Heartbite
Le hice un corte feo porque ya me estaba aburriendo con cada comentario que hacía. Aparte, quería que deshiciera el hechizo de mi padre, ya que teníamos que vernos con Gloom.
Rage soltó una pequeña mueca de dolor. Se tapó la herida con la mano, para tapar la hemorragia. Se miró la mano que ya estaba ensangrentada. Dejó ir un suspiro y no dudó en atacar.
Me atacó bastante veloz, pero esquivé sus ataques con algo de dificultad. Pero no pude esquivar un ataque de magia que me tomó por sorpresa. Me dañó con un fuego bastante peculiar que, al parecer, no era magia infernal.
El dolor me recorrió el cuerpo como si cada centímetro de mi ser ardiera... Ya sabía de qué se trataba. De la magia del cielo, más concretamente de los oradores. Ya no quedaban oradores en este mundo, pero al parecer, Rage sabía sobre esa magia, muy curioso... Pero bueno, sabía que no podía dejarme vencer tan fácilmente.
Con un gruñido, extendí mis alas y me elevé en el aire. Observé a Rage desde el aire, viendo como este alzaba la vista y corría hacia mí, con su libro en la mano, pronunciando palabras de. Rage se quedó inmóvil, observándome con expresión de angustia por lo del fuego, como si supiera que el fuego seguiría consumiéndome o algo así por estilo.
Rage se miró las manos, bastante sorprendido y alarmado. Al parecer, no esperaba hacer ese ataque, ni tampoco querer dañarme. Este empezó a temblar ligeramente y cambió su expresión a una que no expresaba nada, absolutamente nada.
—No... No puede ser...—musitó.
Aproveché la oportunidad de herirle con mi espada. Volé lo más rápido que pude hacia él. Mi intención era herirle, pero se me fue un poco de las manos al sentir aún el dolor irritante del fuego en mi interior. El corazón se me encogió al ver que mi espada estaba clavada en su torso.
Rage estaba atónito. Tampoco se esperaba eso. Frunció el ceño adolorido y me empujó, lejos de él. Se quitó mi espada y la arrojó hacia otro lado. Pegó un escupitajo de sangre al suelo. No esperaba esa reacción.
Suspiró y sacó un libro negro, que tenía mala pinta. Tenía un símbolo que se me hacía familiar, de haberlo visto en algún otro lado... Ah, claro, mi padre me había mostrado el símbolo. El símbolo del traidor violeta, como le decían aquellos demonios que conocían del demonio de Shameless.
—¿Qué demonios estás haciendo, Rage?—dije alarmada. Según mi padre, me había dicho que todo lo que tuviera ese símbolo, no era bueno ni para los demonios.
—Es mi deber...—murmuró con la voz algo rota por la herida. Tragué saliva al no saber qué hacer.
Unos tentáculos de vacío aparecieron del suelo. Alargó la mano hacia mi y los tentáculos se dirigieron hacia mi. Intenté huir, pero no pude escapar. Me atraparon con fuerza y me llevaron al frente de Rage.
Rage se puso las manos en la herida, para no perder sangre. Pero igual perdía ya que sus manos estaban bañadas en su sangre. Tosió un poco, escupiendo un poco de sangre.
—¡Rage, haz el favor de curarte! ¡Eres un hechicero que practica magia del sub infierno y eres capaz de todo!—me sacudí para intentar escapar de los tentáculos de vacío, pero fue en vano. —Rage... al parecer, también sabes sobre magia oradora... Podrías curarte...
—¿Qué más te da? No tienes que preocuparte por mí, Heartbite... —musitó este.
—Por favor, Rage... Hago lo que sea... dejame ayudarte... —mi voz sonó muy preocupada.
—Lo que sea...?—alzó una ceja, sorprendido.
—Lo que sea—confirmé. Sabía que la estaba cagando, pero tenía que salvarlo para que pudiera deshacer el hechizo a mi padre.
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Rage y los hechizos del mal
SpiritualUn chico junto a su hermano siendo felices en su casa perooo... Un día llegan un par de ''gente'' y arrazan con la vida de todos, menos Hazel, nuestro protagonista. Antes de que lo fueran a matar, un tipo aparece y decide cuidarlo, pero en sus tierr...