Capitulo 35

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Seis meses después.

– ¿Hola? – respondió Samantha el teléfono – está llamando al número del talento ya descubierto – dijo sonriente.

– Hola, Samy – dijo aquella voz al otro lado, solo provocando que la sonrisa de Samantha creciera un poco más – ¿Cómo está mi esposa y mi hijo?

– ¡Hola, mi amor! – dijo emocionada buscando al pequeño Sebastián con su mirada – tu esposa y tu hijo están bien – rió refiriéndose a ellos – ¿Y cómo estás tú? – preguntó comenzando a caminar en busca del bebé que apenas podía gatear.

– Empacando la última caja – respondió realizando aquello – ¿Estás lista? – Samantha rió.

– La pregunta debería ser para ti, Rocio – respondió – ¿Tú estás lista para tu primer caso como abogada? – Rocio se encogió de hombros – no tienes que sentirte nerviosa.

– No lo estaría si no me lo dijera la mejor abogada del mundo – respondió. Samantha rió, hablaba de ella – eres la mejor, tú nunca estás nerviosa.

– Al principio sí. Fueron muchas las veces en las que quise renunciar – dijo encontrando a Sebastián en su habitación, intentando subir a la cama – ¡Sebastián! – lo asustó Samantha. El bebé de ojos marrones y cabello castaño llevó su mirada a ella de inmediato.

– ¿Qué pasó? – preguntó Rocio preocupada – ¿Le pasó algo a Sebastián? – Samantha negó con su cabeza mientras reía.

– No – respondió caminando hacia el bebé – ¿Qué harás ahora, Chio? – preguntó sentándose en el borde de la cama.

– Iré a dejar mis cosas en mi nueva oficina, para poder ir a casa – respondió acomodando su celular en su hombro y mejilla para poder tomar la primera caja.

– Está bien – respondió Samantha – pasaré por ti en menos de una hora – Rocio ladeó su cabeza – solo tengo que arreglar a Dus – dijo apretando un poco la nariz del bebé con su pulgar y su índice.

– ¿Estás segura? Puedo tomar un taxi – respondió escuchando la risa de su hijo al otro lado de la línea.

– Me aburre estar aquí – dijo mirando a su hijo quien la miraba riendo – además luego podemos ir a algún lado ¿Qué dices? – Rocio se rindió ante ella, de nuevo y como siempre.

– Los esperaré – respondió en un suspiro,

– Te amo, Rocio – le dijo.

– Yo te amo incluso más, Samy – respondió. Samantha rió antes de cortar la llamada y dejar el teléfono sobre la cama.

– ¿Qué estabas haciendo? – le preguntó Samantha a su hijo. El bebé de seis meses se encogió de hombros sin saber qué responder – ¿Querías subir a la cama acaso? – preguntó tomándolo con sus brazos para ponerlo de pie sobre su regazo – a ver, di "mamá" – rió con su mirada fija en su bello bebé. Risueño, Sebastián intentó hablar.

– Baba... – balbuceó – baha... – Samantha volvió a reír.

– Mamá Samantha – pidió.

– Bebiba – respondió en una risa. Samantha inevitablemente volvió a reír mientras que se levantaba acomodándolo en sus brazos – buah.

– ¿Qué? – preguntó Samantha caminando hacia el baño – ¿Quién es buah?

– Bu, baba – respondió llevando su pequeña mano a la nariz de su mamá.

– Yo soy Samantha – respondió.

El bebé solo reía, sin entender lo que su mamá decía.

– 

Paper Hearts || Factor RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora