Feelings

17

- Teruko chan!- Chillo Allen al ver a la mujer entrar a la puerta del jardín, se levantó de inmediato lanzandose a sus brazos.

- Oi, tranquilo. Está bien.- Ella le abrazo palmeando su espalda.

- Me alegra tanto verte! Pensé que me quedaría solo para siempre.- Sollozo.

- Deberían entrar, así no llamaran la atención.- Shota Exclamó desde el porche de su antigua casa, Allen se tenso al verlo.

- Lo haremos en un momento.

Allen miro a Teruko con curiosidad.

- Él es...

- Mi esposo.

- Woa, es más imponente en persona.- Susurro.- ¿Te trata bien?

- Si, lo hace.

- Eso es lo que más me importa.- se aferró a su brazo para caminar hacia la casa donde Shota se encontraba en la cocina.

Teruko al ver que Allen no la soltaría, decidió presentarlos para quitar la presión.

- Mi amor.- Shouta alzó la vista.- Te presento a Allen mi compañero de equipo, Allen él es mi esposo, Aizawa Shouta.

Allen se soltó de Teruko para hacer una reverencia al héroe que Alzó ambas cejas.

- Es un honor conocerlo, gracias por cuidar de Teruko chan.

- Eh, hola.- Shota se acercó a ambos saludandolo con un simple asentimiento.

- Max era muy fan de usted.- Mascullo con nostalgia, Teruko lo guío hacia el sofá polvoriento que sacudió antes de siquiera sentarse.- Hubiera hecho todo lo posible para tomar el control y estar junto a usted todo el día.

- Quien es max?

- La peculiaridad de Allen. él era el más hablador.

Los ojos de Allen se llenaron de lágrimas ante el dolor.

- Lo extraño muchísimo, Teruko chan.- Susurro.- Sin escuchar sus voces yo...me volveré loco...intenté contactar con Kiara o Seth, pero simplemente no me hablan desde el funeral de max.

- Ya sabes cómo son las reglas.

- Lose, pero como ya no tenemos poderes. Eso ya no importa, ¿verdad? Ya no somos una amenaza.

- Si, tienes razón.

El resto se la tarde, Teruko dejo que Allen se desahogara de su dolor escuchandole llorar y quejarse ante la soledad que sentía por primera vez en años.

La luna estaba en lo más alto del cielo cuando terminaron de hablar, Shota miro a su esposa que miraba la ventana.

- Amor, podemos hablar un momento?- Susurro, ella asintio y ambos se alejaron a la que fue su habitación.

- Que sucede?

- Planeas que se quede aquí?

- Mentiría si te digo que no.

- No es tan mala idea, así la casa no estará abandonada.- Se encogió de hombros.- Podemos pedirle renta, así se sentira útil.

- Enserio harías eso?

- Es tu amigo, y si a ti te importa, también me importa a mí.

Teruko sonrió enternecida besando su mejilla rápidamente.

- Eres el mejor.

Al volver con Allen lo encontraron de pie en en la sala viendo el cielo nocturno con nostalgia, Teruko se acercó para tomar una de sus manos para llamar su atención.