Capítulo:6

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NARE

Oh vaya, ya es muy tarde.—dije mirando la hora en mi celular

El tiempo siempre pasa volando cuando me junto con mis mejores amigos, Es genial, después de todo aún seguimos juntos pese a estudiar carreras diferentes.

—Scott, ¿Podrías llevarme a casa?.— hizo char un puchero.—hace horas que Sam ha salido del hospital y todavía no lo he visto.

Pero el muy idiota estaba ocupada mirando algo en su celular, ¿Qué es tan importante que nosotras?.

—¡Scott!.—lo miré mal

Su única reacción fué mirarme con una cara larga. Eres un completo idiota.

—No hace falta que te enojes.—sonrió como si nada hubiera pasado.—lo siento char, no me mires así, en verdad te estaba escuchando.

—Está bien.—suspiró char.

—¿Nos vamos?, no quiero que papá se enoje conmigo.—pregunté impaciente

—Pero si ya eres mayor de edad.— dijo Scott sin poder creerlo.

—Mi papá no es como el tuyo ¿Si?, el tuyo te da por perdido.—refunfuñé.

—No es eso, es solo que no le permito que se meta en mis asuntos, así de simple.—afirmó dejando todo claro.

Después de mucha plática al fin se fueron, por lo que me quedé sola en el café con Ian haciéndome compañía. Pero... que tonta he sido, quién manejará el auto ahora. ¡Maldita sea!,

—¿ocurre algo?—se acercó Ian con una taza de café en su mano, para luego depositarlo sobre la mesa.

—Si.—dije deprimida.—Verás, vine aquí con Charlotte con mi auto pero ella se fué con Scott así que...

—Puedo llevarte a casa.—sonrió.

—¿De verdad?.—dije sorprendida.

Mi rostro pasó de ser uno triste a alegre.

—Muchas gracias.

Ahora que lo pienso, Ian es muy guapo, apuesto y demasiado alto. Siento que con él puedo contarle todo, y a decir verdad cuando apenas comenzaba con el café, él fué el primero en presentarse y congeniamos genial, y la verdad. Lo aprecio demasiado y creo que él también a mí.

—Pero antes voy a echar la basura.

—Claro, no hay problema.—asentí con la cabeza.

Lo ví salir con un plástico de basura para luego quedarme sola en este enorme café, creo que deberíamos aumentar más cosas. Ya sea karaoke, una banda juvenil para que los clientes la pasen increíble.

De pronto la puerta del café se abrió por lo que incliné la cabeza y no me esperaba verlo aquí. Nath. Apenas podía mantenerse de pie, por lo que me acerqué a él y al instante pude percibir el terrible olor a alcohol.

—No aceptamos borrachos en este café.—puse su mano alrededor se mi cuello, para ayudarlo a caminar.

—Lo siento, no tenía a dónde ir.

—¿Porqué te pusiste así?.—pregunté preocupada y al mismo tiempo que lo ayudaba a sentarse con cuidado.

Él comenzó a reír sin humor, ¿Qué era tan gracioso?, Me daba mucha pena verlo así. En cuestión de nada Ian no tardó en aparecer por lo que nos dejó intimidad al ver que teníamos cosas de las que tratar.

—Todavía no has respondido a mi pregunta.—arqueé una ceja cruzando mis brazos.

—¡Ya estoy harto!.—golpeó la mesa haciendo que ésta tambaleara.—Ya estoy cansado de que todos me digan qué hacer, y de no poder tomar mis propias decisiones.—las lágrimas comenzaron a rozar por sus mejillas.

Nuestra Historia (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora