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Eri veía la televisión justo al lado de la camilla de Teruko, sus manos se encontraban detenidas sobre un dibujo mientras escuchan atentamente la voz de aquella mujer de vestido colorido que explicaba con paciencia como doblar la hoja y así poder hacer una rosa sin problemas.

Estaba tan concentrada que no escucho la puerta ser abierta y que un hombre entro en silencio. Cuando esté estuvo a los pies de la camilla, la observo.

- Oh, hola.

- Hola.- Susurro demasiado consternado sin dejar de ver el cuerpo dormido de teruko.- Dios...Fee-ly...

- ¿Eres su amigo?- Preguntó Eri curiosa dejando de lado su trabajo.

- Algo así.- Parpadeo sus lágrimas y miro com pesar a la niña.- Soy, Allen.

- Eri.- Sonrió abiertamente. Gesto que el hombre no respondió, confundida e incómoda Ladeo la cabeza.

Los ojos del hombre se llenaron de lágrimas, incluso sus labios comenzaron a temblar.

- Eres ella...

- Que?

- Tu poder...tu puedes devolverme a max!- Allen sonrió de manera escalofriante asustando a la pequeña.

- No se a que se refiere señor.

Eri estaba aterrada, y su mirada inocente e ignorante molesto de gran manera a Allen que borro su sonrisa cabreado.

- ¡Tu sangre me quito a mi familia! ¡Devuelvela!

Eri retrocedió temerosa al verlo avanzar hacia ella, busco ayuda en Teruko pero ella seguía inconsciente en la camilla.

- ¡No se cómo! ¡Lo siento!

- ¡Devuélveme a max!- Grito furioso acercándose dispuesto a tomar a la niña por los brazos, pero entonces se detuvo por completo cuando algo lo empujó por el vientre haciéndole caer al suelo de espaldas.

Parpadeo confundido ante la sorpresa, y al enfocar sus ojos pudo observar a Teruko de pie frente a él viéndole amenazante apesar de apenas poder sostenerse, con sus ojos ojeross y sus pómulos marcados en sus mejillas debido a la delgadez de su cuerpo.

- Alejate de ella.

- ¡Feely!

Sin voltear, con voz rasposa y amenazante dijo.

- Eri, llama a la enfermera.

Rápidamente la pequeña corrió hacia la puerta de salida cruzando sobre la cama para salir corriendo de la habitación desesperada.

- Tengo que irme..- Allen se excuso, pero su cuerpo no respondió a sus órdenes.- ¿Que?

- No irás a ningún lado.- Los ojos cansados de Teruko brillaron de manera escalofriante viéndole con molestia.

- ¡¿Como es que tienes tus poderes??! Fue por esa mocosa?!

Teruko hizo una mueca ante las emociones de Allen, aún estaba muy débil como para filtrarlas y evitar que peleará.

- No lo se. Pero atacar a esa niña no es la solución.

- ¡No es justo! ¡Yo quiero mis poderes de vuelta!

- ¡No arruines más tu vida, Allen!

- ¡Esa mocosa arruinó mi vida! ¡Me dejo solo!

— Ella no tiene la culpa la usaron, como a ti y como a mí.

Teruko le miro fijamente, sus piernas temblaban ante el esfuerzo que hacía, estaba aturdida, tenia la garganta seca y apenas podía hablar sin querer vomitar.

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