Día de la boda, día del parto.
– ¿Dónde está Samantha? – le preguntó Rocio muy nerviosa, debido a que era el día de su boda – ¿Dónde está? – volvió a preguntar preocupada. Marco apartó su mirada de las listas que leía para dedicarle toda su atención a su hija, reconociendo aquel tono en su voz.
– Samantha está con Sebastián y Félix en camino – le respondió su padre. Rocio mordió su labio – ¿Qué te preocupa?
– ¿Y sí se arrepiente? – preguntó en un susurro mientras que acercaba sus manos a su boca. Marco sonrió ante esa disparatada idea, Samantha adoraba a su hija – ¿Y sí decide darle otra oportunidad a Félix? – volvió a preguntar – ¿Y sí me deja? – sus ojos se cristalizaron con esa pregunta.
– Rocio, por favor – rió un poco, sin embargo entendía a su hija, tenía miedo de perder al amor de su vida – Samantha te ama muchísimo y yo he sido testigo de eso. Su pequeño nacerá muy pronto, y tú eres su mamá también ¿O se te olvida? – los ojos de Rocio se sintieron angustiados al pensar que Samantha podría irse con el bebé y dejarla sola – Samantha decidió pasar el resto de su vida junto a ti...
– Primero decidió hacerlo con Félix – interrumpió mirándolo fijamente, entonces Marco sonrió.
– Y tú con Noah – fue la respuesta que hizo sentir confusión a Rocio.
– Pero Noah me dejó y... – intentó contradecir antes de rendirse ante la mirada de su padre y suspirar – no puedo hacer comparaciones. Samantha no es como Noah, y el día en que me dejaron plantada fue el mismo día en el que ella perdió a su hijo – volvió a suspirar – Samantha me ama porque decidió darle otra oportunidad a ser feliz – Marco asintió viendo cómo su hija volvía a sonreír – te quiero, papá – le dijo antes de abrazarlo y que él le correspondiera de inmediato – gracias – susurró. Marco cerró sus ojos, ese día le entregaría el amor de su vida al amor de la de ella, confiando ciegamente.
–
– ¡Voy a llegar tarde a mi propia boda! – desde el asiento de atrás soltó Samantha por enésima vez, fallando en alterar a Félix quien iba conduciendo tranquilamente – ¡¿Podrías acelerar?! – Félix se limitó a reír.
– No puedo conducir encima de los demás autos, cariño – respondió en una risa, había mucho tráfico – no es apropósito.
– ¡¿Cómo qué no?! – volvió a soltar.
– Samantha, cuidado con Junior – sugirió Sebastián desde el asiento del copiloto, preocupado por una de sus mejores amigas. Samantha lo miró a través del retrovisor y el chico sintió escalofríos – solo digo – dijo casi inaudible encogiéndose en el asiento.
– Amor, tranquila – le pidió Félix, quien después de tantos años no podía dejar de llamarla por apodos cariñosos, claro, creía que se los diría por el resto de su vida – ya vamos avanzando – dijo a menos de 20km/h pues el tráfico no dejaba que fuera más rápido – más rápido que el viento – rió ante su magistral chiste.
– Recuérdame por qué no estoy conduciendo yo, por favor – dijo Samantha recostando su cabeza en el asiento, cerrando sus ojos para intentar tranquilizarse.
– Dustin es un niño muy grande – respondió Félix en otra risa. Samantha sonrió a pesar de estar estresada, su ex esposo al fin parecía estar genuinamente feliz desde la muerte de su hijo – y no te permite caber en el asiento – el ceño de Samantha se frunció mientras que Sebastián intentaba contener su risa – soy el mejor – dijo orgulloso.
– ¿Crees que mi hermanita haya venido? – preguntó Samantha calmadamente, en ese momento Félix dejó de reír – yo les envíe las invitaciones, pero sinceramente solo me importa que venga mi hermanita – el hombre asintió.
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Paper Hearts || Factor R
FanfictionSamantha trabaja como abogada en una prestigiosa firma de abogados. Rocio acaba de graduarse de la escuela de derecho. Samantha no estaba interesada en nada más que en sus libros. Rocio no estaba interesada en nadie más que sí misma. Samantha odiaba...