Día 5

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Kagome no podía ver lo que sucedía a su alrededor pero aún tan cerca del pecho masculino podía escucharlo gruñir claramente y por la forma en que era sujetada se atrevía a intuir que se trataba de otro ser como él.

- ¿Es tu nuevo juguete? - dijo aquella voz socarrona, conservando distancias.

-¿A que has venido? - interrogo el peliplata, impidiendo a la mujer observar.

-Déjame verle el rostro - contestó ignorando la pregunta hecha previamente, avanzando hacia Inuyasha.

-Te conviene no acercarte - advirtió el ojidorado aferrando a Kagome contra su pecho, podía sentir su cuerpo en tensión, había miedo en ella, su oponente sonrió sin detenerse.

-Luchar contra mi seria completamente inútil, desiste Inuyasha, estamos en el mismo bando - soltó al fin deteniéndose cerca del zorro e intentando tocar el cabello de la mujer.

-Te lo advertí - gruño para lanzar una esfera de energía que evadió saltando hacia atrás con Kagome en brazos, ella seguía muda así que la miro y retiro su magia - ¿estas bien Kagome? - dijo preocupado pero ella no respondió, en lugar de ello giro su rostro para ver al chico cerca de ellos, sonreía de forma egocéntrica.

El aparente oponente de Inuyasha se veía como un humano más, se veía alto y atlético, estaba ataviado con ropa mucho más ligera y ajustada al cuerpo. Ella analizaba cada aspecto en él y no encontraba algo fuera de lo común hasta que llego a su rostro; la nariz era respingada, sus labios ligeramente carnosos, cejas pobladas y poseedor de los ojos mas azules que jamás creyó ver en su vida. El iris en él era una ventana al mar, diferente al dorado del sol en los ojos de Inuyasha.

-Parece que le gusto - dijo el joven al sentirse divertido por la vergüenza claramente visible en las mejillas de la mujer, quien nuevamente se escondió en el pecho del peliplata aferrándose a sus ropas.

-Déjate de tonterías Koga - resoplo Inuyasha - mas te vale mantener distancias.

-Es una humana más Inuyasha, ¿por que no solo te diviertes con ella? - sugería el pelinegro cruzándose de brazos.

-Guarda silencio, no pedí tu opinión; ahora bien... - hizo una pausa - ¿Qué haces aquí? - interrogo soltando a Kagome quien gracias al cielo permaneció quieta, así que se posiciono frente a ella, protegiéndola.

-Puedo sentir a Naraku cerca, Inuyasha - dijo viendo a la mujer detrás del zorro tensarse - ¿esa mujer, esta relacionada con él? - pregunto con sospecha, entrecerrando los ojos.

-No es asunto tuyo si ella lo está o no - contesto el zorro mirándolo desafiante.

-Bien...Hay que eliminarla entonces... - soltó Koga impulsándose hacia Inuyasha con una velocidad inhumana.

Inuyasha se cubrió ante el impacto no sin antes empujar a Kagome fuera del rango de ataque de su oponente sin parar a analizar lo que hubiere cerca, lanzando un zarpazo a Koga quien retrocedió para evitar ser golpeado sin dejar de sonreír.

-Borra esa maldita sonrisa de tu cara - dijo hastiado Inuyasha.

-Veo que también quieres matarla - contestó ignorando el comentario de Inuyasha, colocando una mano en su cintura y moviendo su única cola, viendo por una fracción de segundo el terror en los ojos de Inuyasha quién se giro rápidamente para ver el quejido y el rostro contraído de Kagome.

Maldijo a sus adentros por su fuerza sobrehumana, el deseaba protegerla, no lastimarla y esta vez no pudo medir su fuerza terminando por estampar a la mujer contra un árbol, ella era humana, eso seguramente la habría lastimado tremendamente y sin pensarlo se vio a si mismo corriendo hacia ella.

-¿estás bien? - dijo hincado junto a Kagome a quién parecía costarle respirar, todo el cuerpo femenino estaba en tensión y estaba aferrándose al césped, tomando fuertes bocanadas de aire - perdóname, no quería hacerte daño... maldición - se recrimino a si mismo intentando dar suaves caricias en la espalda femenina, quizá transmitiendo un poco de su magia podría aliviarla.

- Te ayudare a acabarla para que no sufra... - escucho decir a Koga y el viento comenzó a danzar junto a su oponente.

-Ni se te ocurra... - contestó Inuyasha en un gruñido mirando a Koga, transformándose en el imponente zorro blanco con la clara intención de proteger a su humana de tal insinuación. El pelinegro retrocedió y el zorro sonrió para sus adentros.

"Voy a matarte si te atreves a tocarla" advertía Inuyasha a Koga quien no paraba de verlo con esos ojos retadores y aquella sonrisa burlona.

"No me digas que esa humana desconoce tu telepatía" respondió de la misma forma que el Kyūbi, el solo gruño en respuesta "si que estás cabreado Inuyasha, ¿Por qué proteger algo tan enclenque como ella".

El zorro gruño en respuesta por segunda vez y lanzo un nuevo zarpazo, esta vez mas potente, haciendo retroceder a Koga quien no paraba de sonreír divertido irritando aún más a Inuyasha.

"Maldito engendro, voy a eliminar esa sonrisa tuya" comunicó Inuyasha .

- Le advertiré a nuestro líder sobre esto, créeme, no estará para nada de acuerdo - reveló Koga intuyendo que había sido un golpe bajo para su colega - Más te vale decirle todo a esa humana acerca de nosotros, claro, si no eres abandonado por ella antes...ah... y no la dejes sola, porque no te haces ni la mínima idea de lo que puedo ...

Una esfera de fuego azul se estrello justo en el lugar donde Koga había estado de pie, el hombre estaba sorprendido ante cada ataque de Inuyasha, todo el zorro estaba en tensión, podía verlo en su cabello erizado. Las respuestas hacia él eran mas agresivas con cada provocación, sonrió divertido marchándose.

La sangre de Inuyasha hervía con solo recordar las palabras de Koga, y su inquietud aumentaba al rememorar como había lastimado a Kagome en un vano intento por protegerla.

Una vez que pudo confirmar que la presencia de Koga hubo desaparecido completamente y aún conservando su forma de bestia mítica giro su rostro para ver a la mujer inconsciente "Maldición" se reprochó a si mismo caminando hacia ella y lamiendo la mejilla femenina, eliminando el rastro de polvo que hubo invadido su rostro luego de aquella lagrima que seguro broto de la mirada castaña después del impacto "Lo siento" susurro mentalmente pegando su cabeza a la mejilla femenina "no quería hacerte daño"


El zorro blancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora