JONATHAN—La familia Blair están por llegar.—dijo Amber ajustando la corbata de mi traje.
—No me lo recuerdes por favor.— hice una mueca.
Odio mi vida, todos piensan que es camino de rosas pero no es así. Mis padres organizaron una cena con la familia de mi futura esposa, todo por el maldito dinero. Todo con tal de aumentar las empresas, todo con tal de seguir con ésta locura de tradición. De repente los gemelos: Dylan y Dylai entraron a mi habitación sin llamar a la puerta y al mismo tiempo sacándome de mis pensamientos. Están vestidos formales y el cabello lo tienen despeinado como de costumbre.
—vaya sr Johnson, está usted todo un galán.—opinó Dylai.
—Estoy de acuerdo contigo dylai.—dijo Dylan aguantando la risa.
Fruncí el ceño
¿Qué es tan gracioso?
—No se metan conmigo.—sonreí como siempre.
—Bueno, os dejaré solos.—soltó mi corbata que ya estaba ajustada para luego salir de mi cuarto.
—Está muy buena, eh.—dijo Dylan, quien se estaba haciendo ilusiones con su cuerpo.
Cogí mi almohada y se lo lancé en la cara, menudo pervertido está hecho este chico.
—¡Oye!.—dijo molesto.—me has despeinado.
—Como si te solías peinar antes, idiota.—dije entre risas.
—Quieres jugar.—sonrió.
—Ya estamos.—dijo Dylai con una cara larga.
Ambos cogimos nuestras armas que por supuesto eran las almohadas y comenzamos a golpearnos con ello. Pero fuimos interrumpidos por un golpe en la puerta, nos arreglamos un poco el cabello para luego decir «adelante», a la vez.
—Sus padres quieren que bajen ahora mismo.—informó la empleada de la mansión.
—Bien, gracias.
Ella se fué para luego dejarnos solos. ¡Maldición!, Ya están aquí.
—Antes de bajar, Dylai y yo queríamos comentarte sobre algo.—dijo Dylan poniendo la almohada en su lugar.
—¿Qué cosa?.—los miré confuso.
—Como nos quedamos a vivir definitivamente en los Ángeles, pensamos en hacer una fiesta en la casa de campo, ¿Qué te parece?.—dijo Dylan.
—Me parece bien, ya hablaremos con más detalle sobre esto.
—De acuerdo.—dylan sonrió de acuerdo con su idea.
Llegamos a la primera planta los tres después de hablar sobre la fiesta, estaba algo triste pero traté de ocultarlo con una maldita sonrisa, como en los viejos tiempos.
—Bienvenidos.—hice una sonrisa forzada.
—Gracias Jonathan.—la señora Blair me devolvió la sonrisa.
—Mucho tiempo Nath, la última vez que nos vimos eras tan solo un niño.—Comentó la sra Blair.
Me dí cuenta al instante que Raquel, mi futura esposa no se encontraba ahí. Por lo que me senté en medio de los gemelos, esperando las indicaciones de la sultana, osea mi madre.
—No sé por que Raquel está demorando demasiado en el baño, iré a buscarla.—dijo su madre algo tensa por la demora de su hija.
—No hace falta madre, ya estoy aquí.—dijo Raquel, y sus ojos se centraron solamente en mí, lo que hizo que me pusiera algo incómodo.
Mis padres planearon mi futuro desde que tan solo era un crío. Siempre supe que este momento llegaría pero traté de ignorarlo y seguir adelante pese a todo, y la mejor manera de hacerlo fué yendo a fiestas y tirarme a un montón de chicas, las cuales no me importaban en lo absoluto.
Pero, ¿a quien quiero engañar?.
Raquel es una amiga de la infancia y hacía ya tiempo que no nos veíamos, el cabello lo tiene rubio oscuro, los ojos azules claros, y la piel blanca. Tiene puesto una ropa corta ajustada al descubierto en la espalda de color rojo, unos tacones altísimos de color negro y con una última repasada de labial de color rojo.
—Ya podemos pasar a la mesa.—dijo mi madre levantándose del sofá seguido de nosotros.
Nos sentamos en la mesa y las empleadas comenzaron a servirnos, todo tiene buena pinta. Pero no tenía ganas de comer debido a... ese asunto de la boda, traté de comer pero nuestros padres ya estaban ocupados hablando sobre nuestra unión.
—Creo que ésta unión beneficiará a ambas familias.—comentó su padre.
—Estoy totalmente de acuerdo contigo.—dijo mi padre sonriéndole amablemente.
—Ya va siendo hora de que elijamos la fecha del compromiso.—argumentó su madre.
—Ya me imagino a mi niña con su vestido de novia.—sonrió satisfecho su padre.
—No creen que están yendo demasiado rápido.—dije intentando ocultar lo molesto que estaba. Cómo se atreven a decidir algo así sin mi aprobación.
—Si mamá, Nath tiene razón.—Raquel asintió estando de acuerdo conmigo.
—Parece que son ustedes los que se van a casar.—dijo Dylai bromeando.
—Por lo menos dejad a los novios opinar.—opinó Dylan entre risas.
—Gemelos, ya es suficiente.—dijo mi madre molesta.
—Lo siento sultana.—dijo Dylai aguantando la risa.
—He pensado que podríamos comprometernos dentro de unos meses, ahora estoy bastante ocupado con la uni.—traté de convencerlos, poniendo una que otra excusa.
—Estoy de acuerdo.—apoyó Raquel.
—Está bien, respetarnos vuestra decisión.—dijo su madre no estando totalmente de acuerdo con nosotros.
De la nada Raquel puso su mano sobre la mía, ese movimiento me molestó Bastante por lo que me levanté de mi asiento.
—Buen provecho.—dije serio.
Les dí la espalda y salí de ahí para tomar un poco el aire, maldita sea, si tan solo pudiera hacerles frente a mis padres. Pero no puedo y no sé porque. Seguramente será para no decepcionarlos, toda mi vida he buscado su aprobación pero nunca lo conseguí. De pronto sentí unas manos recorriendo mi cintura. Raquel.
—Aún estás a tiempo de arrepentirte.—susurré.
—Hemos estado comprometidos desde niños, porqué ahora.—dijo dejando besos húmedos en mi cuello.
—Joder, no estoy enamorado de tí Raquel.—retiré sus manos de mi cintura y me alejé unos centímetros de ella.
—Siempre lo he sabido, pero puedo esperar.
—No estás entendiendo nada, puedes dejarme solo por favor.
—El deber de una prometida es estar junto a su prometido.—espetó molesta.
—Como quieras.
Fuí a por mi auto para salir de una vez por todas de ahí. Qué pesada se ha vuelto en estos años. Qué debería hacer, porque a mí odiosa familia solamente le importa el maldito dinero, lo tenemos todo pero no veo que seamos felices en nada.
Espero que les haya gustado.
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Nuestra Historia (1)
Teen FictionLibro uno de la trilogía | Distancia. Nare Jones es incapaz de enamorarse de su nuevo vecino Jonathan Johnson un guapo y apuesto modelo, perteneciente a una de las familias más ricas de todo los ángeles, que vendrá para poner su vida patas arriba. N...