Rage y los hechizos del mal

Introducción

Rage

Me atacó con su larga cola. Salté hacia atrás lo más ágil y guay posible para esquivar la cola de este. El dragón de dos cabezas me estaba poniendo muy furioso y también contra las cuerdas. 

—Ahora si te vas a enterar, me tienes hasta los cojones y me estas haciendo perder el tiempo—dije agarrando mi libro con tonalidades lilas con algun detalle elegante de color negro. Aquel libro deprendía un aura de malícia.—Aparte, en este rato tendria que estar bebiendome una rica y deliciosa cerveza.

El libro se abrió magicamente y dije un hechizo en lengua satánica. Entonces desaparecí. Habia usado el hechizo para derrotarlo en su conciéncia y así fué, otra aburrida victoria para mi. El hechizero solitario. Rage.

Como era otro apestoso día, no me quedó otra opción que ir al bar, como siempre. Eso me hacia olvidarme de todo. Incluso de mi pasado... 

Pero bueno, eso es agua pasada, como dice Sham, mi libro de hechizos, hay que pasar página. (XD, ''es un libro'') 

Sham es un demonio y oigo su voz en mi libro magico que me enseña nuevos hechizos. Es mi compañero desde que me quedé solo. Ha sido mi amigo y mi familia todos estos 20 años eternos. Muy bien, entonces como me aburria mucho, pues me dirigí al primer bar que hallé cerquita porque me daba pereza caminar. 

Me adentré dentro del bar y bueno, como siempre. Todo hecho un caos. Los borrachos con la cabeza en la mesa, otros en el suelo de tanto beber, peleas por cerveza... 

Vamos, que era algo habitual ver esas cosas y yo tambien era uno de aquellos de estar borracho. Aunque ni la cerveza ni el ron ya no me hacian que acabara así. Solo si bebia mucho o tomaba más de 3 basos enormes de whisky. Solo lo hacia por mi depresión. Eso era lo único que me hacia olvidarme de todo eso.

Pedí una jarra de cerveza y me quedé esperando en mi rincón todo tranquilo. Apollé mis pies sobre la mesa y me puse a pensar por una de las pocas veces en mi hermano Zhivot. Pero justo al instante alguien se sentó a mi costado y me interceptó mis pensamientos.

—No pareces ser un tio normal y corriente—dijo una voz penetrante y firme de mujer.

—No es tu asunto. Métete en tus cosas, seguro que tienen más importáncia que hablar con alguien como yo—dije mientras me alejaba de esta.

Esta se volvió a acercar a mi. Pero gracias al Diablo que me tragieron mi esquistita cerveza.

—Bien, pues ¿y qué eres? Mi padre dice que apestas a mágia—dijo mientras me robaba mi cerveza y le metia un trago.

—Solo te digo que soy humano, no soy ni un ángel, arcángel o demonio—dije mientras le arrebataba bruscamente mi cerveza de mis manos.

—Ya veo... Que raro que ''un simple humano'' sepa que existen los demonios y todo esto, ¿no crees?

—Oh vamos, soy un puto humano normal y corriente.

—Las pintas que llevas me dicen todo lo contrario...— dijo mirandome de arriba abajo.

—Pero...

Iba a decir algo, pero me paré a pensar. Había estado manteniendo una conversa con aquella chica tan misteriosa. Me dí cuenta que era una joven bastante rencorosa. Queria descubrir qué era yo, qué especie era, osea un mounstro que se le daba de perlas enborracharse.

—¿Hola? Conectando con el inframundo con este insensato.

—¿Qué decias algo?—dije mientras bajaba de la nube de mis pensamientos.

—Que qué coño eres. Dímelo anda— dijo mientras su rostro estaba al frente del mio amenazadoramente o lo que quiera que sea que estaba representando con aquel gesto.