a repartirle besos por todo el rostro y acariciar su intimidad
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The Proposal | Rivari
FanficAbril Garza, una famosa e influyente editora de Nueva York que repentinamente se enfrenta a ser deportada a Canadá, su país de origen. Para evitarlo, la astuta ejecutiva declara que está comprometida con su asistente Samantha Rivera, a la que lleva...