Satanás, de un solo movimiento de mano, hizo un portal. Lo miré por última vez y lo ví con una ''agradable'' sonrisa de punta a punta.
Avancé hasta estar delante del portal, pero cuando iba a poner un pie dentro, Satanás se aclaró la garganta y me dijo:
-Va corre, sé que puedes salvarlo, Shampoo-dijo dándome un codazo en el hombro.
-Deja de entretenerme, cabrón-dije mientras le metía una mirada fulminante.
-Ok. Una cosa. Cuídalo porque me enteré que su familia echó la pata al otro barrio y ahora está solito el pobre... Así que serás una buena madre-maid-dijo mientras ya no podía aguantar la risa. Se tapó la boca para ''disimular'' y tuve suerte de no verlo en el suelo porque entré en el portal.
Aparecí en las afueras de una ciudad y ví a... ví a mis hombres persiguiendo a alguien de una estatura bastante pequeña. Al parecer, no sé por qué, mis hombres sin ninguna orden mía, persiguen a un crío.
Me acerqué un poco en una versión ''humo'' y miré a aquel niño. Al parecer, tenía entre unos 8 o 9 años. Como ví que sostenía algo en sus manos, quise observar lo que llevaba.
Pude ver una cubierta de cuero marrón con el título y decoraciónes color oro. No era ni más ni menos que un libro de... orador. MIERDA, aquel chico era Hazel.
Hazel tenía un color de piel algo clara. El pelo lo tenía castaño oscuro y con dos mechones de cabello de los costados, se juntaban atrás en una pequeña y simpática mini coleta. En su ojo izquierdo portaba una tela blanca que cubría su ojo por completo. La tela estaba bañada en sangre seca. Vestía con una bata color gris, que le llegaba por arriba de las rodillas y tenía sangre seca por casi toda la bata. Unas botas marrones brillantes también estaban manchadas de sangre. Este corría con dificultades, buscando algún cobijo para esconderse de los demonios.
Entendí que él era un orador de magia y que nosotros nos encargabamos de matarlos, pero por una vez en mi puta vida, tuve como un sentimiento de pena y de rabia. Así que decidí que ese niño no podía acabar así, por eso tomé una decisión bastante arriesgada...
Hazel
Corrí lo más rápido, pero fué en vano. Me encontré contra la pared y cuando me giré ví a los demonios acercándose y rodeándome a la vez. De los nervios, mi libro de magia se cayó al suelo y estaba cerca de aquella panda de imbéciles.
-¡Alto!-dijo una voz profunda. -Os conviene dejar a Hazel en paz...-dijo una silueta con cachos que salía de unos arbustos de atrás.
-¡Ja, como si fuéramos a hacer caso!-dijo el cabecilla del grupito que me acosaba.
-Lo debeis hacer, es una orden-dijo mientras un aura maligna desprendía de su cuerpo.
-Ni de coña amigo. No sabemos ni quién eres-contestó un demonio.
-Bien-dijo con un tono seco. -Ya os dí una oportunidad. Ahora es demasiado tarde para suplicar que no os mate-dijo haciendo su mano un puño.
-Es una orden que nos dijo Swine. Según lo que nos dijo, Sham lo pidió, pero que estaba ocupado y que lo enviaron a darnos la orden-aclaró otro demonio.
-¿S-Swine?-preguntó el demonio de mala pinta. Se le escuchaba afectado -¿C-cómo q-que S-Swine?-dijo con un hilo de voz.
-Si, en persona-dijo chinchando un demonio. El demonio que les amenazaba agachó la cabeza. -Uyyyy, alguien parece afectado por esto...
-¡Déjalo en paz!-dije defendiendo al que supuestamente me iba a salvar de aquella situación. De un ágil movimiento, el que rajó me agarró por el cuello.
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Rage y los hechizos del mal
SpiritualUn chico junto a su hermano siendo felices en su casa perooo... Un día llegan un par de ''gente'' y arrazan con la vida de todos, menos Hazel, nuestro protagonista. Antes de que lo fueran a matar, un tipo aparece y decide cuidarlo, pero en sus tierr...