veinticinco

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Soobin llamó a su esposo, hasta que se dió cuenta que su computadora no estaba en la mesa de la sala, el baño estaba cerrado y su esposo no estaba. Rápidamente temió, se dirigió corriendo al baño y tocó desesperadamente la puerta. -¡Hueningkai!, joder, ¡abre la puta puerta en ese puto instante o te voy a matar!- forcejeo con la manilla de la puerta hasta que su esposo la abrió por dentro, dejando ver su firme figura en el marco de la puerta, con un semblante serio y una mirada amenazadora. -Soobin.. ¿qué mierda es todo eso..?

Se había jodido todo. Era tiempo de actuar.

Soobin simplemente se mostró nervioso, bajando la mirada y jugando con sus dedos. -Soobin, ¡explícame que es toda esa puta mierda!- sujeto con todas sus fuerzas el borde de la pijama de su esposo, lo jaloneo mientras le gritaba, necesitaba una explicación urgente. -Kai, cálmate por favor.. te contaré todo, sueltame..- se mostró débil, cosa que hizo que Hueningkai le soltará de inmediato. -necesito un café.. por favor, sentemonos a platicar con calma, te explicaré todo.. por favor no grites, por favor no te enojes..

Suspiró. -¿y todavía piensas preparar un puto café?

-no te diré nada si no me dejas hacerlo, estoy nervioso y necesito calmarme. Prepararé uno para ti también, por favor, calma, hablemos, bebamos café y escúchame, te explicaré todo.

A Hueningkai no le quedó de otra más que aceptar la propuesta, estaba aterrado más que enojado con su esposo, realmente le causaba repugnancia todo lo que habia visto en esa computadora, todo lo que Yeonjun le dijo, y aún faltaba leer todo lo que había escrito en su diario, no había visto las fotos que le habían mandado. Pero estaba seguro que ahora mismo iba a descubrir toda la verdad, soltó a Soobin y salió del baño, no sin antes pasar por el aparato que estaba aún en el baño. Caminó hasta su sofá y ahí se sentó, estaba nervioso, frustrado, él también tenía tantas cosas que confesarle a Soobin.

Mientras tanto el contrario se dispuso a preparar el café. Colocó el agua en la cafetera y esperó unos minutos. De su alacena sacó la taza favorita de Hueningkai, que era una a juego con la suya, no era su favorita, pero tomaría café en ella para estar a la par de su esposo. Estaba destruido. Soltó unas cuantas lágrimas al pensar en lo que estaba a punto de hacer.

No quería decir la verdad. Pero sabía que era la única forma de salir de ahí.

Unos minutos después, el café estuvo listo, lo sirvió en las tazas y coloco dos cucharadas de azúcar al suyo, y tres cucharadas para el de Hueningkai, dos de azúcar para cada uno. Los colocó en una charola de plata y agregó también, un tazón de galletas de chocolate para acompañar, tenía tanta ansiedad que lo único que le iba a calmar, era eso. Vió a lo lejos la silueta de su esposo impaciente sujetando su computadora con dedos y uñas, dejando sus huellas probablemente muy marcadas en el aparato. Se dirigió hacia él, y puso la charola en la mesa.

-bien, ¿qué viste?

-todo, ¿por qué mierda espías a la gente con la que me relacionó?

Soobin suspiró. -¿sabes?, empecé a sospechar desde las veces que ya no llegabas a dormir a casa y ya ni siquiera se te antojaba tocarme o dirigirme la palabra. Te conozco bien Hueningkai, por más que cambies el patrón de tu celular, siempre sé que tiene algo que ver con tu cumpleaños, o la fecha en la que nos casamos. Es estúpido de tu parte. Esa vez que te obligue a que me mandarás captura de tus mensajes de instagram y tachaste un chat en específico. Pude dar con el perfil de esa persona, el muy idiota subía fotos con la ropa que yo te regalaba. Sabía que me estabas engañando con él.

-¿tuviste algo que ver con que me separará de él?

-no. - Mentía, él mismo le hizo una llamada amenazándole. Sunoo tuvo que salir corriendo de ahí en cuanto su vida estuvo en peligro solamente por acostarse dos noches con un hombre casado. -después Taehyun me dijo que había entrado un nuevo hombre a la editorial, el conserje, ¿es en serio?, ¿me pusiste el cuerno con el puto conserje?, esa vez que fui a buscarte y él se sorprendió tanto al saber que era el esposo del dueño del lugar donde le daban para tragar, el idiota ni siquiera tuvo la decencia para alejarse, sabía que estabas casado y aún así te lo cogiste.- Hueningkai suspiró. -Eso no te da derecho a meterte en mi vida ni mucho menos espiar a la gente con la que me relacionó, ¿estás enfermo?, ¿qué carajo te pasa?, sí me acostaba con otros tipos fue porque tú no sabes cómo satisfacerme, siempre estás con tu mierda de trabajo, siempre pones como prioridad a tu padre, siempre tienes una excusa para no atenderme como se debe, te lo mereces. Por años intenté encontrar a un hombre que se asemejará a ti, pero mierda, nunca pude llenar ese vacío, solamente me conformaba con el hecho de coger con ellos y pasar la noche en brazos que no fueran tuyos, brazos que ya no me acogían desde que empezaron a llamarte para entrevistas y siempre tenías mucho trabajo, incluso más que yo.

suitorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora