Día 10

114 19 3
                                    

La agitación en ella era palpable para Inuyasha que se concentraba en sentirla desde la distancia, así que aún en las sombras la siguió en sigilo hasta encontrar el momento perfecto de interrogarla. Intento elevar al máximo sus sentidos para tratar de percibir alguna presencia que pudiera alterar emocionalmente a Kagome pero estaba casi seguro que la mujer con quien hablaba había sido la causante.

Adentrándose un poco mas al bosque saco provecho de las generosidades de la naturaleza subiendo a un árbol que bien podría esconderlo sin problemas mientras intentaba localizar a la humana hasta que sus ojos la ubicaron, ella se dirigía a las afueras de la aldea por un sendero diferente al que utilizaron para llegar "Tch!...Pero que crees que haces?" Pensó curioso siguiéndola.

"Necesito salir de aquí" meditaba Kagome sin detenerse, ignorando las miradas curiosas de las personas a su alrededor. Debía reconocer que su actitud resultaría sospechosa para ellos, su ropa aun más, pero no quería ser interrogada "No me detengan por favor," El miedo y el ansia que sentía en ese momento era igual a cuando huía de su aldea, 

-No me miren... - susurro al ser detenida bruscamente por algo que la sujeto con fuerza de los brazos y entonces pudo darse cuenta que había estado caminando con los ojos cerrados en algún punto de inicio que no logró identificar, sintiendo terror - Suéltame! - exclamo desesperada - suéltame por favor - abrió los ojos sin mirar a quien la sujetaba, dejando ver lagrimas que pronto se derramarían, causando cierto descontrol en la persona que la tenia capturada

-Estas a salvo - susurro acariciando la coronilla de la mujer quien ahora lloraba en su pecho - Tranquila... - Pidió pero ella aun no dejaba de sacudirse entre sus brazos, parecía querer escapar de su agarre y eso lo enervaba un poco

-Suéltame por favor - pidió casi en suplica aun teniendo el rostro en el pecho de Inuyasha, sabia que era él, luchando por soltarse de su agarre; estar con ella ahora era un error, ella no deseaba exponerlo, lo capturarían si lo veían con ella, quería protegerlo.

-Kagome basta... - elevo la voz separándola un poco para acunarle el rostro con las manos, ella detuvo su lucha física y lo miro con asombro cuando el limpio el rastro de lagrimas con sus pulgares - estoy aquí, ¿Qué te sucede, por que lloras? 

La dulzura en su voz hizo mella en ella quién se sintió agradecida y reconfortada, el realmente era alguien gentil detrás de esa altanería y ese comportamiento salvaje y desconfiado que demostró tener al conocerla. Aunque sabia que no debía, se sintió segura durante un instante pero luego recordó que estaban cerca de la entrada de la aldea, retrocediendo unos pasos

-Debes esconderte, es... - Se detuvo al ser sacudida levemente por el hombre quien la miro desconcertado

-Kagome estoy bien ¿Qué te sucede? - volvió a preguntar - estoy tratando de ser paciente...

-Una mujer vio tu haori rojo - comenzó a decir mirándose a si misma - Por alguna razón se sintió atraída a él y cuando pregunto de donde lo había sacado, dije que mi esposo me lo había regalado - sus ojos se escondieron detrás del flequillo en un intento por esconder su vergüenza, la atenuación en el agarre que Inuyasha mantenía en sus brazos le confeso que el también se había puesto algo nervioso ante el comentario - Por favor no te enojes - dijo mirándolo de nuevo

-No voy a enojarme por algo como eso - dijo retirando el agarre que ejercía sobre la mujer - ¿Pero que te ha hecho sentir al punto de las lagrimas? - ella aun sonrojada evito mirarlo

-Por alguna razón creo que sabe que este haori no es normal - Respondió mirándose a si misma - es decir, se que tiene un color que quizá no es común, pero cuando lo tocas... - dijo acariciando con delicadeza la tela roja que cubría su cuerpo, sintiéndola suya de algún modo - Cuando sientes esta resistencia, cuando miras el entramado que tienen sus hilos, cuando ven el hilo dorado que recorre los bordes...

-Kagome... - dijo impaciente sin comprender del todo lo que para él era algo normal, siendo interrumpido

-No es normal, ni si quiera lo pienses, la tela de un humano es así - dijo enseñándole el kimono rosa que le había regalado la mujer y sorprendiendo al hanyou quien palpaba la tela rosa y el entramado de pétalos que tenia bordados

-Keh! puedo romper esto ahora mismo si quieres - Dijo ignorando el hecho de que una humana sospechara de criaturas como él al ver su haori rojo, Kagome lo vio con terror y retiro con brusquedad la delicada tela.

-No te atrevas! - regaño retrocediendo unos pasos - voy a cambiarme, si quiero entrar a la aldea no podre hacerlo con tu haori, no quiero que mas personas sospechen acerca de tu existencia y tampoco me gustaría que me sigan.

-Keh! esa ropa va a rasgarse en nada, ¿Por qué no conservas la ropa que te dio tu esposo? - bromeo con la mujer haciéndola casi caer de vergüenza

-Inuyasha! tonto! - reclamaba ante la broma buscando el lugar ideal para cambiarse.

Camino un poco inspeccionando el entorno y encontró un árbol con una base bastante gruesa, lo suficiente para cubrirla de los ojos curiosos de cualquiera que caminase en el lugar. Con cuidado dejo el haori rojo en la base de sus pies y coloco el kimono sobre su cuerpo lamentándose al no tener un obi con que atarlo, sonrojándose al comprender ahora su real situación.

-Inuyasha - llamo en un tono suave al joven que la miro enseguida, sonriéndole - Verás, yo...

-Eres tonta al pensar en colocarte algo que va a dejarte tan expuesta - Respondió acercándose a Kagome quien se dejaba ver tímida en ese instante hasta que exhibió una cinta roja que hacia juego con el haori que antes tenia atándola en la delgada cintura femenina sin notar los estragos que hacia en la mujer - No es perfecto, el kimono es muy débil, esto no va a protegerte pero si es lo que quieres usar esta bien, al menos conserva la cinta de mi haori hasta que consigamos algo que se vea mejor en ti - sonrió mirándola al terminar un firme nudo en la cinta que ahora reposaba en la cintura femenina y escuchando un suave gracias en la mujer.

Detallando un poco a Kagome pudo ver que el color de la tela se veía bien en ella, era delicado y casi perfecto para su figura. Aun se mantenía descalza enojándolo un poco, lamentando por primera vez que sus poderes no sirvieran para hacer ropa o crear simples objetos humanos. Luego reparo en la larga cinta roja que estaba en la cintura femenina, se había asegurado de dar las vueltas suficientes para que no estorbara con el movimiento de sus piernas, estaba perfectamente fijada. Entonces continuo su escrutinio hasta que encontró un pequeño pero enorme gran problema, la cinta de su haori no era suficiente para fijar bien el cierre de la tela en la V que formaba en su pecho, dejando expuesto mas de lo que el considerara decente.

-Solo asegúrate de no exhibir demasiado - comento al acercarse ante la mirada expectante que Kagome le dirigía mientras sujetaba la tela del pecho femenino e intentaba cerrarla, evitando mirar mas de lo necesario, ella se cubrió con brusquedad de inmediato al saberse expuesta de alguna forma.

-Eres un pervertido! - dijo girándose, evitando chocar miradas con él. Aunque el kimono le resultase hermoso. Tenia una pequeña falla que no considero antes de usarlo y enseñárselo al peliplata.

-Solo no quiero que los humanos vean lo que yo considero mío - susurro a espaldas de Kagome al bordearla en un abrazo, encerrándola en su pecho, sintiendo a la mujer tensarse y luego relajarse para recargar la espalda en él, ella estaba sonrojada, podía verlo de reojo, pero parecía sentirse a gusto y eso lo llenaba de gozo.

El zorro blancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora