Seis meses después.
– ¿Hola? – respondió Samantha el teléfono – está llamando al número del talento ya descubierto – dijo sonriente.
– Hola, Samy – dijo aquella voz al otro lado, solo provocando que la sonrisa de Samantha creciera un poco más – ¿Cómo está mi esposa y mi hijo?
– ¡Hola, mi amor! – dijo emocionada buscando al pequeño Sebastián con su mirada – tu esposa y tu hijo están bien – rió refiriéndose a ellos – ¿Y cómo estás tú? – preguntó comenzando a caminar en busca del bebé que apenas podía gatear.
– Empacando la última caja – respondió realizando aquello – ¿Estás lista? – Samantha rió.
– La pregunta debería ser para ti, Rocio – respondió – ¿Tú estás lista para tu primer caso como abogada? – Rocio se encogió de hombros – no tienes que sentirte nerviosa.
– No lo estaría si no me lo dijera la mejor abogada del mundo – respondió. Samantha rió, hablaba de ella – eres la mejor, tú nunca estás nerviosa.
– Al principio sí. Fueron muchas las veces en las que quise renunciar – dijo encontrando a Sebastián en su habitación, intentando subir a la cama – ¡Sebastián! – lo asustó Samantha. El bebé de ojos marrones y cabello castaño llevó su mirada a ella de inmediato.
– ¿Qué pasó? – preguntó Rocio preocupada – ¿Le pasó algo a Sebastián? – Samantha negó con su cabeza mientras reía.
– No – respondió caminando hacia el bebé – ¿Qué harás ahora, Chio? – preguntó sentándose en el borde de la cama.
– Iré a dejar mis cosas en mi nueva oficina, para poder ir a casa – respondió acomodando su celular en su hombro y mejilla para poder tomar la primera caja.
– Está bien – respondió Samantha – pasaré por ti en menos de una hora – Rocio ladeó su cabeza – solo tengo que arreglar a Dus – dijo apretando un poco la nariz del bebé con su pulgar y su índice.
– ¿Estás segura? Puedo tomar un taxi – respondió escuchando la risa de su hijo al otro lado de la línea.
– Me aburre estar aquí – dijo mirando a su hijo quien la miraba riendo – además luego podemos ir a algún lado ¿Qué dices? – Rocio se rindió ante ella, de nuevo y como siempre.
– Los esperaré – respondió en un suspiro,
– Te amo, Rocio – le dijo.
– Yo te amo incluso más, Samy – respondió. Samantha rió antes de cortar la llamada y dejar el teléfono sobre la cama.
– ¿Qué estabas haciendo? – le preguntó Samantha a su hijo. El bebé de seis meses se encogió de hombros sin saber qué responder – ¿Querías subir a la cama acaso? – preguntó tomándolo con sus brazos para ponerlo de pie sobre su regazo – a ver, di "mamá" – rió con su mirada fija en su bello bebé. Risueño, Sebastián intentó hablar.
– Baba... – balbuceó – baha... – Samantha volvió a reír.
– Mamá Samantha – pidió.
– Bebiba – respondió en una risa. Samantha inevitablemente volvió a reír mientras que se levantaba acomodándolo en sus brazos – buah.
– ¿Qué? – preguntó Samantha caminando hacia el baño – ¿Quién es buah?
– Bu, baba – respondió llevando su pequeña mano a la nariz de su mamá.
– Yo soy Samantha – respondió.
El bebé solo reía, sin entender lo que su mamá decía.
–
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Paper Hearts || Factor R
FanfictionSamantha trabaja como abogada en una prestigiosa firma de abogados. Rocio acaba de graduarse de la escuela de derecho. Samantha no estaba interesada en nada más que en sus libros. Rocio no estaba interesada en nadie más que sí misma. Samantha odiaba...