Capítulo 18

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Una camiseta negra con unos pantalones oscuros.

¿Se veía bien o había algo malo en él?

Quizás había engordado, ¿es por eso que su cara se veía hinchada?

¿¡Eran ojeras!?

¿¡Tenía ojeras!?

—¿Quieres calmarte?

Desde que había conocido a Seungmin, su grupo de amigos lo había adoptado. Chan estaba agradecido porque no tenía muchas amistades. Era feliz teniendo a Changbin y a Felix con él. Con Jeongin todavía era complicado pero le caía bien.

—No puedo. Estoy demasiado nervioso —se dió vuelta. Changbin está tirado en la cama mientras que Felix sentado en la punta—. No quiero arruinar nada.

—Lo sabemos pero tienes que relajarte. Si estás así de ansioso cuando estés con él, te aseguro que la vas a cagar.

—No ayudan.

—¡Solo relájate, hermano! —Changbin exclamó—. Lo peor que puede pasar es que se dé cuenta que claramente te gusta y te mande a la mierda porque el Minho de su cabeza todavía lo quiere.

Chan y Felix lo miraron. El castaño hizo una mueca.

—Me callaré.

—Sí, gracias —Felix dijo y luego miró a Chan—. ¡Te irá bien! Solo ten confianza en ti mismo.

Chan no tenía ni un poco de fé. Sin embargo, para cuando el reloj marcó la hora él salió de casa directamente para ir a buscar a Seungmin. Sentía los nervios a flor de piel; sus manos sudaban y se sentía un asco.

—Ey, hola.

Seungmin sonrió suavemente al encontrarlo. Chan sonrió, olvidándose de sus problemas. ¿Cómo alguien podía mirarlo así y arreglar su vida? Ese chico era tan lindo. Definitivamente se había enamorado y sentía mariposas a sus veinticinco años, se sentía un poco idiota pero esos de los que están enamorados.

—Hola, Minnie —respiró hondo. Sentía mucho—. ¿Cómo estás? Te ves... bien —¡Sus orejas ardían!

—Gracias, Chan —rió avergonzado—. Tú igual.

—¿N-nos vamos?

Su corazón latía enfurecido. En el auto, quería tomar su mano. Y cielos, ¿¡era normal verse tan bonito simplemente por mirar por la ventana!? Seungmin era lo más hermoso del mundo y cuando usaba ropa de tonos oscuros solo lucía más su belleza.

Llegaron a un restaurante. Velada normal, Chan intentaba calmarse. Sentados el uno frente al otro, ni siquiera hacía contacto visual.

—Tus orejas están rojas. ¿Estás bien?

—Sí, claro —rió avergonzado. Se siente histérico—. Solo... no he comido nada. Dicen que si te arden las orejas es porque se te puede bajar la presión.

—¡¿En dónde leíste eso?! —Seungmin rió.

—No lo sé, ni siquiera lo he hecho. Creo que mentí porque estoy demasiado nervioso, ¡lo siento!

—Chan, está bien —rió. El mayor bajó la mirada asintiendo—. Es solo una cena.

—¿Cómo has estado estos días, Min?

—Bien —sonrió. Es resplandeciente—. Me he sentido bien.

—Eso me alegra mucho...

—¿Y tú?

—¿Y yo qué? —parpadeó atontado. Seungmin lo miró confundido.

—¿Tú cómo has estado?

—Ah... eh, yo... bien. Sí, bien. Todo bien. Ah, me arden las orejas. Auxilio.

After Stars and Raindrops | ChanminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora