NAREDespués de pasar una increíble mañana con nath, me fuí a mi cuarto y para sorpresa mía. Encontré sobre mi cama una caja mediana roja y con un gran lazo sobre la misma, me acerqué a ésta para luego sentarme y colocarlo en mi regazo, emocionada como una niña pequeña la abrí. Contenía un traje de baño de color negro hermoso, con unos tirantes que se atan en la parte trasera de la misma. Cabe resaltar que la persona que lo eligió tiene muy buen gusto, estuve a punto de poner la tapa cuando me percaté de una notita que pasé por alto: solo hay una persona capaz de hacer esas locuras, Jonathan.
NOTA
Hola princesa, mientras dormías como un ángel me encargué de dejar esto en tu habitación. Espero que te haya gustado tanto como a mí al elegirlo, me muero de ganas por verte con el traje puesto en la fiesta de ésta tarde. Siempre tuyo.
Jonathan johnson
Él lo eligió solo para míEs lo único que me consuela, que piense en mí a cada rato como yo a él. Me recosté sobre la enorme cama pensé y en nosotros.
¿Acaso este amor será para siempre?, O tal vez ¿Durará para siempre?.
Fuí interrumpida de mis pensamientos por un golpe insistente en la puerta, lo que hizo que me sobresaltara para luego fruncir el ceño levemente. ¿A Quién se le ocurre invadir mi tranquilidad?.
—¡Adelante! Pesado/a, sea quien seas.—dije de mala gana. Desde que llegué aquí no he tenido ningún momento de paz, especialmente si se trata de estar sola en mi habitación.
La puerta se abrió aunque no del todo para luego ver a Charlotte sonriendo de oreja a oreja. Se recogió el cabello con un pasador, lleva puesto una camiseta con mangas largas desabrochada, dejando a la vista un top negro y por último unos pantalones jeans cortos.
—Te odio mucho sabes.—dije con sarcasmo al mismo tiempo que rodaba los ojos.
—Yo igual.—me siguió el juego. Me recorrió el cuerpo de arriba a abajo para luego mostrar una sonrisa cálida, era obvio que quería contarme algo pero se estaba aguantando más de lo normal, lo que aumentaba mi curiosidad.—Estás horrible.
—Lo sé, tú igual.—Charlotte y yo nos miramos y comenzamos a reírnos como locas. La hice un gesto para que se sentara a mi lado y me contara del porque de esa alegría tan repentina. Recuerdo que el día anterior no estaba así emocionalmente.
—Suelta que la curiosidad me está matando.—la miré impaciente para que soltara la bomba del año.
—¿Recuerdas a mark?.
—¿El chico guapo del personal?, Claro que me acuerdo de él.—asentí con la cabeza.
—Pues él y yo...
—Déjame adivinar.—la corté sin apenas esperar lo que tenía que decirme.—¿Os habéis acostado?. Ella asintió feliz y a decir verdad, no me esperaba que acostarse con ese tal mark la cambiaría de tal modo. Que yo sepa Charlotte no es de relaciones, simplemente la basta con tener una aventura por un día y nada más, a veces me sorprendo como pude ser amiga de tales monstruitos: todos unos locos fiesteros. Tal vez sea verdad eso de que los polos opuestos se atraen.
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Nuestra Historia (1)
Teen FictionLibro uno de la trilogía | Distancia. Nare Jones es incapaz de enamorarse de su nuevo vecino Jonathan Johnson un guapo y apuesto modelo, perteneciente a una de las familias más ricas de todo los ángeles, que vendrá para poner su vida patas arriba. N...