Día 18

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Mientras corría ágilmente a través del bosque abriéndose paso hacia aquello que estaba perturbándole poco tiempo atrás, se preguntaba si realmente estaría en el lugar donde creyó sentir aquella presencia. Confiaba en su intuición, era precisa y perfecta, nunca falló en su larga vida y dudaba que sucediera ahora.

Su instinto le pedía detenerse, inspirar profundamente y prepararse, sentía su sangre correr frenéticamente por su cuerpo y aquello no era una buena señal para él. Una vez que sus emociones estuvieron bajo su propio autocontrol, caminó unos pocos pasos hasta adentrarse en una pequeña zona despejada de aquel laberinto vegetal, entonces casi se sintió desfallecer cuando lo vió.

-Creí que te tomaría mas tiempo encontrarme - aquella voz profunda logro alterar al joven zorro.

-Sesshomaru - soltó luego de contener el aire sin darse cuenta, inspirando y llenándose de valor - ¿Qué haces aquí? - preguntó sin más.

-Que es lo que mis ojos acaban de ver? -  Dijo sin mas encarando al joven zorro con aquella mirada cargada de veneno, casi creyó escuchar el trago amargo que hizo Inuyasha al escucharle.

-No se a que te refieres - evadió cruzándose de brazos, al menos eso le ayudaría a esconder aquella tensión que le provocaba su hermano mayor, quién claramente era mas poderoso.

-No me repetiré, quien es la humana? - bufo Sesshomaru con aquel deje de fastidio en la voz.

-Es inútil ocultarte nada Sesshomaru - susurro claramente enojado para si mismo, esperando inútilmente que él no le escuchase - Es una humana en problemas a quién salve de la muerte, no tiene caso que te preocupes por ello, regresa a nuestro mundo ahora - pidió enfatizando en sus ultimas palabras.

-Olvidas tu lugar hibrido? - contestó Sesshomaru marginando al joven zorro, quien arrugo el ceño al escuchar aquello - Te envié al mundo humano con el propósito de darte un lugar más ... propio de ti - dijo con ironía

-Maldito Sesshomaru, deja de joderme con eso - gruño Inuyasha casi sintiendo la piel erizarse de ira, revelando sus colas - No olvides... que fue tu propio padre quien termino enamorándose de mi madre, aburrido quizás de las normas estúpidas de un mundo sin emoción alguna...

Dicho aquello, un puñetazo fue recibido en la mejilla izquierda de Inuyasha quien salió disparado a causa del golpe chocando con uno de los robustos arboles impidiéndole continuar con sus palabras, el impacto lo dejo sin aire por un momento pero pudo recomponerse para evadir el segundo golpe de Sesshomaru que acabó incrustado en la madera del roble.

-Al menos puedo reconocer mi impureza como espíritu y no creo que quieras que te recuerde que mundo estás pisando ahora - lo fastidió escupiendo la sangre acumulada en su boca, sonriendo y evadiendo el látigo venenoso de Sesshomaru en otro ataque hacia él.

-Te envié a este mundo porque sabia que los malditos humanos acabarían cazándote y destruyéndote por su avaricia - dijo regresando a su postura calmada, desvaneciendo aquel látigo venenoso de sus garras.

-Estas muy equivocado si crees que eso sucederá - contestó inmediatamente, obviando aquel momento donde fue herido mientras huía de los humanos que tal y como decía su hermano mayor, deseaban hacerse con el y su poder probablemente.

-Podemos verlo todo y lo sabes, deshazte de la humana - dijo como un ultimátum viendo casi palidecer a Inuyasha.

-¿Por que? - aquello fue como una bofetada a su rostro, el mas que nadie se encargaría de proteger a Kagome.

-Todavía me arrepiento de salvarte de aquella mujer o ¿acaso lo olvidaste? - Dijo caminando hacia el joven zorro - y una cosa más, si te enamoras de ella, yo mismo regresare para tomarla y matarla, no habrá contemplaciones. - advirtió sonriendo cínicamente desapareciendo frente a su medio hermano.


El zorro blancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora