Capitulo Cuarenta y Cinco

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Domingo 28 de Mayo de 2023
Mónaco.
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Max.

Por lo general después de una carrera no hay mucho que hacer. Lo normal es hacer entrevistas, hablar con el equipo, tomar fotos y hacer contenido breve para marketing, y ya. Después de todo eso suelo irme directo al hotel y descansar, o ir directo al aeropuerto y regresar a casa. Muy pocas veces salía de fiesta o hacia otra cosa. No hay muchas energías para hacer otra cosa, no después de pasar 2 horas o más en el auto.

Pero en Mónaco, aquí todo es completamente diferente.

Mónaco, la carrera más emblemática del calendario, la que si llegas a ganar instalas tu nombre en la historia, no solo de la Fórmula Uno, sino también del automovilismo en general. Y yo acabo de ganarla por segunda vez.

Y una carrera tan importante merece grandes celebraciones, en especial si estamos aquí. Es por eso que el Príncipe Albert celebraba una cena en honor al ganador, a la cual forzosamente tenía que asistir.

Así que ahora tengo tres horas para terminar mis obligaciones en el paddock, volver a casa, arreglarme y llegar a tiempo a la cena.

Solté un suspiro mientras escuchaba a la distancia la voz de uno de los ingenieros de Checo. La verdad es que no estaba poniendo nada de atención a lo que se discutía en este momento, lo único que sabía era que para el garage número 11 la carrera había sido una completa mierda.

Fijé mi vista a la pared blanca del pequeño salón y empecé a hacer cuentas mentales. De las tres horas que tenía ya había gastado aproximadamente 45 minutos, 30 de ellos en la prensa únicamente, los otros 15 en este lugar. Los otros 15 que faltaban para la hora probablemente se iban a ir en regresar a casa.

Pffff... La verdad es que no tenía nada de ganas de ir a la cena, quería pasar el resto de la tarde en casa, viendo la Indy500 y haciendo apuestas tontas con mis amigos. Quería comer algo fuera de mi dieta por primera vez en la semana y quería ver a mis gatos. Quería ver a Melissa, quería pasar tiempo con ella antes de que se fuera otra vez a México.

Suelto aire otra vez y cierro los ojos, tratando de disfrutar estos segundos de calma. En cuanto saliera de aquí todo iba a ser caótico otra vez, y no estaba listo para ello.

El debrief dura otros cinco minutos y por fin nos liberan. Ni siquiera puedo dar un paso fuera de la habitación cuando ya tengo a Tom apresurandome. Me lleva otros 20 minutos llegar al puerto y subir al bote que me acercaría más pronto a casa.

Melissa y Daniela habían regresado desde hace media hora más o menos. Tom las había corrido prácticamente, argumentando que Melissa tardaría demasiado en arreglarse y eso nos podría atrasar. Ni siquiera me había podido despedir de ella.

1 hora y media restantes para la cena y yo ya había llegado a casa. Lo primero que ví fue a Daniela sentada en el sofá mientras que en la televisión estaba la previa de la Indy.

Estaba a punto de saludarla cuando Tom me empuja hasta mi habitación. Mientras camino por el pasillo escucho música detrás de la puerta del cuarto de huéspedes, donde al parecer estaba Melissa. Sonrío involuntariamente, tratando de adivinar que se pondría hoy.

–Muy bien Max, báñate y arréglate pronto. El traje ya está listo y te lo dejaré en el armario–. Dice Tom mientras rebusca algo en el armario. –Me iré a arreglar a casa y luego vendré por... ustedes. En una hora, acuérdate.

Asiento mientras espero a que salga de mi cuarto para meterme al baño. Me urgía una ducha, sentía partes de mi cuerpo pegajosas por culpa de la champaña y del sudor que no se había despegado de mi cuerpo. Afortunadamente no habían llenado la tradicional piscina del energy station, o si no estaría ahí, probablemente muriendo de frío o de asco.

Daylight | Max VerstappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora