Capítulo 18: Nuestro As debajo la manga

1 0 0
                                    

Gloom

Me desperté y me encontré acostado en una mesa. Levanté la vista, pensando en Anger. Miré a mi alrededor, para ubicarme. Suspiré al ver que estaba en la biblioteca del castillo. Hice una mirada rápida en toda la extensa sala para buscar a Anger. No estaba por ningún lado, cosa que hizo que me preocupara.

—¡Anger! —grité a todo pulmón. Me estaba angustiando por inasistencia.

Nada. No hubo respuesta. A pesar de ser un fantasma, sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo. Me quedé ahí, inmóvil. Me quedé pensando en ella. En su cabello, su tacto, su sonrisa... Entonces no me lo esperé.

—Hola hola, guapetón. Has tardado en despertar, ¿eh? Parecías un bello durmiente —dijo una voz que atrás mío.

Pegué un grito por el repentino susto. Ladeé la cabeza hacia donde venía la voz y ví a Anger casi encima mío. Si no hubiese sido un fantasma, creo que nuestros labios se hubiesen rozado. Mis fantasmales mejillas se pusieron rojas, y noté como me empezaron a arder.

—Ah, Anger, menos mal. Pensaba que te había pasado algo —dije suspirando.

—Tranquilo, estoy bien. Mientras estabas como un bello durmiente, he aprovechado y he estado ordenando la biblioteca —dijo mientras hace un gesto con la mano, enseñándome que la biblioteca estaba ordenada, impoluta.

—Wow, Anger... Me has dejado impresionado... ¿Cuánto tiempo llevo inconsciente? —le dije. Quizás llevaba días ahí, inconsciente por culpa de ese maldito diablo.

—2 horas solo. No es mucho. Lo ví irse al diablo ese, con el tipo ese que le escribí —me explicó.

—¿Por qué no impediste que se llevaran a Swine? ¡Swine es un gobernante del sub infierno! ¡Ahora no sabremos qué ha hecho con él! ¡Quizás lo han matado! Si Adonis se entera de todo esto...

—Meh, pensé que iban a cojer, por eso no los seguí, para dejarles intimidad. No creo que si tuvieras relaciones con alguien, alguien te espiara, ¿no? —Anger alzó una ceja.

Suspiré, negando con la cabeza con desaprobación. Me pasé las manos por la cara, angustiado por lo que podría pasarle a Swine. No era que me importara ese tipo, pero si dejaba que Sham le hiciera algo, Mefistòfeles y yo estaríamos en problemas, ya que Adonis se enteraría y nos cortaría la cabeza.

Aunque ya hacía un tiempo que no veía a Mefistòfeles, ya que la última vez que lo ví fue antes de mi muerte, aunque él no sabe sobre mi muerte, y lo agradezco, así no se preocuparía por mi estado. Así que estuve evitando encontrarme a Mefisto cara a cara durante un tiempo. Agarré del brazo a Anger para irnos, para no tener más problemas.

—Vámonos, Anger. Nos pillaran y nos torturaran hasta morir, como hacen con los intrusos.

Alguien abrió la puerta de un portazo. Una silueta imponente. Un sub umbreon. Silueta de un hombre.

—Debe haber alguna forma de- —Mefistòfeles se quedó perplejo, mirándome. Después miró a Anger, sorprendido. —¿¡GLOOM!? ¿¡QUÉ COJONES TE HA PASADO!?

Me quedé inmóvil. Nunca había estado preparado para contarle lo de mi muerte, tampoco pensé que le importaría. En ese instante, empecé a recordar al puto de Anuk, el ángel quién me mató, y yo lo maté también. Era una guerra de ángeles contra demonios del Sub Infierno, donde yo estaba defendiendo a Mefistòfeles ya que íbamos contra las cuerdas. Entonces este cabrón vino a atacar a Mefistòfeles, y yo me interpuse. Como los ángeles ya se estaban retirando, mandé a Mefisto que se fuera al castillo, para estar protegido, que yo podría contra ese idiota. Pero al final fue mentira. A ambos nos vino a buscar la muerte. Pero ambos peleamos hasta el final. Aun sigo buscando a ese idiota, sé que esta en algun cuerpo, de algún animal concretamente. Lo sé porque hizo un conjuro antes de morir, y después de investigar, pues eso.

Rage y los hechizos del malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora