Eri observaba la academia con sus ojitos brillantes de curiosidad, camino libremente por los pasillos analizando cada detalle con suma atención, su cuidador Aizawa Shouta le veía con ternura y diversión.
- Aquí trabaja, Teruko San?- Preguntó con ilusión poniéndose de puntillas para ver en una de las ventanas de los salones.
- No, ella está en un par de pasillos más. Quieres visitarla?
La niña le miro con suma emoción.
- ¡Si, por favor!
Aizawa asintió y la guío en silencio hacia la oficina de la psicóloga, al llegar entro sin siquiera tocar sabiendo que era su hora de descanso, dejo entrar a la pequeña que al ver la habitación soltó un jadeo realmente maravillada por absolutamente todo lo que veia.
- En un momento los atiendo.- La voz de la mujer le hizo voltear, Teruko le sonrió a la niña con ternura saludando con su mano teniendo el celular en su oreja, les dió la espalda para seguir hablando.
Aizawa se dejó caer en el sofá más cercano cerrando sus ojos cansado, escuchando la conversación de la mujer tras el escritorio.
Eri deslizó sus pequeños dedos en la figura de una figura de delfín color blanco, sonrió levemente ante la sensación. Luego se sentó en el gran sillón de color amarillo agitando sus pies que colgaban del mueble, miro a la mujer el como se expresaba en esa llamada, su cabello largo y sus ropas increíbles.
Para Eri, Teruko era increíble.
- Demonios, son molestos.- Mascullo ella dejando su teléfono, volteo a ver a la niña y sonrió.- Siento la tardanza, hola Eri- chan.
- H-hola.
Teruko se acercó al sofá encontrando a su esposo dormido en su sillón, soltó una risita y sacando una manta que guardaba en un mueble, lo cubrió con ella.
- Es realmente vago,¿verdad?- Con las mejillas sonrojadas la niña asintió levemente, Teruko sonrió.- No tiene remedio.
- Te estoy escuchando.- Gruño él sin abrir sus ojos.
- Lose.- Acarició su mejilla al colocar la manta en su cuerpo con cuidado.- y bien Eri? ¿Que te parece la academia?
Teruko se acercó sentándose en el suelo, justo al frente del sillón donde Aizawa dormía, Eri se quedó en silencio viendo a la mujer y al maestro durmiente a sus espaldas.
- Me gusta mucho - Admitió en voz baja.
- Es un lugar hermoso.- Sonrió ella queriendo transmitirle seguridad.- Dime, estás emocionada por el festival?
Aizawa esa misma mañana le había comentado que los estudiantes harían un festival dentro de varios días, y que Midoriya había dado la idea de invitar a la niña para que conociera algo más que aquella horrible cuarto de hospital.
La niña ante la mención de la festividad, comenzó a hablar sin parar sobre lo que Midoriya y Mirio le habían comentado sobre eso, y lo entusiasmada que estaba sobre ver a Midoriya bailar en el escenario.
- Será algo realmente encantador.- Sonrió Teruko al escucharla.
El teléfono de Aizawa sonó, y el contestó a duras penas soltando un gruñido molesto.
- Si, iré enseguida.- Para pesar de Eri, se puso de pie doblando la manta.- Debemos irnos.
- Pero...
Al verla indecisa, Teruko suspiro. Si por ella fuera, se quedaría con la niña todo el tiempo, pero debido al don desmesurado y sin control de Eri, Teruko no podría hacer nada en caso de que algo la alterara ya que tenía prohibido usar sus poderes en otras personas que no fueran objetivos de su misión.

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Feelings
Fanfic- El que haga tu piel erizarse, siempre seré yo...no necesitas de un don para saber que es lo que siento al estar cerca de ti. - Pero yo... Aizawa le miró con ternura tomando sus mejillas con ambas manos. - Lo demostraré, demostraré cuánto te amo c...