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— Buenos días, mi cielo.- Sonrió Teruko a su esposo que dormía sobre su computadora, beso su frente con dulzura.— Ve a dormir a la cama, hoy tienes clases hasta las 10.

Shouta se despertó cansado frotando sus ojos viendo a su esposa reluciente y alegre esa mañana.

— A donde vas?- Pregunto al verla bien vestida, observó el reloj, eran las 7 de la mañana.

— Visitaré a Allen, y de ahí iré a ver a Eri al hospital.

— No quieres que vaya contigo?

— Necesitas descansar, no dormiste nada el día de ayer.

— Llevaré mi sleeping al trabajo hoy.

— No, lo mandé a lavar. Estará listo hasta mañana. Nero lo uso de arenero.

— Ese maldito gato.- Gruño frotando su cabello.

— Es un bebé, no sabe lo que hace.

— Un bebé demonio, eso es!- Grito poniéndose de pie para guardar sus cosas.— Ese animal me odia.

— Bueno, lo abandonaste a su suerte en otro departamento...

— ¿de que lado estas? Del hombre con el que estás casada o de la bola de pelos que simplemente duerme y mea?

— Bueno, no son tan diferentes.- Bromeó haciendo que Shouta le mirara fastidiado.— Estoy jugando, obviamente que de ti.

— Eres insoportable.

— Insoportable tuya.- Beso su nariz y tomo su bolso.— Descansa, nos vemos en el almuerzo.

— - - - -
La hora del té junto a Allen fue realmente relajante y nostálgico, ambos se encontraban en la sala de la que fue su casa platicando del pasado y del presente, sumamente alegres y constantes.

- Y dime, Aizawa y tu piensan tener hijos?- Allen pregunta con ilusión cruzando las piernas mientras bebe de su taza.

- Ese es el plan, actualmente queremos adoptar.

- ¿Uh? ¿Adoptar? ¿Por qué no uno propio?

- Se dió la oportunidad y la tomaremos.- Sonrió con emoción.

- Eso es hermoso, estoy muy feliz por ti.- Sonrió Allen dejando de lado su taza, suspiro melancólico.- Max siempre quiso un bebé.

- Eso hubiera Sido maravilloso Allen.

- ¿Verdad que si? Verlo crecer junto a él...- Sus ojos se cristalizaron pero luego suspiro limpiando sus lágrimas.- No quiero deprimirme hoy, cambiemos de tema.- ¿Haz hablado con Kiara?

- Desde la misión con Hawks perdí contacto total, además Seth no me permite hablar con ella.

- Si, yo también. ¿Crees que este bien?

- Obviamente, es la mujer más terca que he conocido.

- Si, lo es. Recuerdas cuando le dijeron que no podría cargar diez kilos y se aferró hasta que lo logro?

- Le costo una lesión, pero lo hizo.

Pasaron la mañana entre risas ante los recuerdos de su entrenamiento hasta que Teruko tuvo que irse para visitar a Eri al hospital.

Curiosamente, Eri no volvió a tocar el tema de ser adoptada, cosa que Teruko agradeció ya que no sabía que responder a eso todavía. Aún estaban en espera de la respuesta del director y los encargados de la custodia de Eri, no quería darle falsas esperanzas a la niña.

- ¿Teruko San?- Una de las enfermeras abrió la puerta de la habitación.- El director general la necesita en su oficina.

Eri miro a Teruko preocupada, pero ella sonrió levemente queriendo tranquilizarla.

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