Paper Hearts || Factor R

Capitulo 26

- ¿Sabes qué hora es? - le preguntó Samantha a Rocio sin levantar su mirada, con su vista fija en aquel folder.

- Doce y treinta - respondió luego de mirar la pantalla de su celular.

- Tres, dos... - susurró Samantha con una pequeña sonrisa.

- ¡Chicas! - escucharon la voz de Sebastián entrar a la oficina, sin embargo su rostro no expresaba más que angustia. Samantha ladeó su cabeza al alzar su mirada y ver el periódico que tenía el chico en su mano en lugar de la caja de donas - Samantha, tenías razón - dijo impresionado extendiéndole el periódico. La chica lo tomó y, no se sorprendió al leer el encabezado - Norah fue la siguiente - suspiró tomando asiento al lado de Rocio.

- ¿Norah murió? - preguntó Rocio sorprendida. Sebastián asintió.

- Fue encontrada muerta en su propia casa - respondió el chico - del mismo modo en que murió Sabi y las otras chicas - Samantha leía la noticia un poco impotente, a pesar de que era una mala mujer, sí le hubieran hecho caso en el juicio, habría podido evitarlo - su seguro estaba a nombre de Noah Walker, y allí tienen a su asesino.

- Claro - dijo Samantha dejando el periódico sobre el escritorio - asesino en serie que en cualquier momento puede volver a asesinar - bufó enojada - pero esta vez no va a salirse con la suya - dijo segura, sin esperar segundos después ver la figura de su ex esposo en la entrada de su oficina - ¿Tú estás aquí por...? - fue su pregunta indiferente. Rocio lo miró y no se veía tan apuesto como antes, el perfecto cabello no se veía así, su ropa perfectamente encajada mucho menos y no se debía estar muy cerca para poder percibir el olor a alcohol.

- Veo que ya te enteraste - dijo en una risa irónica al ver el periódico.

- Eso hice, y esta vez no voy a fallar - respondió tomando el teléfono, acordaría una audiencia inmediatamente.

- Samantha, espera un momento - Félix le dijo al verla - déjame hacer esto a mí - dijo entrando a la oficina. Samantha rió irónicamente.

- ¿A ti? - le preguntó soltando el teléfono - ¿Quieres que te recuerde que ibas a defender a Noah Walker? - preguntó directamente - no tienes ningún tipo de relación con el caso, Félix. Nada.

- Yo sé que puedo ganar el caso - insistió - Samantha, solo confía en mí...

- Confié en ti una vez - interrumpió apenas escuchó la última letra - y mi hijo murió - Rocio suspiró antes de ver la expresión de impotencia del ex esposo de su novia.

- Déjame hacerlo por él - pidió en un último intento. Samantha sintió sus palabras como punzadas en el pecho - quiero hacerlo por Noah, por mi hijo.

- ¿Crees que puedes ganar el caso? - preguntó directamente - Noah Walker manipuló al jurado y les dio dinero para declararlo inocente. ¿Qué te hace pensar que esta vez no hará lo mismo? - preguntó - además, es la primera vez que me humillan de esta forma - en realidad se sentía indignada.

- Samantha, esto va más allá de un asunto laboral - respondió Félix ansioso - yo necesito hacer esto por Noah - dijo palabra por palabra - no me interesa nada más, ni siquiera lo duro que suene. Solo quiero enfrentar directamente al asesino de nuestro hijo - Samantha rió irónica - que rías no omite el hecho de que ese niño también era mi hijo. Negarlo tampoco lo borra - Samantha se levantó de su silla - y sé que seguirás diciendo que es solo tu hijo cuando en realidad ambos fuimos sus padres. Mamá y papá ¿O se te olvida?

- Oh claro que no - respondió sarcástica. Rocio y Sebastián se sentían en realidad incomodos en aquel ambiente lleno de tensión - no se me olvida el hecho de que al padre de mi hijo se le haya olvidado vigilarlo el día de su muerte - Félix llevó sus manos frustrado a su rostro, debía mantener la compostura - tampoco se me olvida que después de ese día, todas las noches sin excepción bebías en un maldito bar hasta desmayarte - dijo en realidad furiosa - ¡Señora Rivera, su esposo no ha ido a trabajar de nuevo! - gritó sarcástica recordando las palabras del señor Marco - ¡¿Cuántas noches tuve que llorar para que notarás que estaba destruida por tu maldita culpa?! - volvió a gritar.