– Uh, donas – dijo Samantha una vez entró a su oficina – Sebastian debió estar por aquí – susurró para sí misma mientras se dirigía a su silla para tomar cuidadosamente la caja de donas – si está en mi oficina significa que es mío – susurró en una pequeña risa.
Samantha tomó una de las donas, la que estaba cubierta por azúcar glaseada y la llevó a su boca, pensaba en cuánto tiempo no había pasado un día así, comiendo cosas dulces que no fueran cereal, quizá su tranquilidad no duraría para siempre, aunque se lo mereciera.
– Hola Samy – saludó Rocio entrando a la oficina.
– Hola Samantha – saludó Sebastian entrando tras ella. Los ojos de Samantha se abrieron mientras que con su boca sostenía la dona – veo que encontraste las donas que compré para ti – rió mientras se sentaba.
– Claro que lo hice – respondió sin quitar la dona de su boca, a penas y podían entenderla – estaban en mi oficina – dijo intentando escuchar unos pasos que retumbaban por el suelo. Sonrió mientras quitaba la dona de su boca, ya se imaginaba lo que era, o mejor, quién era.
– ¡No tienes pruebas para encerrar a Noah! – le gritó Norah Lennon deteniéndose bruscamente en la entrada de la oficina, llamando la atención de los demás abogados. Samantha sonrió irónica.
– Tengo tu confesión – respondió mientras se levantaba, dándole a entender que no la intimidaba ni un poco – la placa del auto, el testimonio de Rocio, ¿Qué más necesito? – preguntó sarcástica. Norah Lennon ardía de furia.
– Todo por el niño muerto – dijo entre dientes. El ceño de Samantha se frunció e intentó caminar hacia ella, sin embargo Rocio la detuvo suavemente – ¿Qué hay de las otras tres chicas? No tienes pruebas, Samantha – la mujer volvió a sonreír.
– De hecho – dijo tomando uno de los folders que estaban amontonados a un lado de su computador – descubrí que el día de las muertes no es el mismo que el día en que las encontraron muertas – dijo ubicando una página del folder, donde había escrito aquello. Norah la miró confundida – Noah sí las mato, Norah – sonrió tomando una de las fotos de una de las chicas cuando estaba viva – y tú lo sabes, porque ese reloj que llevas puesto – no pudo evitar reír – es de una de las chicas muertas – dejó de sonreír – oh, mi error – se corrigió sarcásticamente – una de las chicas asesinadas – rió – tu novio es tan imbécil que te regaló una de las joyas que robó – la expresión de Norah cayó notoriamente. Rocio ágilmente le tomó una foto a la mujer con su celular, una vista detallada del reloj – entérate, Norah, las personas son malas.
– Eso no, eso no es posible, pero mi hijastra – intentó decir. Samantha ladeó su cabeza sin comprender su reacción – ¿Noah la asesinó?
– Espera ¡¿Qué?! – intervino Sebastian girando su cabeza para verla – ¡¿No lo sabías?! – no le creía ni una palabra – Noah y tú asesinaron al señor Bill y a Lena para cobrar el seguro, y entre ello a las tres chicas para despistar a la policía – Samantha asintió, era eso lo que presentaría ante el juez.
– Yo tengo que irme – fue lo único que dijo antes de rápidamente salir de allí.
– No le creo – le dijo Sebastian a Samantha de inmediato.
– Yo tampoco – respondió Samantha sin dejar de ver dónde se había ido Norah – ni una palabra – suspiró volviendo a sentarse.
– Ella se veía en realidad confundida – dijo Rocio sentándose al lado de Sebastian. Samantha hizo un gesto – ¿Creen que haya una posibilidad de que no tenga conocimiento de lo que hizo Noah? – Samantha la miró directamente.
– ¿Qué tan normal es que padre e hija mueran de la misma forma en menos de un año? – preguntó sin evitar ser sarcástica – y que la misma mujer reclamara el seguro de ambos... – Samantha parpadeó un par de veces al darse cuenta de lo que había dicho y con una sonrisa volvió a tomar el folder colocando una página en específico – el seguro de Sabi estaba a nombre de Noah Walker – rió sin saber cómo había dejado pasar ese detalle – y el de Bill estaba a nombre de Norah – volvió a dejar el folder sobre el escritorio para verlos a ambos – ¿Saben lo que significa?
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Paper Hearts || Factor R
FanfictionSamantha trabaja como abogada en una prestigiosa firma de abogados. Rocio acaba de graduarse de la escuela de derecho. Samantha no estaba interesada en nada más que en sus libros. Rocio no estaba interesada en nadie más que sí misma. Samantha odiaba...