Bluch (Asarami)

20

—De acuerdo, ¿qué te vas a poner? —Pregunta Ruka después de entrar a la habitación de la pelinegra y sentarse en su cama.

—Este de aqui, espera — Haram sacó de su closet una falda de cuadros mezclilla y una camiseta blanca, Se los mostró a Ruka modelándolos por encima — ¿Te gusta?

—Se ve bien — Le sonríe la mayor y Asa se alegra.

—Además, tengo este. — Sacа después un suéter negro que combinaba con su conjunto —. ¿Crees que sea demasiado?

—Para nada, es lindo, me gusta.

—Me lo regalo Haram... — Menciona con una sonrisita.

—Aww, eres una ternura — Asa se avergüenza un poco y desvía la vista — Haram tiene un novia adorable, es muy afortunada.

—¿Quién? — Levanta la mirada como resorte al escuchar la palabra "novia", ¿Haram tenía novia?

Ruka le mira con una ceja alzada. —¿Pues tú? ¿Quién más lo sería si no eres tú? — Rie y enciende su celular para revisar algunos mensajes.

—aaah, Haram no es mi novia — Suelta aliviada. Ruka gira la cabeza en su dirección como si estuviera poseída. Asa levanta una ceja —¿Por qué me miras asi? Me das miedo.

—¿No son... ¿¡Aún no son novias!?

—No...

—¿Por qué?

—No, no sé, creo que aún no es el momento.

—No puedo creerlo...

Ruka se escucha realmente sorprendida, y Asa prefiere desviar el tema.

—M-me voy a duchar — Dice rápido y toma su ropa. — Espérame aquí.

—¿Me harás esperar más? Tengo hambre, Asa

—Nadie te dijo que llegaras tan
temprano, Ruka

—¡Tú me pediste que llegara temprano!

—Con temprano me refería a las cuatro de la tarde, llegaste a las ocho de la mañana.

—Uhm, de acuerdo. — La mayor se recuesta en la cama después de quejarse — Aquí te espero.

(...)

—¡Listo! — Asa salió del baño
con su ropa puesta y su cabello peinado.

—Te ves muy linda, Asa - Adula Ruka y la pelinegra sonrie. - Por cierto, Pharita va a traer a Chiquita, a Ahyeon y a Rora. Además me dijo que Chiquita va a traer unas botellas.

Asa le mira con los ojos bien abiertos.

—¿Cómo que botellas?

—Ay, no te hagas la inocente — Ruka ríe y la menor rueda los ojos, sonriendo

—Está bien, ¿no sabes si va a traer a Haram también?

—Ese era el plan, pero  Haram no le
contesta los mensajes, y a mi tampoco.

—Oohh, le preguntaré también, aún es muy temprano, quizás sigue dormida — Ruka  asiente de acuerdo
y Asa la toma de la mano para sacarlo de la habitación.

—¿A dónde vamos?

—A la cocina, me vas a ayudar a
decorar mi pastel.

—¿Lo hiciste tú?

—Si, con ayuda de mi mama, la
receta me la dio el papá de Haram ¡El repostero! ¿Lo recuerdas?

—Si lo recuerdo, nos hacía galletas cuando íbamos a su casa. De acuerdo, te ayudaré — La pelinegra celebra y se disponen lo que queda de la tarde a decorar el pastel y preparar todo para la fiesta de cumpleaños de Asa

(...)

Eran las ocho de la noche cuando
todos sus invitados habían terminado de comer, incluso su papá había estado presente para la reunión. Sin embargo sus padres decidieron salir para que pudiera divertirse con sus amigas, que ahora estaban jugando just dance
mientras tomaban sus primeros tragos. Desafortunadamente a la festejada no la estaba pasando tan bien, pues la rubia que tanto esperaba ver en su fiesta, no se había aparecido hasta el momento. Y por si fuera poco, tampoco le había contestado los mensajes y llamadas en todo el día,

Estaba sentada tomando de su vaso,
ligeramente desanimado. que no
pasó desapercibido por Ahyeon,
quien se acercó a conversar con ella para que olvidara lo de Haram. A esa conversación se terminaron uniendo
todas los demás, con la intención de
animate Asa

Terminaron lográndolo después de un par de malos chistes y uno que otro trago. La pelinegra se levantó del sillón y comenzó a bailar con sus amigas, jugaron videojuegos, pusieron música a todo volumen e incluso hicieron un pequeño karaoke. Después de todo, tuvo una buena noche, a pesar de que a ratos estuviera triste.

Eran las once de la noche cuando sus
amigas comenzaron a despedirse de
ella una a una, para dirigirse cada quien a su casa. Fue entonces cuando
la decepción cayó como un balde de
agua fría sobre Asa. Porque claro
que Haram nunca llegó a su fiesta, y
ahora se quedaría sola, triste y media ebria en casa, porque su madre no regresaría hasta el día siguiente. Ya estaban todas afuera, subiendo al auto de Ahyeon, quien no había tomado para poder llevar a todas a casa. Asa estaba en la puerta de su hogar despidiéndose con la mano, hasta que Ahyeon se acercó de nuevo a ella.

—¡Asa! ¡Haram me contestó una
llamada, dice que ya viene!

Los ojos de la pelinegra brillaron al
escuchar eso, aunque rápidamente
trato de disimularlo. —¿A qué viene?
Ya acabó la fiesta.

—¡Recibela! Después nos cuentas
que excusa rara inventó para no venira tiempo, ¿sí? — Dice dándole unas palmaditas en el hombro. Asa rie y asiente.

—De acuerdo., gracias por venir,
Ahyeon. — Le abraza con melancolía
y la chica le corresponde un poco
extrañada, aunque le atribuye su
comportamiento a que se le habían
pasado un poquito los tragos.

—Ya me voy, es tarde y tengo que
llevar a todas esas borrachas a sus
casas. Adiós, Asa, feliz cumpleaños.
— Le desea con una sonrisa y regresa al auto, la pelinegra le ve irse y cierra la puerta de su casa.

Asa se dispone a esperar una vez más a Haram, escéptica, pues era tardísimo.