Extra

323 33 0
                                    

Calor de verano, pienas entrelazadaa manos timidas que no saben donde quedarse. Vacaciones y un fin de semana en casa de Asa un sueño para Haram

Ni siquiera podía distinguir el ruido de la televisión que estaba de fondo porque estaba sumamente nerviosa, tenía a su novia medio recostada sobre ella, repartiendo pequeñas besos en su rostro, y la rubia no sabía ni donde esconderse. Evidentemente tras un par de meses, su relación habla cambiado drásticamente, Estar con Haram hizo que Asa se replanteara muchas cosas en su vida, le hizo pensar en todas las cosas que había evitado hacer por pensar en el qué dírán, porque así es como había sido educada en la infancia. Ni siquiera su madre había podido hacerla cambiar de opinión al respecto, nо hasta que llegó Haram a la vida de la pelinegra.

Usaba la ropa que quería y se había vuelto un poquitin menos retraida, solo un poquitin. Pero sin duda, el mayor cambio de Asa lo había vivido Haram en carne propia, pues tenía que ver con su relación de pareja.

La rubia no conocía ese lado suyo
propio, el que podía ponerse tímida tan rápido, y Asa era la única con el privilegio de verla asi, porque es la única que podia provocarla.

—Mi papá sacó una nueva receta de galletas, son de fresa

Había sido una sutil manera de intentar detener a Asa de lo que sea que estuviera pretendiendo, una distracción de la inquietud.en sus manos, no queria que la pelinegra notara que estaba tan nerviosa, y era bueno disimulandola.

—¿um? ¿ Y sabes hacerla?

Mientras tanto Asa estaba jugando sus cartas de manera precisa e inteligente, manos acariciando el cabello rubio de Haram, bajando por su nuca y subiendo de nuevo. Su pecho rozando el contrario, y pequeños pero minuciosamente intencionados besos en su rostro.

—Si

Un beso en la mejilla, en la sien, en la
nariz, en el pómulo, uno en los labios. Las mariposas revolotearon en el interior de ambas.

—Deberíamos hacerlas mañaла.

—Asa...

—¿Mmh?

—Estamos en tu casa, si sigues
haciendo eso-

—¿Qué cosa, Rami? — Dice fingiendo
Inocencia, sonrie sin poder evitarlo y
Haram sonrie junto a ella

—Tu lo sabes bien.

—¿Darte besos? Solo son besos, ¿no
quieres?

—No san solo besos y lo sabes — Están tan cerca que sienten lo respiración de la otra en la piel, Haram Intenta remarcar la cercania acariciandole la espalda, pero Asa la ignora un poco.

—¿Y qué son entonces?

La rubia suspira y la mira, como obviando que no cree en la inocencia de sus actos — Yo solo te recuerdo que estamos en tu casa y tu mamá puede entrar en cualquier momento.

—Está bien, no estamos haciendo algo malo —  Sonrie de nuevo y se acomoda mejor sobre su novia. Haram se alarma y trata de incorporarse en la cama, pero solo provoca que Asa se acomode a horcajadas de ella

—Asa, espera...

La pelinegra la ignora divertida antes de abrazarla por el cuello y juntar sus labios. Esta vez sin sutileza, va directo a lo que quiere de ella.

Haram cierra los ojos y deja sus manos sobre el colchón, intentando sostenerse. Corresponde, ambas mueven los labios. Asa teniendo el control del beso, toma las manos de Haram y las coloca sobre su cintura, la rubia la aprieta contra ella sin poder evitario. Ladea la cabeza para tener mejor acceso, le concede a la pelinegra todo lo que le pide sin reprochar. Pero Asa quiere probar el limite de Haram, atrapa su labio inferior entre sus dientes, y la rubia sonrie. En verdad no entiende que pretende la menor, realmente no puede pasar nada dentro de esas cuatro paredes. Sin embargo, se limita a acariciar su cintura mientras la otra se divierte provocando a su novía.

Bluch (Asarami)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora