NAREYa había pasado una semana desde que ese tal Jonathan se mudó al lado, y a decir verdad no supe más nada acerca de él.
¿Acaso se hacía del misterioso?. En fin, dejé de matar mi cabeza y volví a la realidad. Al fin comienzo la uni, y como siempre en los primeros días. Hablo con mi mejor amiga por vídeo llamada, para poder quedar e ir juntas.
—Ya estás cerca.—pregunté mientras me secaba el cabello con la secadora.
—Que si, todavía estoy en el taxi.
—por cierto, ¿Qué vestido debería ponerme?.
La mostré un vestido azul y otra de diversos colores.
—Ninguna me gusta, chica tienes que lucirte en el primer día.
—No recuerdo ir a la uni para lugar.—rodé los ojos.
—Hazme caso por una vez en tu vida.
—De acuerdo, ¿Qué sugieres?.
—creo que te quedaría bien un top y unos jeans holgados.
—Ok, tú ganas.—acepté a regañadientes.
(...)
Minutos después sonó el timbre, y bajé en dirección a la puerta principal con una gran sonrisa en mi rostro.
—Bienvenida.—sonreí de oreja a oreja.
—¿Ves cómo tenía razón?.—me devolvió la sonrisa.
—Tu también pesada.
Charlotte es mi mejor amiga, y podría decir que es como la hermana mayor que nunca tuve, al igual que también es mi otra mitad. Tiene unos ojos verdes preciosos, el cabello castaño y largo y, la piel morena, es divertida y sociable. Aunque a veces pesada pero, es tan única y tan llena de vida que nunca la cambiaría por nadie.
—¿Nos vamos ?.—pregunté.
—Claro, no hay tiempo que perder, seguro que Scott nos está esperando.
—¿Y quién es la culpable de que Scott espere tanto ?.—sonrió juguetona.
—Yo no tengo la culpa, eres tú Charlotte.
—¿Yo?, si eres tú quien se pasa todo el día indecisa por elegir una ropa.
—Vale 1-0, te cogeré desprevenida.
—Siempre estoy alerta.—sonrió de oreja a oreja
JONATHAN
—Mi auto ya está listo.
—Si señorito, aquí tienes las llaves.—dijo uno de los empleados, para luego entregarme las llaves.
—Bien, puedes retirarte.
Cuando quise abrir la puerta de mi auto, fué entonces cuando un auto oscuro entró a la mansión, y de él salieron mis padres junto con mis hermanos menores. Los gemelos.
—¡Hermano!.—dijeron al unísono.
Para luego darnos el típico saludo de chicos, el apretón de manos y el saludo con pecho y hombro.
—Padre, madre...
Aunque no tengo una muy buena relación con mis padres, me acerqué a papá para darle un abrazo. Su abrazo era tan cálido, nunca antes me había abrazado así. Solo el abuelo lo hizo, con todo el sentimiento del mundo.
—Pensé que llegarían más tarde.
—Tu madre y yo estaremos un tiempo en los ángeles y después regresaremos a Alemania.
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Nuestra Historia (1)
Teen FictionLibro uno de la trilogía | Distancia. Nare Jones es incapaz de enamorarse de su nuevo vecino Jonathan Johnson un guapo y apuesto modelo, perteneciente a una de las familias más ricas de todo los ángeles, que vendrá para poner su vida patas arriba. N...