ocho

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Hace años que no pisaba aquel barrio de mala muerte que alguna vez fue su hogar. No literalmente, varias veces tuvo que refugiarse en la droga barata que se distribuía en ese lugar, tantas veces durmió en ese callejón abrazado de perros callejeros, tantas veces amaneció totalmente inconsciente después de una dosis de heroína. Ahora estar ahí, le daba dolor de cabeza, le aterraba recordar su pasado, recordar el porqué su madre ya no está más con él. Estaba seguro que su vida sería muy distinta si tan solo si madre siguiera con vida.

Se adentro a una de las casas más antiguas, donde estaba seguro encontraría lo que buscaba.

O más bien, a quien buscaba.

Cuando estaba a punto de tocar la puerta, alguien se puso detrás de él, pudo notar su presencia aún estando de espaldas. —no me digas que quieres volver a entrar al negocio Choi, dedícate a pintar tus cuadritos maricones, tú ya no eres bienvenido aquí.

Suspiró, esto no se suponía que debía salir así. —no quiero volver a esto Minhyuk, necesito un favor, o más bien, vengo a contratarte.

Soobin sabía que su codicioso amigo no iba a resistirse ante la tentadora propuesta, mucho menos al escuchar la fuerte cantidad de dinero que iba a ofrecerle a cambio.  Rápidamente vió como la faceta de su rostro cambio a una cara de interés, apostaba que ahora sí estaba escuchándolo con certeza. —necesito que "secuestres" a alguien, quiero decir, solamente quiero que lo captures una noche, sin daños, sin tortura, no quiero eso, que sea como una.. advertencia..

—perfecto, ¿será el hijo de algún empresario?, tienes coraje para pedirme este tipo de cosas Choi, pero sigues siendo un marica, cuando puedes hacerlo tú mismo. Tienes las herramientas, solías hacerlo hace años, ¿te da miedo ahora?

Soobin dudaba, realmente no era capaz de hacerle daño a nadie por su mano propia, tal vez solamente quería llamarle la atención a Yeonjun para que se alejará de su esposo, tal vez no había necesidad de llegar hasta eso, pero las Minkyuk tenía razón. —es el amante de mi esposo, no quiero divorciarme Minkyuk, las cosas con mi ex novia no resultaron, ella nunca pudo corresponderme, ahora que finalmente vivo feliz en mi matrimonio, no quiero que esta persona siga interfiriendo, tal vez solamente estoy celoso, tal vez solamente podamos darle un pequeño escarmiento, tal vez..— Suspiró. —por favor hazlo, te pagaré, lo prometo, pero no puedo hacerlo yo mismo, no quiero, solamente necesito que se aleje pero que no salga lastimado, tal vez él no tiene toda la culpa a pesar de todo..

—tienes razón en lo último, el bastardo infiel aquí es tu esposo, por permitirle la entrada a su vida aún teniéndote, pero vamos, ¿no crees que entre ellos se burlan de ti por lo ingenuo y estúpido que eres?, ¿crees que esa persona es igual de tonta que tú, y no sabe de tu existencia?, tu nombre está en todos lados Soobin, eres un "artista", si es que a tus mariconadas se les puede llamar arte, influyente, ¿en serio crees que hay gente que aún no te conoce?, no seas tonto, ese cabron se burla de ti después de coger con tu esposo, ¿y piensas tenerle compasión?

Aquellas palabras del mayor le habían llegado justo al corazón, tenía tanto coraje de solamente pensar que Yeonjun no tenía ni una pizca de empatía hacia él, que no tenía dignidad, que no tenía vergüenza, al igual que Hueningkai, él más que nadie sabía que debía divorciarse y salir de ahí, pero no podía, tenía una fuerte dependencia emocional hacia su pareja, tenía un severo apego enfermizo, estaba obsesionado con él, no quería despegarse nunca de aquel hombre que le devolvió la vida en su momento, aquel único hombre que pudo corresponderle como él quería. Tampoco quería que Yeonjun ganará todo lo que él había venido construyendo por años, no se lo iba a permitir.

Tenía que acabar con él.

Hueningkai regresaba de su despacho, tenía que encontrarse con su novio en el departamento perteneciente al ya mencionado, estaba exhausto, pero no tanto para no llegar y mimar a su amado. Aunque para ser sincero, iba con algo de estrés encima, Yeonjun le había escrito por mensaje que debían hablar seriamente, temía que fuera algo muy, muy, muy grave. Pronto llegó al piso donde se encontraba su departamento, saco las llaves de su bolsillo y abrió la puerta. Encontrándose con su novio esperándolo sentado en el sofá de la sala.

—hola cariño— entró y al verlo, rápidamente busco sus labios, donde plantó un cálido beso. —¿necesitabas hablar conmigo?, ya estoy aquí, platicame, ¿te sientes bien?

Yeonjun estaba serio. —no me siento bien Kai, aunque no lo pienses, la idea de que me estoy metiendo con un hombre casado me destruye, me hace sentir avergonzado. Quiero que te divorcies, ya déjalo, no soporto tener que compartirte los fines de semana. Déjalo por favor, seamos solamente tú y yo.— Suplicó, necesitaba exclusividad en la vida de Hueningkai, ya no quería ser una opción, quería ser la única persona en la vida amorosa de su amante, lo deseaba. Sin embargo, Hueningkai se indigno en sus adentros, no iba a dejar a Soobin por nada del mundo, por más amantes que él tenga, Soobin ocupaba un lugar especial en su vida, como su esposo, más allá del vínculo conyugal, Hueningkai solamente se sentía confortable con Soobin.

—está bien, pero llevará tiempo, ¿sí?, solamente será este fin de semana, no voy a decírselo por llamada, necesito verlo y arreglar los papeles, pero te prometo que lo haré.— Obviamente eran simples palabras al aire, no iba a divorciarse de Soobin, tampoco dejaría de verlo, tal vez aplazaria su tiempo de visita, pero no dejaría de verlo. Abrazo a Yeonjun y repartió besos en su cabello. —te amo, gracias por decirme cómo te sientes, arreglaré los papeles después de verlo, ¿bien?— Yeonjun asintió, se sentía un poco más tranquilo de que Hueningkai le afirmará que iba a divorciarse. Eso le calmaba. —también te amo.

Hueningkai se sentía bendecido, tenía el amor paternal por parte de Soobin, además del amor de pareja por parte de Yeonjun, se sentía dichoso, finalmente se sentía amado.

suitorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora