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Asa comenzaba a acostumbrarse a los ocasionales toques de labios que compartía con Haram desde aquel día del incidente de los brownies.

No le habría gustado admitir que le gustaba compartir pequeños besos con la rubia, pero no podía negar que le hacían sonreír inevitablemente.

Pero ese día era diferente.

Tal vez debió sospecharlo desde que Haram tomó su mano y la llevó a la parte trasera de la escuela, donde nadie pudiera molestarlas.

Pero no pudo evitar sorprenderse cuando la mayor presionó sus manos detrás de su espalda solo para acercarla más, justo al mismo tiempo que atrapaba su labio inferior entre los suyos.

Asa se sostenía de sus hombros, con una mezcla de sentimientos encontrados. Porque ese contacto no era igual a los cortos besitos que compartían algunas veces. Su corazón se aceleró, sintió cosquillas en el estómago y no sabía como reaccionar.

Apretó sus manos sobre los hombros de la rubia, buscando un poco de estabilidad en su nerviosismo. Cerró los ojos fuertemente sin saber exactamente como debía corresponder.

¿Y si besaba mal?
¿Y si tenía mal aliento?
¿Y si le daba asco?
¿Y si respondía el beso y lo hacía mal?
¿Y si-

—Asa... — Por otro lado, Haram había notado lo tensa que estaba la
Pelinegra, por lo que decidió separarse — No quiero que te sientas obligada a hacer esto, ¿sí? Si no te gusta solo tienes que decirme — Le sonrió con calma y apartó sus manos de su torso, para que no se sintiera acorralada. Prefiriendo acariciar un poco una de sus mejillas.

Asa cada vez caía un poco más por lo considerada que era la mayor con ella, siempre había sido así, pero ahora lo veía de una manera distinta.

—Unnie... Yo... Mmh... — La pelinegra
mantenía la mirada baja mientras jugaba un poco con el cuello de la camisa de la rubia - Ess solo que no.. mmh... N-no sé hacer esto...

Haram rió un poco mientras tomaba con ambas manos el rostro de la menor para verla a los ojos.

—No es como si yo fuera experta, Asa —

Asa giró los ojos y se cruzó de
brazos - Tonta... No te burlas.

—No me estoy burlando, Asa, no te enojes — Sonrió, buscando su mirada de nuevo — Me gusta besarte, lo hago por eso. No espero un beso de película, me gustas, y el hecho de poder besar a la persona que me gusta es suficiente para que sea el beso perfecto.

Y sí, Asa se sonrojó.

Bluch (Asarami)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora