pt2

117 1 0
                                    

Después de la boda fuimos directo del Tribunal del Juez de Paz deCorpus al apartamento de mi padre en San Antonio donde recogí miscosas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de la boda fuimos directo del Tribunal del Juez de Paz de
Corpus al apartamento de mi padre en San Antonio donde recogí mis
cosas. De pronto, San Antonio nos pareció un lugar seguro dado que
Abraham estaba en Corpus y aún no estábamos listos para enfrentar a la
familia de Selena y darles la noticia. Fuera de eso, no teníamos ningún
plan.
Mientras íbamos en el auto, Selena y yo hablamos de lo que Abraham

podría hacer y qué ocurriría si decidía terminar con la banda.
-Eso no lo va hacer -dijo Selena-. Ya cambiará.
Cualquier cosa que decidiéramos de ahí en adelante, desde vivir en
Corpus o San Antonio, hasta cómo ganarnos la vida, dependería de la
forma como Abraham reaccionara a nuestra boda. Sabíamos que
realmente no podíamos tomar decisiones de ninguna índole hasta hablar
con él.

Cada cierto tiempo, Selena y yo nos desviábamos de esta
conversación lógica debido a la conciencia de lo que habíamos hecho:
¡realmente estábamos casados! Fue casi como tener una experiencia de
desdoblamiento, porque, de una forma muy extraña, podíamos vernos
dentro del auto, desde afuera, sin llegar a creer realmente que estábamos
viendo una pareja joven locamente enamorada, en su luna de miel.
Acabábamos de hacer algo muy importante, un acto que cambiaría
nuestras vidas para siempre, y aún estábamos algo aturdidos porque no
sabíamos cómo lo tomarían los demás.

-¿Estamos casados? -preguntaba uno de nosotros.
-¡Estamos casados! -respondía el otro en voz alta y luego ambos
reíamos hasta que nos escurrían lágrimas por las mejillas.
Al mismo tiempo, procuraba no imaginar lo que Abraham y A.B.
podrían estar diciendo o haciendo en ese momento. Estaba seguro de
que, al ver que Selena no aparecía, tendrían que cancelar la presentación
en El Paso y sabía también que debían estar muy preocupados, al no
saber dónde estaba ni si estaba herida o lesionada. Probablemente
supondrían lo peor; después de todo, Selena nunca incumplía ni llegaba
tarde a un compromiso de trabajo. Hasta ahora, siempre había sido muy
profesional. Pero escaparse para casarse conmigo fue la forma como
Selena reafirmó su independencia diciéndole a su padre "ya basta". Le
faltaban apenas dos semanas para cumplir veintiún años, y estaba lista
para reafirmar su independencia como mujer.

Selena y yo seguíamos expresando en voz alta nuestra preocupación
en cuanto a lo que haríamos si Abraham terminaba con la banda de Los
Dinos, pero realmente yo no creía que eso pudiera llegar a ocurrir. Era
evidente que Abraham no iba a deshacerse de todo aquello que le había

costado tanto trabajo crear. Yo no sabía qué papel podría yo desempeñar
en la banda, si era que había alguno, pero eso no me importaba. Podía
seguir haciendo lo que estaba haciendo, tocando en San Antonio y
ganándome mi propio dinero. Me había enfrentado a Abraham antes y
estaba dispuesto a volverlo a hacer.
Mi padre había visto a Selena unas cuantas veces, aunque, por lo
general sólo en sus presentaciones. Cuando venía a verme a San
Antonio, íbamos a veces al apartamento pero, normalmente durante el
día, cuando mi papá estaba trabajando. Sin embargo, le gustaba. De eso
estaba seguro. Selena tenía esa característica de hacer que, a los pocos
minutos de verla, todos se sintieran como si la hubieran conocido
siempre; estaba ya bromeando y haciéndolos reír, incluyéndolos en la
conversación y haciéndolos sentir bien. Sin embargo, después de haber
vivido con Abraham, Selena había aprendido que los padres pueden ser
una fuerza formidable en la familia. Estaba extremadamente nerviosa de
pensar que tendríamos que contarle a mi padre lo que habíamos hecho, y
yo también.

TO SELENA WITH LOVE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora