DIEZ

89 0 0
                                    

UN VIAJE LOCO CON SELENA

La puerta de entrada golpeó tan fuerte que las paredes temblaron

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


L
a puerta de entrada golpeó tan fuerte que las paredes temblaron. Yo
había estado tocando la guitarra, tratando de componer una canción.
Levanté la vista.
—¿Selena? —dije.
Entró corriendo a la casa pero pasó corriendo frente a mí sin decir
palabra con la cara roja, con expresión de ira, con el pelo alborotado y
diciendo algo que no pude entender.
—¿Selena? —La seguí hasta la habitación y la encontré allí sentaba
con los puños apretados y llorando a mares—. ¿Qué pasa? ¿Algo anda
mal?
—Debemos mudarnos —anunció—. Ya no quiero estar aquí. ¡No
soporto esta casa!
—¿Por qué no?
—Es mi padre —dijo Selena disgustada—. Necesitamos nuestro
espacio, Chris. Tenemos que estar solos. ¡Realmente solos!
Sabía muy bien lo que quería decir. Habíamos estado viviendo en la
casa contigua a la de los padres de Selena por casi un año, y con mucha
frecuencia nos sentíamos vigilados. Toda la familia Quintanilla seguía
viviendo en el mismo barrio modesto en Corpus Christi: Abraham y
Marcella con Suzette en una casa; A.B., su esposa y sus hijos en otra; y
Selena yo en la tercera. Ahora parecía que Selena había tenido otra
discusión con Abraham. Probablemente acerca de la boutique que ella
quería abrir.
Siempre que Selena intentaba hablar de su deseo de tener una casa de
modas, la respuesta habitual de Abraham era tratar de disuadirla. “¿Por
qué quieres hacer eso?”
, le decía. “Es una idea tonta. Ya ganas suficiente
dinero y nunca tienes tiempo suficiente, como están las cosas. ¿Por qué
no te relajas y disfrutas la vida?”.
Comprendía el punto de vista de Abraham. Era cierto que la banda
estaba ganando ahora una cantidad considerable de dinero, mucho más
que antes. Selena y yo estábamos bien desde el punto de vista
financiero. Yo ganaba un buen sueldo como guitarrista en la banda de
Los Dinos, y Selena y su familia estaban recibiendo más dinero que
nunca de las presentaciones en vivo.
Si bien algunos acusaban a Abraham de querer controlar a Selena y
controlar su dinero, eso simplemente no era cierto. De cualquier dinero
que ganara Selena y que ganara la banda, Abraham separaba primero lo
correspondiente a la nómina. Luego, la familia repartía el resto en
cuatro partes iguales. También repartían el dinero de la publicidad de
Coca-Cola, de ahí, la familia se repartía en tres partes iguales los tres
primeros pagos de un año y Selena conservaba el cuarto pago.
Abrir boutiques de moda probablemente no contribuiría mucho a
incrementar los ingresos de Selena, al menos no al comienzo, y montar
un negocio así sería muy dispendioso. Por otra parte, vivir con Selena
me había convencido directamente de que era una trabajadora increíble,
y sabía lo mucho que quería hacer esto. En realidad, su familia no
entendía hasta qué punto Selena necesitaba hacer algo que fuera sólo de
ella.
Entre más conocía y más amaba a Selena, más comprendía que, en
parte, me amaba porque yo la aceptaba tal como era. Cualquier cosa que
quisiera hacer —ya fuera algo tan pequeño como querer un acuario
como cabecera de cama o un nuevo perro, o un plan complejo de iniciar
un negocio de modas además de su carrera musical— amaba a Selena
por lo que era y nunca la contrariaba como sentía que lo hacían con
frecuencia su familia y algunos de sus amigos.
Selena era creativa y podía ser extremadamente impulsiva, pero
cualquier idea que me propusiera, nunca se la recibía de forma negativa
—tuve suficiente negatividad en mi propia familia cuando hice mi
primer intento de convertirme en guitarrista de rock, por lo que sabía lo
mal que podía sentirse. En cambio, los dos siempre hablábamos las
cosas y yo intentaba que fuera un poco menos impulsiva, que pensara
mejor sus planes y articulara bien su visión para determinar si su idea
era o no viable. Sus sueños eran mis sueños. Si algo era importante para
Selena, también lo era para mí. Hasta ese punto la quería.
También Selena me agradecía que yo fuera así con ella. “Gracias,
Chris”
, decía, siempre que la apoyaba en una decisión o en cualquier

TO SELENA WITH LOVE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora