Día 19

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Aquel encuentro trajo consigo el recuerdo de una amarga traición. Era algo que deseaba no haber escuchado mientras veía a su medio hermano alejarse y desaparecer de su vista.

Pensó entonces en la timidez de Kagome y en su confortable calidez, fue cuando decidió moverse ágilmente por las ramas de los arboles para regresar y vigilarla de cerca durante la noche hasta que un suceso que no previno a tiempo lo paralizo, haciéndolo pensar demasiado en ideas completamente absurdas e incoherentes.

-Kagome! - Dijo aquella suave y avejentada voz, la mencionada quién parecia perdida mirando el bosque, giró para verla.

-Anciana Kaede - dijo ligeramente nerviosa, resultaba curioso para ella que la mujer mayor siempre resultara cerca de ella, pero la respuesta era obvia, había tardado mas de lo necesario en su interrumpido baño.

-Por que estas en los límites de la aldea muchacha - dijo suavemente, Kaede tenia un efecto calmante en su voz que Kagome comenzaba a apreciar - Tu fuiste al manantial por tanto tiempo?

-Solo estaba mirando los alrededores, ¿Qué hay después de ese bosque? - preguntó curiosa regresando la mirada a la zona boscosa, sabiendo que más allá de los límites estaba aquel zorro de cabellos color de luna y ese agradable manantial que esperaba visitar de nuevo.

-Nuestra aldea esta en el centro de un pequeño valle - Dijo señalando su entorno y sonrió - es una aldea pequeña comparada con las aldeas mas allá de las montañas, pero es este bosque y su mágico poder lo que nos protege siempre.

-Ustedes no pueden salir de aquí? - preguntó casi en un susurro Kagome a Kaede quién la vio con una sonrisa - Es un bosque mágico? - agrego a su curiosa pregunta inicial, sabia que un ser como Inuyasha existía ahora pero de no ser por él, no creería en las palabras de la anciana.

-Vamos a casa, será mejor refugiarnos de la noche - susurro dando un suave empujoncito a la pelinegra, en señal de invitación - Has disfrutado tu baño?

Kagome asintió en respuesta y se mantuvo muy cerca de Kaede quien avanzaba a pasos acompasados hasta llegar a la pequeña cabaña que tenia la mujer mayor. Luego de una charla breve y una pequeña taza de té, Kaede le sugirió descansar hasta la mañana.

La pelinegra hizo lo que la mayor le sugirió pero después de un largo momento observando el techo y las estrellas a través de los agujeros de la pequeña ventana de la cabaña, no pudo evitar pensar en Inuyasha y en la forma en la que comenzaba a extrañarlo.

Su sueño después de mucho había sido tranquilo, debía admitir que extrañaba dormir en la calidez de un hogar. Se incorporo sentándose desde el futón donde estaba y observo la tenue iluminación de la cabaña, los rayos de luz de día se filtraban escasamente por la ventana y le daba un toque frio al lugar. Entonces recorrió el lugar con la mirada hasta que vio el visillo moverse y notó como la anciana Kaede salía del lugar, llenándola de curiosidad.

Se levanto y lavo su rostro en un pequeño lugar que la anciana utilizaba para refrescarse y emprendió una sigilosa persecución. Ella sabía que no era bueno espiar o inmiscuirse en otra vida que no fuese la de ella pero había un aura misteriosa que envolvía a Kaede y ella deseaba descubrirlo por si misma.

La caminata fue un poco ruda y admiraba en secreto a Kaede quien a pesar de las dificultades y su aparente gran edad se movía con gracia entre los arboles, siguiendo un camino que pensaba que llevaría a nada, hasta que ella se detuvo, llenándola de sorpresa y ocultando su ser detrás de un árbol.

Cuando Kaede se arrodillo por un momento su corazón casi chillo de agonía haciendo que se escondiera por completo, si a la anciana Kaede le sucedía algo, ella seria la principal causante pero no fue hasta que el olor de incienso llego a su nariz que asomo el rostro ligeramente. Era una tumba. La mujer mayor estaba visitando a un ser querido que ya no estaba en este mundo, entonces, compartió su dolor recordando nuevamente a sus familiares que no estaban, lamentando no tener una tumba para ellos.

-Hace mucho no venia... hermana - Kagome escuchó a Kaede, el tono de su voz expresaba una profunda melancolía - Lamento no regresar antes ... - luego de susurrar aquello la vio moviendo un par de hojas con las manos desnudas, ella deseó ayudarla, pero no quería invadirla en un momento tan sagrado e intimo para Kaede. Entonces, reconoció que no debería estar en ese lugar y en ese momento.

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⏰ Última actualización: Nov 08 ⏰

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