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tuviera que elegir mi recuerdo más feliz con Selena, es probable queeligiera la noche anterior al día en que la mataron

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tuviera que elegir mi recuerdo más feliz con Selena, es probable que
eligiera la noche anterior al día en que la mataron. Todo iba tan bien en
ese momento. Como siempre lo hacíamos, Selena y yo nos fuimos a la
cama al mismo tiempo, nos abrazamos y nos dijimos cuánto nos
amábamos. Esa noche, recostó su cabeza en ese hermoso sitio en mi
hombro y hablamos de nuestro futuro. Fue uno de esos momentos en los
que uno está tan enamorado de alguien y siente que ese amor es
correspondido. Me alegra tener ese recuerdo de nuestra última noche
juntos como un recordatorio de lo abundante y bueno que fue nuestro
amor o de lo buenas que fueron nuestras vidas, a pesar de todo.

Sonó el teléfono mientras aún estábamos ahí acostados y Selena me
miró.

—¿Qué? —le dije.
—Es Yolanda.
—¿Cómo lo sabes? —le pregunté.

Selena se dio vuelta en la cama y tomó el teléfono. Después de
contestar, se quedó escuchando durante un minuto y luego me dijo:

—¿Adivina qué? Yolanda encontró los papeles que faltaban. Quiere
que vuelva al motel a recogerlos. Quiere que vaya sola.
—¡No! —le dije—. Dile que no vas a volver allí. Es muy tarde. No
irás de ninguna forma. Además, no quiero que vayas sola.
—No —repitió Selena al teléfono—. Chris dice que es demasiado
tarde. Volveremos mañana.
Yolanda comenzó entonces a hablar de la violación. Selena la detuvo
y dijo:

—Si quieres que te lleve al hospital, lo haré. Ya te lo había dicho.
Cuando Yolanda dijo que no, que no quería ir al hospital, Selena le
respondió:

—¿Sabes qué? Es tarde y nuestra conversación ha terminado —y
colgó el teléfono.
—Probablemente pensó que estaría contigo y por eso dijo que no —le
dije.
—Sí, y probablemente también sabe que, si la llevo al hospital, no le
encontrarán nada malo —dijo Selena—. Tal vez debería ir allá de todas
formas.

—No lo hagas. Quédate aquí conmigo —le dije—. Mañana nos
encargaremos de todo ¿te parece?

—Está bien —aceptó Selena, y al fin ambos nos quedamos dormidos.
En la mañana, me despertó el ruido de Selena moviendo cosas en la
recámara. Abrí un ojo y la vi alistando su ropa. No sabía adónde iba,
pero estaba demasiado dormido para tratar de adivinarlo. Ni siquiera
pensé en el hotel ni en Yolanda.

Selena se bañó y se vistió y abrió la puerta de la recámara para irse.
En ese momento, mi padre abrió la puerta del cuarto de huéspedes.
Selena había olvidado por completo que estaba en la casa. Al verlo gritó .

—un grito fuerte, de miedo.
Salté de la cama.
—¿Qué? ¿Qué pasó? —grité.
Selena me miró y comenzó a reír a carcajadas, como solía hacerlo.
—No es nada. Vuelve a la cama, Chris. Lo siento. Olvidé que tu padre
estaba aquí. ¡Realmente me asustó!
Podía ver a mi padre en el pasillo, disculpándose.

—No quise asustarte —le dijo a Selena, pero el hecho es que también
él se veía bastante sorprendido.

Mi padre y Selena hablaron por unos minutos en el pasillo. Yo me di
la vuelta y me quedé dormido de nuevo. Ni siquiera se me ocurrió
preguntarle a Selena por qué se había levantado tan temprano. Solía
levantarse antes que yo, se vestía y daba vueltas por la casa, llamaba por
teléfono o iba a desayunar con su padre. Lo único extraño esa mañana
fue que me despertó el grito de Selena.

TO SELENA WITH LOVE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora