Capitulo 25

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Samantha se había quedado dormida en el sofá de Rocio mientras veían la lluvia caer por el ventanal. Había comido tantas galletas con chocolate caliente, se sentía en realidad exhausta. Rocio, por otro lado, estaba más que feliz al verla dormir a su lado, tanto que tomó la manta y cubrió a ambas con ella, encajaba perfectamente. Acomodó la cabeza de su novia cuidadosamente en su hombro y cerró sus ojos para intentar dormir. Al sentirlo, Samantha sonrió sin querer admitir que no estaba del todo dormida.

– Dame tu mano – pidió Samantha una vez salieron del edificio. Rocio la miró sin entender – no traje mi auto para que podamos caminar juntas de vuelta a casa – sonrió en tono obvio.

– Oh, claro – sonrió tomando su mano para entrelazar sus dedos con los suyos – ponte esto – le dijo tomando sus lentes de sol para colocárselos sobre sus ojos. Samantha no pudo evitar reír, no recordaba la última vez que se había puesto unos así.

– ¿Cómo me veo? – preguntó en una risa.

– Preciosa – respondió mientras asentía, acomodándole los lentes con su otra mano – ¿Te gustan? Puedes quedártelos si quieres.

– Muchas gracias, Rocio – dijo Samantha sonriendo – una vez, con mi niño, vi una película donde unos ratoncitos tenían unos lentes igual – Rocio rió con ella mientras comenzaban a caminar de la mano – era muy gracioso – escucharla reír, para Rocio era un premio.

– Sí, y estás tan blanca como ellos – respondió. Samantha puso sus ojos en blanco sin dejar de sonreír – ¿Qué quieres desayunar? – Samantha llevó su mano a su mentón intentando pensar.

– Quiero ir a nuestra casa y que me cocines algo tú – pidió – prefiero eso ¿Podría ser?

– Claro que sí – respondió tiernamente.

– Tenemos que ir a casa porque ya sé lo que haremos primero como novias oficiales – dijo intentando parecer seria, pero su sonrisa no podía desaparecer de su rostro.

– ¿Ah sí? – Samantha asintió – ¿Y qué es eso?

– Sorpresa – dijo simplemente. Rocio tenía curiosidad de saber cuál sería esa sorpresa de la que su novia hablaba, así que aceleró un poco el paso sin dejar de disfrutar el tiempo que apenas comenzaba a pasar junto a ella.

– ¿Cómo supiste cuál era mi departamento? – preguntó Rocio al recordar. Samantha se encogió de hombros comenzando a sonrojarse.

– Solo supuse que sería el más grande – respondió sinceramente. Rocio no pudo evitar reír.

– Tiene mucho sentido para mí – asintió mientras que su novia la veía sin poder dejar de sonreír.

– ¿Te gustó el desayuno? – le preguntó Rocio sentándose junto a ella en la mesa. Samantha asintió verdaderamente satisfecha.

– Sabes que antes de conocerte no comía más que cereal y café – respondió sinceramente – ahora puedo comer plátano y tocino y muchas cosas deliciosas – Rocio estaba sorprendida, la temida abogada Samantha Rivera no era más que una tierna y preciosa chica – muchas gracias.

– Lo hice con mucho amor – respondió en un suspiro – ahora que ya terminaste de comer... ¿Me dirás cuál es la sorpresa? – Samantha le mostró la palma de su mano, y Rocio pudo notar de nuevo aquel anillo.

– Ya que eres mi novia, me quedaré con esta ropa que me has prestado, ahora es mía – bromeó en una risa, sabía que a ella no le molestaría y tenía mucha razón, Rocio la adoraba – así que cuando cepille mis dientes te lo enseñaré ¿Bien? – Rocio asintió – ya regreso – rió dirigiéndose rápidamente al baño. 

Paper Hearts || Factor RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora