TRESE

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EL DÍA QUE SE DETUVO EL MUNDO

Lo que no sabíamos, claro está, era que mientras continuábamos connuestras vidas, el cáncer seguía creciendo

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Lo que no sabíamos, claro está, era que mientras continuábamos con
nuestras vidas, el cáncer seguía creciendo. Ahora Yolanda parecía
estar en todas partes, decidida no sólo a tener un dedo dentro de
cada torta sino toda su mano. Se había involucrado tanto en el manejo de
las boutiques que Selena le había dado acceso total a todas las cuentas
corrientes y las tarjetas de crédito.

Francamente, Martin Gómez, el diseñador de modas que trabajaba
estrechamente con Selena en el diseño de su ropa, pudo ser
probablemente la primera persona en darse cuenta de que había algo
raro en Yolanda. Hacía que Selena cayera en cuenta de pequeños
detalles, de ejemplos de la forma como Yolanda manipulaba a las
personas o intentaba controlar demasiados aspectos del negocio.
Martin nos dijo que algunos de los otros empleados de las boutiques
estaban teniendo desacuerdos con Yolanda y amenazaban con renunciar.
"Ella es mala y controladora"
, le dijo a Selena. "El clima de trabajo es
muy tenso. Grita a mis costureras, e incluso a mí. No creo que pueda
seguir trabajando bajo estas condiciones".

Era cierto que, cuando Selena empezó con las boutiques, tenía amigos
y amigas que trabajaban para ella. Yolanda se las había arreglado para ir
despidiendo poco a poco a los amigos de Selena. Ahora, según Martin,
Yolanda también había empezado a decir que ya no debían llamar
directamente a Selena -debían llamarla a ella. Estaba actuando cada
vez más como la guardaespaldas de Selena que como su asistente
personal. Cuando una de las costureras de Martin fue a la casa de
Yolanda a recoger algo, quedó sorprendida al ver que las paredes
estaban totalmente cubiertas con fotos de Selena.

-Sólo pienso que es algo extraño cómo Yolanda está tratando de
interponerse entre tú y todos los demás -le dijo Martin a Selena-.
Está obsesionada contigo y le tengo un poco de miedo.
Las preocupaciones de Martin deberían haber sido una señal de
alarma para nosotros. Sin embargo, como siempre, Selena y yo
estábamos tan ocupados que pasamos por alto todas esas señales que

indicaban que Yolanda estaba realmente perdiendo el juicio. Es cierto
que Martin era terco, como la mayoría de los artistas, y pensamos que
también, al igual que muchos de los artistas, no quería que nadie le
dijera lo que tenía que hacer. En lo que tenía que ver con los conflictos
entre Yolanda y Martin, realmente no pensábamos que fuera nada
importante, sino problemas entre dos personas con un exceso de actitud
que luchaban cada cual por sobresalir.

Entre tanto, Selena seguía confiando en Yolanda. De hecho, le
agradaba que Yolanda atendiera a las personas que la llamaban a ella y
que sirviera de parapeto entre ella y las boutiques. Llegó inclusive a
darle a Yolanda una llave de nuestra casa.

Además de cumplir el intenso cronograma de presentaciones, Selena
estaba cada vez más decidida a instalar su fábrica de ropa y su boutique
en México, y Yolanda la estaba ayudando en eso. Puesto que Yolanda
dominaba el español, era ella quien asistía a las reuniones de negocios
en México con Selena -algo en lo que yo hubiera sido inútil, ya que no
dominaba el español ni conocía mucho sobre la industria de la moda.

TO SELENA WITH LOVE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora