Capítulo:9

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DYLAN

Los últimos retoques sobre la fiesta ya estaban casi terminados, simplemente faltaba realizar las invitaciones; mi hermano Dylai y yo tenemos pensando que en vez de hacer una fiesta serían dos. Una en la que iríamos formales y la otra fiesta en la piscina para relajarnos un poco.

Ahora la duda era cuánta gente vendrá a la fiesta, a penas nos acabamos de mudar a los Ángeles pero de seguro será pan comido. Ya que debido a nuestro status todos quieren relacionarse con nosotros. Los Johnson.

Nuestro apellido valía oro, simplemente con escucharlo todas las tias caen rendidas ante nosotros. Cuando tan solo era un crío no me importaba esas cosas, pero estamos en una sociedad en donde la reputación lo es todo.

Después de tanta plática se nos secó la garganta por lo que cogimos algunos refrescos de la nevera, de repente apareció Amber en la cocina con un vestido corto bastante provocador; pasó justamente delante de nosotros. Siguiente acto retirar una cerveza de la nevera e irse.

Joder, la forma en la que movió sus caderas me dejó bastante prendado, sino fuera por Nath ya me la habría follado.

—¿Acaso será que te gusta?.—sonrió divertido.

—No digas tonterías.—dije lo que se me vine por la cabeza con tal de no responder a eso.

—Pues entonces te reto a que te la folles ésta noche.—probó un sorbo a su refresco.

—No voy a hacerlo.—puse una cara seria.

—No quieres hacerlo porque eres un gallina.—imitó el sonido de las gallinas, al mismo tiempo que sacudía los brazos como tal.

Me ví presionado a responder de inmediato, por lo que el idiota de mi hermano estaba haciendo.

—Por culpa de tus estúpidos retos has hundido la vida de muchas personas, eres consiente de ello ¿Verdad?.—Fruncí el entrecejo.

—¿Pero qué dices?, No olvides que siempre hemos sido cómplices.—me retó con la mirada al mismo tiempo que apoyaba sus codos en la encimera de la isla.

Ésta plática tardará un buen rato, lo veo venir.

—¿Qué quieres?.—dije con voz cortante.

—Pues...—estuvo un rato en silencio pensando.—No sé que pedirte en caso de que pierdas.

—Estás de broma ¿Verdad?, Cuando he perdido una de tus estúpidas apuestas.—contuve la risa debido a tantas estupideces que ahora estaba escuchando.

—Debería recordarte que lo inventamos nosotros en Alemania.—clavó sus ojos en los míos frunciendo el ceño levemente.

—Piénsalo, pues lo que te voy a pedir será peor.—dije levantándome para largarme de una vez por todas.

Está plática pasó de ser agradable a ser una mierda, ya estaba harto de escuchar idioteces por parte de él. Aunque la apuesta... aún tengo mis dudas.

Llegué a mi cuarto y cerré la puerta de un portazo, siguiente acto fué lanzarme a mi cama y ponerme al día sobre lo que me había perdido ayer, un amigo estaba celebrando una fiesta pero no pude ir debido a asuntos familiares. Las últimas horas fueron bastante tranquilas hasta que  comencé a escuchar voces, que provenían de la primera planta, al parecer estaban discutiendo.

Por lo que me apresuré en bajar y me encontré la supuesta escena de Amber y Raquel.

—Raquel, será mejor que te vallas.—dije en son de paz.

De todos modos Raquel nunca me cayó bien, me importa un coñazo lo que intente hacer para que la acepte pero. Eso no va conmigo.

—Háblame con más respeto niño.—me fulminó con la mirada

Nuestra Historia (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora