Entrar a su casa era como volver semanas y semanas atrás, a los días en que no conocía a Rocio. Una casa llena de recuerdos tanto buenos como malos. Era irónico extrañar a otra persona que había estado viviendo con ella. Vivió con su hijo y su esposo, y al perderlos a ambos pasó a vivir sola, sola hasta que conoció a Rocio, quien por fortuna o por desgracia, había llegado a su vida y con el tiempo se había enamorado de ella.
Dejó caer sus cosas en el suelo, no le interesaba a decir verdad.
No tenía a quién contarle cómo le fue en su trabajo.
No tenía una razón para volver.
Nadie la esperaba en casa.
– ¿Hola? – preguntó en voz alta, como si alguien fuera a responderle, aunque sabía que no sucedería – Noah... Chio... – sintió sus ojos cristalizarse al darse cuenta de que había alejado a la única persona que la hizo volver a creer. Tal vez podría intentar arreglar su error, tal vez podría darle una segunda oportunidad a ser feliz, tal vez y solo tal vez Rocio todavía quisiera estar con ella. Era ahora o nunca, justo como en el juicio.
Salió rápidamente de su casa y al hacerlo, las gotas de lluvia comenzaron a caer sobre ella, eso no la detuvo para caminar sin rumbo fijo por la ciudad. No conduciría, no se arriesgaría a no poder hablar con Rocio.
No sabía en realidad dónde empezar a buscar, pero tenía claro que no regresaría sin ella.
Caminó por las solitarias y oscuras calles de la ciudad, mientras sentía las gotas de lluvia caer más y más rápido sobre ella, la tenían sin cuidado. Pensaba en Rocio y en cómo debía sentirse, fue ella quien se enamoró primero y fue Samantha quien le rompió el corazón primero. Se sentía culpable y vaya que se declararía así, culpable de dañar a una persona inocente.
No sabía cuánto tiempo llevaba caminando y tampoco cuánta agua había caído sobre ella, irónicamente solo sabía que debía buscar a Rocio, buscarla sin saber dónde.
Al llevar al menos una hora caminando, se detuvo frente un gran edificio, uno de los prestigiosos, y sin saber por qué, estaba caminando hacia el. Tal vez estaba equivocada, pero su corazón le decía que debía entrar allí y tal vez por suerte, Rocio se encontraría allí.
—
– ¿Samantha? – preguntó realmente preocupada, y al verla en ese estado sus ojos se cristalizaron de inmediato – ¿Cómo llegaste aquí? – no sabía qué era correcto hacer, tenía el corazón roto. Samantha estaba llorando, estaba totalmente mojada por la lluvia, su labio titubeaba y su maquillaje estaba corrido.
– Tú eres mi camino de vuelta a casa – susurró sollozando de manera inevitable, ella también tenía el corazón roto.
– Oh, mi amor – susurró envolviéndola con sus brazos. No importaba que estuviera mojada, no importaba que estuviera arruinando su costosa ropa, lo único que en realidad le importaba estaba abrazándola con tanta fuerza, como si no quisiera volver a perderla nunca – estoy aquí, estoy contigo – susurró acariciándole el cabello, sintiendo cómo temblaba sobre su cuerpo.
– Perdóname – sollozó dejando que su dolor saliera – no quise hacerlo, no quise que te fueras – Rocio negó con su cabeza.
– Yo no quería irme – respondió con una pequeña sonrisa – por eso nunca lo hice, siempre te cuidé aunque no te hayas dado cuenta – Samantha hizo un puchero sintiéndose terrible – nunca te dejaría sola, te lo prometí y es una promesa que cumpliré estemos juntas o no – la chica se separó del abrazo de Rocio para tomarla de sus mejillas.
– Yo quiero que estemos juntas – le dijo sinceramente – estuve sin ti y mira el desastre en el que se convirtió mi vida de nuevo – Rocio intentaba secar sus lágrimas pero eran confundidas por toda el agua que tenía Samantha en su rostro – necesito una razón para cuidarme, necesito volver a vivir, necesito a alguien que me haga sentir en casa y necesito que tú seas esa persona – la miró con adoración, dándose cuenta de que estaba llorando por ella – necesito que sepas que te amo – Rocio cerró por un momento sus ojos mientras suspiraba sin dejar de sonreír. No importaba el tiempo, solo importaban ellas.
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Paper Hearts || Factor R
FanficSamantha trabaja como abogada en una prestigiosa firma de abogados. Rocio acaba de graduarse de la escuela de derecho. Samantha no estaba interesada en nada más que en sus libros. Rocio no estaba interesada en nadie más que sí misma. Samantha odiaba...